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MODO FONTEVECCHIA
EDUCACIÓN

Alejandro Finocchiaro: "No se pueden crear universidades a pedido de intendentes o gobernadores"

El exministro de Educación afirmó que muchas veces se crean estos establecimiento académicos con fines políticos. "Sólo lo hacen para demostrar que tienen más poder", sentenció.

Alejandro Finocchiaro: "No se pueden crear universidades a pedido de intendentes o gobernadores"
Alejandro Finocchiaro: "No se pueden crear universidades a pedido de intendentes o gobernadores" | Télam

El diputado por Juntos por el Cambio, Alejandro Finocchiaro, opinó al respecto del nivel en las universidades públicas. "El sistema de educación superior es el único que resiste razonablemente a la declinación educativa argentina". Por otra parte, manifestó que "la división no está en la clase dirigencial, sino en la sociedad argentina", en Modo Fontevecchia (Net TV y Radio Perfil FM 101.9).

Si bien luego se desdijo, Patricia Bullrich afirmó que las universidades públicas están vacías y que la mitad de los estudiantes son extranjeros. ¿Podría hacer una evaluación de esta situación?

Patricia, justamente, rectificó su opinión. Es que, sea cualquier candidato que sea, muchas veces están sometidos a una presión enorme de tener hasta 10 apariciones públicas en un día y Patricia tuvo un error de haber malinterpretado determinar cifras.

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Vos sos defensor de las universidades públicas, sobre todo en el Conurbano. ¿Te parece un avance?

Soy un firme defensor de este tipo de universidades, estudié y dictó clases en la UBA y en la Universidad de La Matanza. Y creo que el sistema de educación superior es el único que resiste razonablemente a la declinación educativa argentina en general.

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Ahora bien, refiriéndonos a las del Conurbano, y como en todo sistema, hay universidades de excelencia, buenas, no tan buenas y francamente malas. Esto tiene que ver con sus equipos dirigenciales, con cómo se las concibe y con que tenemos que ordenar el sistema.

En el Congreso están pendientes siete universidades para ser creadas, lo que digo es que no se pueden crear universidades a pedido de intendentes o gobernadores sólo para que piensen que tienen más poder.

Antes que nada, se debe ver si hay consonancia entre los conocimientos que se van a impartir y el desarrollo cultural, económico y productivo de la región donde va a estar situada. Por ejemplo, seguir fundando universidades para que se dicten carreras de Derecho y Contador Público, al haber un exceso de oferta, es mal invertir los recursos de la ciudadanía.

Patricia Bullrich

En Estados Unidos hay mucha gente del extranjero becada que va a estudiar allí. Por ejemplo, Corea del Sur y China van a estudiar allí. Y en Estados Unidos lo consideran una ventaja porque muchos de ellos se quedan en su país y, al mismo tiempo, irradian ese prestigio al resto del mundo.

¿Vos creés que sea una desventaja que vengan extranjeros a estudiar a Argentina, aunque sea gratis?

Hago una aclaración: en Estados Unidos las universidades llamadas “públicas” sí se pagan, como la de Florida, no son no aranceladas como pasa acá.

¿Y te parece bien que sean no aranceladas? ¿Es un avance de la Argentina?  

Es un avance de la Argentina. Pero sí tenemos que honrar el sacrificio de los argentinos que hoy cuando van a comprar algo al chino, pagan el IVA y otros impuestos, para que a mí me paguen el sueldo y que los chicos puedan educarse. Ese arancel lo deberíamos cobrar no en dinero sino en estudio y mejorando la cantidad y la calidad de los egresados. 

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Hoy la cantidad de extranjeros que estudian en nuestro país debe ser alrededor de un 4%. Esos chicos que vienen, son chicos que en sus países (generalmente limítrofes) de la clase media, media alta. Es gente que alquila departamentos, gastan y dejan mucho dinero en nuestro país.

Además, se pueden convertir en embajadores culturales. Anhelaría un país que, dentro de 20 o 30 años, el 25% de los egresados en toda Sudamérica hubiera estudiado en Argentina. Lo que tenemos que hacer con el sistema universitario es otra cosa. El no arancelamiento es bueno si la universidad cumple con su deber. No la podés usar como una unidad básica o un local partidario, eso sí es malo.

Obviamente que si la universidad se usa para otros fines es malo. Entonces habría que arancelarla para que no pase eso. ¿O qué es lo que no es bueno del no arancelamiento?

No digo eso, no tiene nada que ver. Lo que digo es que la universidad tiene que llegar hasta la sociedad a través de la extensión universitaria. Actualmente se atienden problemáticas propias de donde están instaladas. Por ejemplo, si hay empresas que van a automatizar su producción, hablan con la facultad, que les cobra y capacita.

Universidad de Buenos Aires
Universidad de Buenos Aires

Pero no podemos crear universidades a dos estaciones de tren de distancia, porque ahí sí estamos mal invirtiendo el dinero de los ciudadanos. Como la idea de crear la Universidad del Delta y la del Pilar.

Salvo la Ciudad, esa zona es la que debe tener mayor oferta de educación superior tanto pública como privada en todo el país. Y esto es porque Zamora o Massa necesitan crear una universidad para demostrar que pudieron, la quieren usar con fines políticos.

Hay universidades que están hace más de 30 años metidos en las problemáticas de los lugares donde están asentados, y que cuentan con mucha excelencia, como en Tres de Febrero, San Martín, Unlam, etc. Y en otras no pasa eso.

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O sea que la clave está en mejorar lo malo pero no eliminar el modelo de que haya universidades públicas que sean no aranceladas. 

No, nunca hablé de eso. De hecho, sí tendríamos que empezar un modelo donde modernizáramos nuestras carreras, ya que, por ejemplo, que un abogado tarde 6 años teóricos en recibirse es una locura. Deberían ser más cortas. 

La grieta como reacción social

Admiro tu valentía en reivindicar la grieta en tu columna¿Qué argumentos tiene para sostener esa postura?

No hay que quedarse nunca sólo con los títulos. Yo no reivindico la división de los argentinos, sino que veamos la grieta desde otras dos dimensiones.

Por un lado, sostengo que la división no está en la clase dirigencial, sino en la sociedad argentina. Se nota en las reuniones o cumpleaños que no tienen nada que ver con la actividad política.

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Y en segundo lugar, esto que llamamos la grieta, en realidad ha sido una reacción de una gran parte de la sociedad argentina para sostener las instituciones republicanas y las libertades.

Es decir, frente a un espacio político que desde hace 20 años avanza sobre la idea de la división de poderes, que avanza sobre la libertad de expresión y de prensa. Una libertad de prensa que no es patrimonio de los medios, sino de los ciudadanos que elegimos a quien ver, leer o escuchar.

Con la grieta la sociedad nos evitó ser Venezuela. Es la lógica de reivindicar esa acción saludable de la sociedad que dijo “a mí me gusta este diario por más que un jefe de Gabinete lo rompa” o que afirmó “no quiero que avancen sobre la propiedad privada por más que yo no tenga nada que ver con Vicentín”.

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En la historia argentina ya tuvimos este tipo de reacciones, por eso en la nota lo comparo con la Batalla de Caseros, en donde se enfrentaron dos modelos de país absolutamente diferentes, más allá de que por suerte las cosas no se dirimen como hace 200 años atrás. En ese momento, los que vencieron tuvieron la sabiduría de integrar a los vencidos. 

En este año bisagra, la grieta la tiene que definir la sociedad con su voto: si quiere un modelo como el que tenemos ahora, que avanza contras las libertades públicas, que devora los ingresos, que genera inflación, etc.

O si prefieren un modelo donde vayamos a una república, con más libertades, con una economía en donde las Pymes puedan incorporar gente y generar riquezas, donde podamos alinearnos con la parte civilizada del mundo, entre otros puntos clave.

¿La libertad de prensa bajo amenaza?

¿Pero vos ves que las libertades públicas están amenazadas? ¿La libertad de prensa está amenazada actualmente o te estás refiriendo a cosas del 2007?

Cuando estos modelos se instalan, todo ese tipo de presiones corren por carriles subterráneos. Pasa, por ejemplo, en los medios, en donde yo conozco muchos colegas tuyos que dicen que iban a decir algo pero al final se arrepienten. Es la autocensura, que es peor que la censura porque es un miedo mucho más arraigado.

Discrepo de esa apreciación. Hoy hay plena libertad de prensa. Sí es verdad que hay muchos medios con ciertas orientaciones y los periodistas sientan que tengan que adaptar su opinión a la del medio. Pero esto no tiene que ver con que el Gobierno ejerza presión en ese sentido, ¿no?

Yo no me refiero a que un medio pueda tener una posición o, inclusive, que la pueda manifestar. Si bien hay presión de las empresas, ahí tenés que ver la pauta y los distintos grupos económicos que intervienen en cada uno de los medios. No hace mucho, hubo gente que por criticar determinados personajes les han levantado programas. 

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Pero esto sucede en todos los medios, afines y contrarios al oficialismo.

El Gobierno crea ese ambiente para que esas cosas pasen. 

Pero pasaba también con el anterior gobierno, y seguirá pasando con los posteriores. Las empresas van a tener preferencias, líneas editoriales. Incluso te diría que actualmente debemos estar viviendo uno de los momentos de mayor libertad de prensa, si bien hace 15 años atrás si hubo un atropellamiento a las libertades. Pero, según tu criterio, gracias a la reacción que hubo no llegamos a eso.

Es que no llegamos a eso. Pero también me consta que hay gente que tiene miedo de escribir determinadas cosas por ciertas reacciones que puede haber.

Pero Alejandro, eso no tiene que ver con los gobiernos, tiene que ver con el ecosistema de los medios, pero sucede en todo el mundo: hay periodistas que opinan distinto al medio que trabajan, pero es una problemática profesional.

Te diría más: hoy en día, más que la presión de los propios propietarios de los medios, está en la audiencia, que en este proceso de grieta rechaza opiniones que no confirmen su sesgo. Es un proceso triste y complejo.

AO JL