Semanas movilizantes si las hay. Y en el Xeneize, lo saben. Un efecto dominó que comenzó con la derrota ante Unión deja un presente impensable hace un mes. Eliminado en Libertadores, la desvinculación con Battaglia y ahora la presunta salida de Carlos Izquierdoz quieren equipararse con la llegada de Martín Payero y el anuncio del “Negro” Ibarra hasta diciembre.
Hace tiempo que no hay días tranquilos en el mundo Boca. Las tres derrotas consecutivas por la Liga Profesional se suman a la temprana eliminación en la Copa Libertadores ante Corinthians. ¿La consecuencia del mal andar? El despido de Sebastián Battaglia que, luego de un comienzo torcido de la temporada -futbolísticamente hablando- porque sacó campeón a su equipo de la Copa LPF y parecía haber encontrado cierta armonía en el armado del once.
Era un equipo que empezaba a salir de memoria y encontraba a cuentagotas su mejor versión. Pero, de golpe, se desmoronó. Un punto clave en la formación titular es Darío Benedetto, que presencia un bajón futbolístico, estando más pendiente de lo que sucede fuera de la cancha que dentro de la misma. Algo que se nota y mucho.
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Cuando las cosas no podrían empeorar, llegó el anuncio del Consejo de Fútbol desvinculando a Battaglia de su cargo. No fue puramente una cuestión de rendimiento del equipo, sino una ruptura en la relación con Juan Román Riquelme y a la interminable carrera de egos.
Riquelme no es el presidente, pero actúa como tal, una situación conocida en otros ámbitos del país. En consecuencia, “el último 10 xeneize” es la voz de mando en el club de la Ribera. En primera instancia fue el que determinó que Battaglia no continúe y que tome su lugar hasta fin de año el Negro Ibarra junto con Gracián.
Allí continua el mencionado efecto dominó. Previo al partido con San Lorenzo, sorprendió a propios y extraños la ausencia del capitán, Carlos Izquierdoz. Cali fue un jugador que estuvo siempre presente en el plan táctico de los técnicos xeneizes. Ibarra lo borró. Da a entender que no fue una decisión exclusiva de él, sino otra vez aparece la sombra de Román.
Otra relación agrietada con el defensor central lo dejó en las puertas del club y con la intención de dejar la institución de llegar alguna oferta. De efectuarse esta salida se trata de un nombre de peso, que lleva muchos años en el club, algo que no sucede hace tiempo, que un jugador se asiente en Boca por un largo período. De esta manera, la salida de un referente es inminente.
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Para intentar calmar las aguas en Boca confirmaron, a través de una conferencia de prensa sorpresiva, que deja en evidencia el estado de urgencia, la llegada del primer refuerzo. Tardó y llego en un momento que hasta roza lo innecesario. Martín Payero, uno de los nombres que dejó Battaglia sobre el escritorio de la dirigencia, se pondrá la azul y oro.
El ex Banfield llega proveniente del Middlesbrough del fútbol inglés a préstamo para dar una variante más en el mediocampo. Por otro lado, la novela de Izquierdoz tiene un nuevo apellido en el horizonte. En el caso de que el ex Lanús deje el club, el Xeneize tiene la intención de sumar a Adonis Farías. El central de 24 años milita en Defensa y Justicia y es del gusto del Consejo de Fútbol. El tridente que domina el mundo Boca.
En síntesis, en Boca quieren continuar dejando los problemas debajo de la alfombra. El tema es que ya se sabe lo cortante que es el ambiente puertas adentro. Contradicción no solo entre el Consejo de Fútbol integrado por Román, Bermúdez, Cascini y, en ultima instancia por Delgado, para con algunos jugadores, sino con el mismo presidente del club. La llegada de un solo refuerzo y la confirmación de un técnico interino hasta fin de año no son buenos síntomas de un Boca que necesita que termine el año.
BL PAR