La ciudad capital de Brasil fue en punto clave de este encuentro hito en la historia ruralista argentina y regional, la primera cumbre Agro Global de Sudamérica, que se realizó las jornadas del lunes 14 y martes 15 de este mes dio paso a un innovador bloque agro regional. El compromiso quedó sellado con la firma de la denominada “Carta de Brasilia”.
Los firmantes de este acuerdo por el futuro agro fueron Héctor Cristaldo, de la Unión de gremios de Paraguay; Ángeles Naveyra presidente de la Fundación Barbechando; Nilson Leitao, titular del Instituto de Pensamiento Agropecuario de Brasil y Cristian Muñoz, a cargo del Instituto del Pensamiento del Agro de Chile.
La Carta de Brasilia en un marco sustentable
El compromiso de trabajar como un bloque en defensa del modelo de producción agropecuaria de la región fue la primera piedra basal que legisladores vinculados al agro de Brasil, Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay acordaron en el marco de la Primera Cumbre Sudamericana Agroglobal, realizada el 15 de octubre en Brasilia.
El evento agro fue una iniciativa impulsada por la Fundación Barbechando. Entre las entidades referentes del agro, asistió la Coninagro. Desde la entidad señalaron: “Participamos por intermedio de nuestro Presidente, Elbio Laucirica, de 'AgroGlobal' y durante el encuentro se firmó la “Carta de Brasilia” con la participación de distintas entidades agropecuarias de Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay”.
Asimismo, definieron el acuerdo firmado como “un documento fundacional que consiste en realizar acciones futuras enfocadas en la sustentabilidad de la producción agropecuaria en este continente, como una solución a los problemas y desafíos que plantea el hambre y el cambio climático”.
“El compromiso asumido es volver a realizar la cumbre el año próximo en Argentina, pero vamos a poner en marcha una agenda para llevar a cabo reuniones periódicas para trabajar en la confirmación de políticas públicas”, expresó Ángeles Naveyra, titular de Barbechando, que desde su fundación en 2008 trabaja en acciones que acompañan el tratamiento legislativo de iniciativas vinculadas al desarrollo y productividad agro.
La Cumbre “AgroGlobal”, contó con la participación de legisladores e instituciones de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. La delegación argentina estuvo integrada por Aapresid, Maizar, Acsoja, Coninagro y la organizadora Barbechando. En los distintos paneles se destacaron “las características productivas de estos países, y las ventajas competitivas de los sistemas por la sustentabilidad socioeconómica y ambiental”, señalan desde la entidad que preside Laucirica.
El sector agropecuario contra la inseguridad alimentaria
En la carta de intención firmada por representantes de los asistentes a la primera cumbre AgroGlobal de Sudamérica, las entidades manifestaron su “compromiso con las necesidades alimentarias globales y la seguridad alimentaria mundial”. Fundamentalmente, establece que “el sector agropecuario en los países de América del Sur constituye un pilar crucial en la lucha contra el hambre, la inseguridad alimentaria y la transición energética global, siendo una de las principales herramientas para mitigar los impactos de las crisis alimentarias que afectan al planeta”.
La Carta de Brasilia pone de manifiesto que la región, además de satisfacer la creciente demanda de alimentos, también tiene gran potencial para aportar con la generación energética. Un manifiesto de intenciones que fomentan en la actividad agropecuaria el objetivo de buscar una producción más sostenible. “Desde 2007, cuando la crisis alimentaria elevó los precios de las materias primas y causo el desabastecimiento de productos esenciales, se hizo evidente la necesidad de reforzar la resiliencia de la producción agropecuaria para satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos, energía y fibras”, precisa el documento.
Mitigar el daño climático
Los signatarios, además, remarcaron el rol clave que desempeñan los países de la región frente a los nuevos desafíos ambientales que avanzan a paso acelerado a nivel global: “América del Sur, con sus vastas áreas agrícolas y diversidad de cultivo y sistemas productivos, está en posición de contribuir significativamente a la oferta global de alimentos, a pesar de los desafíos impuestos por el cambio climático y la volatilidad de los mercados internacionales”, dice el documento.
“La coexistencia de varios sistemas agrícolas basados en innovación, tecnologías y buenas prácticas agrícolas ha permitido producir con mayor eficiencia y competitividad, con menor impacto ambiental, lo que facilita la adaptación y la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI)”, continúa la carta.
Cuatro principios fundamentales
La Carta de Brasilia señala que “Considerando que las iniciativas y políticas que promueven más la sostenibilidad en la agropecuaria a nivel regional deben respetar los siguientes principios fundamentales:
-“Los productores rurales son parte de la solución, por lo que deben estar representados en los diferentes foros de discusión y definición de políticas”; es en ese contexto que se debe enfocar en herramientas públicas comunes;
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-“Estas políticas deben estar basadas en la última evidencia científica disponible, preferiblemente aquella con reconocimiento institucional, respetando la legislación local”;
-“Deben estar acompañadas en su construcción, de indicadores y de métricas que reflejen las características particulares de los sistemas de producción regionales, entendiendo que la sostenibilidad es un camino y no un destino final”;
-“Utilizar el potencial de cooperación a fin de aprovechar las similitudes, canalizar recursos, armonizar regulaciones y generar inversiones”.
Las retenciones, en la mira
“Las retenciones generan un desincentivo que lleva a una menor producción, lo que termina afectando la oferta de alimentos”, justificó el legislador Córdoba, quien valoró la iniciativa de Barbechando de impulsar un frente regional para diseñar políticas públicas comunes. “Hay cada vez más consenso entre los legisladores nacionales en trabajar para el desarrollo del campo”, anticipó.
“La cooperación entre estos países tendrá como objetivo impulsar el desarrollo agropecuario en cada región mediante la gestión coordinada de una agenda de propuestas orientadas a la resolución conjunta de los desafíos del exterior”. Muy fundamentalmente, la “Carta de Brasilia” incorporó entre sus postulados e intenciones el impacto negativo de la elevada presión fiscal, con sus efectos distorsivos con obstáculos comerciales, que en el caso de los derechos de exportación (retenciones) atentan contra la seguridad alimentaria.
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"Por otro lado, entendemos el impacto negativo de la incidencia de altas cargas tributarias y del establecimiento de obstáculos comerciales. En este sentido, reforzamos nuestro compromiso con los consensos establecidos en el ámbito multilateral, especialmente, en la Organización Mundial del Comercio (OMC)”. Y agregó: “Creemos que la eficiencia productiva y sostenible basada en el libre comercio es el camino para el desarrollo de las economías de América del Sur y para la difusión de los beneficios de esta productividad en todo el mundo".
“Reconocemos la importancia estratégica del sector agropecuario de los países de América del Sur para garantizar la seguridad alimentaria global, para el desarrollo económico-social de la región y para la preservación de los servicios ambientales que ofrece el mundo”, firman en el acuerdo. Es por ello que, los firmantes señalan que “comprenden la necesidad de desarrollar de forma cooperativa un modelo de cooperación continua con gobernanza propia que integre a la sociedad civil, el Parlamento y al sector privado”.
Un hecho inédito
Diego Guelar, ex canciller de Argentina, señaló: “La ‘Carta de Brasilia’, un hecho inédito que pone, por primera vez sobre la mesa, un posicionamiento regional sobre la importancia de nuestra producción agropecuaria”.
Por su parte, Luis Picat, diputado nacional cordobés y productor rural, destacó en un posteo “En la 1° cúpula AgroGlobal 2024 Brasilia, se logró introducir el concepto de que todas las retenciones o derechos de exportación son un riesgo a la Seguridad Alimentaria y los problemas de Desigualdad, ya que influyen negativamente en la oferta y la volatilidad de los precios internacionales”.