Este 1 de junio se celebra el Día Mundial de la Leche, que Naciones Unidas estableció en 2001 para sumarse a una celebración que ya habían fijado varios países, con el objetivo de crear conciencia sobre los aportes de ese alimento a la nutrición infantil y las dietas saludables. Más de seis mil millones de personas, el 75% de los habitantes del planeta, la consumen en algún momento del día y en sus diferentes presentaciones.
Con una recomendación de tres porciones diarias, se trata de una fuente completa de nutrientes esenciales. Aporta energía, y favorece la recuperación y el crecimiento de los músculos gracias a su combinación de vitaminas del complejo B, suero y caseína, una proteína asociada al calcio. También brinda vitaminas, hidratos de carbono, calcio, magnesio, fósforo y zinc.
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Variantes y veganos
Junto a la carne y el trigo, la leche forma parte de la base productiva tradicional de Argentina, donde se consumen 184 litros por habitante al año. El Observatorio de la Cadena Láctea informó que, en línea con el deterioro de los segmentos medios de la economía, el mayor consumo se está dando en los productos básicos (leches no refrigeradas y en polvo, quesos de pasta blanda, manteca, dulce de leche y yogures bebibles), en detrimento de otros de mayor valor agregado, como yogures en pote, postres, leches saborizadas y quesos de pasta dura, semidura y untables.
Ante el avance de las opciones veganas, en particular los derivados de la soja y la almendra, Agrofy News (un sitio focalizado en el agronegocio) recuerda que, en nuestro país, el Código Alimentario Argentino considera alimentos lácteos a los que provienen de “leche obtenida de vacunos o de otros mamíferos, sus derivados o subproductos, simples o elaborados, destinados a la alimentación humana”.
CB PAR