Tras haber desarrollado su primera etapa de medidas económicas, que incluyó algunas módicas señalas fiscales, la captura de divisas a través del dólar soja y un anuncio de reducción de subsidios a las tarifas, los analistas económicos comienzan a perder las esperanzas de que la gestión de Sergio Massa consiga hacer reformas de fondo o bien implementar un plan de estabilización que sirva como un ancla para frenar la inercia inflacionaria.
Las expectativas cada vez están más cerca de la consolidación del "Plan Aguantar", es decir, de que el equipo económico siga la senda de mantener la tónica actual, con un menú que incluya medidas sectoriales, planes para que no decaiga el consumo al estilo de Ahora 30, buena sintonía con el FMI y una administración restrictiva de los dólares que ingresan al país, entre otras decisiones tendientes a evitar cambios rotundos.
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El consenso que comienza a formarse entre los economistas es que aquello que Massa no pueda hacer este año no podrá ser hecho durante 2023, ya que el año electoral comenzará temprano, en especial en las provincias que separen sus comicios de los presidenciales. Cualquier medida de fondo tendrá restricciones presupuestarias y malas noticias que no serán compatibles con la campaña.
BL PAR