Carlos Bianco, ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, defendió la reciente autorización de endeudamiento al asegurar que “solo tomamos la deuda necesaria para pagar los vencimientos que dejó Vidal” y que la provincia debió “hacer malabares” este año para afrontar obligaciones por 2.500 millones “con recaudación propia y sin financiamiento”. En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), aseguró que Buenos Aires “está mucho más desendeudada que como la recibimos” y explicó que "no están en contra de la toma de deuda, en términos generales; están en contra de la toma de deuda si es para la timba financiera".
Carlos Bianco es economista y político que actualmente se desempeña como ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, designado en diciembre de 2023 por el gobernador Axel Kicillof. Ocupa un rol clave en la administración provincial, manejando temas de gestión, coordinación y agenda pública junto al gobernador. Anteriormente, en la función pública, fue jefe de Gabinete de Ministros de la misma provincia desde 2019 hasta 2023.
Buen momento para hacer un balance: septiembre, octubre, noviembre, comenzando diciembre, finalmente la aprobación de la posibilidad de endeudarse. Hacenos tu especie de racconto de cómo fueron estos meses tan ajetreados de septiembre a diciembre.
Fueron meses muy movidos, efectivamente. Pero, en general: septiembre y octubre, meses que estuvieron muy marcados por las elecciones. En nuestro caso, por un lado, por la organización, por primera vez en mucho tiempo, de unas elecciones bonaerenses, con lo que implicaba ese desafío: las elecciones provinciales más grandes de la historia, con más votantes de la historia, y primera vez que la provincia de Buenos Aires las organizaba con sus instituciones. Con la Junta Electoral de la provincia de Buenos Aires, con el comando electoral provincial, la Policía de la provincia de Buenos Aires, por un lado, en términos de organización, salieron impecables esas elecciones. Y por otro lado, en términos políticos, tuvimos muy buen resultado en la provincia de Buenos Aires luego de 20 años de derrotas en las elecciones intermedias. Estuvo toda la discusión sobre la conveniencia o no de los desdoblamientos.
Nosotros fuimos muy claros cuando establecimos esa definición política, y creo que los resultados mandan. Los resultados fueron muy claros. Cuando se discutió las necesidades, las políticas que estamos llevando adelante en la provincia de Buenos Aires, tuvimos un muy buen resultado. Y después estuvimos participando, obviamente, haciendo campaña. El gobernador se puso al frente de la campaña provincial en la elección de legisladores nacionales, de diputados nacionales, y ahí nosotros tuvimos más o menos el mismo caudal de votos cuando uno le descuenta los votos extranjeros, que no votaban en esa elección. Pero hubo un fenómeno que justamente no pasó en el desdoblamiento, porque el desdoblamiento permitió que aparezcan terceras fuerzas con cierta potencia, empujadas por intendentes de la oposición, cosa que de alguna forma dividieron los votos de la oposición.
La elección nacional se polarizó. Eso era algo que nosotros sabíamos que iba a suceder: la polarización, porque no había terceras opciones masivas o con cierta potencia. Eso generó que el voto opositor se concentrara en La Libertad Avanza y, después, también una candidatura más importante de votantes que afluyeron, entendemos que, en su gran mayoría, esos nuevos votantes que no se hicieron presentes en septiembre también dirigieron su voto a La Libertad Avanza. O sea que, bueno, ahí fue literalmente un empate técnico. Una vez que había que pasar las elecciones, el desafío que teníamos era poder tener, luego de dos años con el presupuesto prorrogado, sin fiscal impositiva y sin financiamiento, poder obtener esas tres leyes, que fue el objetivo que nos planteó el gobernador y, en esos últimos días, terminó con éxito esa negociación.
Primero fue la aprobación del presupuesto y la fiscal impositiva; una fiscal impositiva que básicamente lo que hizo fue ajustar por inflación los recursos provinciales. Y luego plantear una ley de financiamiento que nos permita, como se dice técnicamente, hacer el rollover de los vencimientos de capital y de intereses para el año próximo; recuperar parte de lo que nosotros tuvimos que afrontar de vencimientos de deudas, de capital e intereses de este año, con recaudación propia. Una deuda que nosotros no tomamos, sino que es una deuda que nosotros heredamos, reestructuramos, saneamos de alguna forma, y que era absolutamente necesario para poder tener una gestión dentro de lo razonable el año próximo, en un contexto que está siendo duro para la provincia de Buenos Aires por varias razones.
La primera: los recortes por casi 13 millones de millones de pesos, que llevó adelante el Gobierno Nacional respecto de la provincia. También la caída de la coparticipación que hemos sufrido este año; noviembre, la verdad, que vino muy mal. La recaudación propia también, porque eso tiene que ver con la crisis económica que se está viviendo. Justamente, el tercer punto: cotidianamente vemos que en la jurisdicción, en la provincia más industrial de la Argentina, cierran fábricas, cierran comercios, cierran pymes. Inclusive grandes empresas, grandísimas empresas. Ahora veíamos que Mondelez dejó en disponibilidad 2.300 trabajadores por la caída del consumo ya de galletitas; ya no estamos hablando de consumo suntuoso ni de consumo de alta gama.
La gente dejó de consumir galletitas. Así que, esos son un poco los desafíos: seguir siendo escudo y red de los bonaerenses ante el resultado despiadado que están teniendo las políticas que está llevando adelante el Gobierno Nacional. Ese es un poco el objetivo para el año próximo, ahora un poco más aliviado teniendo la posibilidad de obtener el financiamiento correspondiente para pagar, no para endeudarse, sino para pagar los vencimientos de deuda que tenemos vigente para el año próximo, del orden de los 2.500 millones de dólares.
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¿Cuánta deuda les venció este año que tuvieron que pagar con recursos propios? ¿Cuánto vence en el año próximo y el siguiente? Para sumar: ¿cuánto de todo eso es deuda ya preexistente y cuánto es la nueva deuda para ver si queda un saldo positivo entre el pago de deuda y lo que se están endeudando?
No es que queda un saldo positivo, sino que solamente estaríamos recuperando con lo planteado, que son cerca de 3.000 millones. Nosotros tenemos vencimientos por 2.500 y solamente estaríamos recuperando parte de lo que pagamos con recaudación propia de este año, que no tuvimos financiamiento. Yo entiendo que hay toda una polémica respecto a que dicen: “No, que se está usando más deuda para gasto corriente”. No: nada que ver. Este año tuvimos que hacer malabares para poder hacer frente a los pagos. Inclusive, la provincia hoy, por el endeudamiento en dólares que tomó Vidal, en general, a las provincias no es muy conveniente tomar deuda en dólares, porque las provincias no tienen forma de acceder a los dólares; obviamente, no generan dólares las provincias: los genera el Gobierno Nacional a través de las exportaciones y, por ejemplo, el cobro de las retenciones y el Mercado Único y Libre de Cambios...
El año pasado tuvimos vencimientos por 800 millones de dólares que tenían que pagar en dólares, y este año tenemos otro tanto, así que la situación es muy, muy compleja. Nosotros no estamos pidiendo nada extraordinario. De hecho, en los últimos días habrán visto varios titulares, varias noticias, de que varias provincias de la Argentina salieron a endeudarse. O sea: que está bien tomar deuda para llevar adelante inversiones, para pagar el vencimiento del capital, de los intereses, etcétera. Claro, pero todos se pueden endeudar, menos la provincia de Buenos Aires, parecería. Yo digo que sigue siendo, por parte del Gobierno Nacional, una política explícita de asfixia de la provincia de Buenos Aires. Lo que estamos pidiendo nosotros no es ni más ni menos que lo que necesitamos para pagar todos los vencimientos del año pasado y para recuperar un equivalente a 500 millones de dólares que pagamos este año.
¿Se puede sintetizar así? Que con el nuevo endeudamiento, el total de la provincia, el día que termine su mandato Kicillof, no queda con más deuda de cuando la tomó, porque lo que se está tomando es simplemente para repagar la deuda preexistente. ¿Es correcto exponerlo así?
Exacto. Y te digo más: nosotros, cuando asumimos en el 2019, el ratio, el coeficiente entre deuda que tenía el Gobierno Provincial respecto a su producto bruto era del 9%. Hoy está en 6%. Es decir: nos hemos desendeudado en relación a nuestro producto bruto, y siempre fue la política de responsabilidad que nos planteó el gobernador y que llevó adelante nuestro ministro de Economía. Hoy la provincia de Buenos Aires está mucho más desendeudada que como la recibimos. Y lo que estamos planteando no es tomar nueva deuda, sino tomar la deuda necesaria para poder pagar los vencimientos. Nada más y nada menos que eso.
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Y tener la disponibilidad financiera, con los recursos propios, con la región, con la coparticipación, para hacer los gastos corrientes: los pagos de salario, los pagos de mantenimiento, etcétera; y las inversiones de capital que requiere toda provincia: pavimentación, repavimentación de rutas, construir nuevas escuelas, construir nuevos centros universitarios, construir nuevos centros de atención primaria. Nosotros no queremos gastar recursos propios para pagar deuda. Queremos gastar recursos propios, invertir recursos propios, para más escuelas, más patrulleros, más hospitales, más repavimentación de rutas, más autovías, etcétera. Ese es el punto. Porque si no, terminamos con la recaudación propia en los vencimientos de deuda: ¿quién paga los salarios? ¿Y quién paga la deuda pública?
¿Cómo hacen ustedes para llevar adelante, sobrevivir esta situación sin el apoyo del Gobierno Nacional? Directamente con un Gobierno Nacional enfrentado, cuando los otros gobernadores de la provincia de Buenos Aires, en líneas generales, tenían un Gobierno Nacional afín. ¿Cómo lo logran?
Con mucho esfuerzo. Con mucha austeridad. Hoy el gobierno de la provincia de Buenos Aires es la segunda provincia que tiene menos cantidad de trabajadores estatales respecto de su población. O sea: es un gobierno austero desde ese punto de vista, y la provincia que tiene menos recursos en relación con su población. Y, es un trabajo, si querés, de hormiga; un trabajo artesanal, asignando los recursos a las necesidades reales que tienen los bonaerenses: al pago de salarios con unas paritarias que mantienen el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores estatales; haciendo obra pública; haciendo escuelas. Bueno: eso. Con mucha responsabilidad. Gestionando con mucha responsabilidad y con mucha austeridad los recursos de la provincia de Buenos Aires.
¿Tenés en mente el gasto público total en porcentaje de la recaudación o del producto bruto de la provincia para poderlo comparar con otras administraciones?
No tengo ese dato en este momento. Pero es el menor: tanto los ingresos como los gastos hay una equivalencia. En general vos tenés gastos equivalentes a tus ingresos. Pero es el gasto menor por habitante que tiene la provincia de Buenos Aires respecto de todas las provincias. Es la que menos gasta por habitante en la Argentina. Para ponerlo simple: la provincia de Buenos Aires es la que menos gasta por habitante en la Argentina.
Contábamos en la columna de apertura del programa de hoy que hacíamos una analogía entre el ajedrez y el camino de Axel Kicillof hacia 2027. Planteábamos la cantidad de concesiones que hubo que hacer para conseguir estas aprobaciones de esta ley que vos mencionás. Y, al mismo tiempo, contábamos un intendente que dijo que lo había llamado Kicillof y dijo que ahora empezaban la otra fase: las nuevas canciones. Me gustaría ahora una reflexión hacia adelante, respecto a cómo sigue ya no la carrera del gobernador como gobernador, sino el comienzo de la carrera del gobernador como candidato presidencial.
A ver: nosotros nunca planteamos una candidatura explícitamente del gobernador, y no lo hemos hecho y no lo vamos a hacer, porque creemos que no corresponde. Lo que sí planteamos todo el tiempo es que hay que construir una fuerza política que muestre perspectiva, que muestre futuro, que muestre esperanza a los bonaerenses en la provincia de Buenos Aires, como lo venimos haciendo, y ahora ya a los argentinos. Yo tengo de mirar el diario en papel todos los días. Y abrirlo, y no lo sé, porque la verdad que me amargo bastante cuando lo hago. Me amargo bastante mirando todos los días que cerró tal fábrica, que echó a tantos trabajadores tal otra fábrica, es cotidiano. Es cotidiano el malestar que están sufriendo los argentinos por culpa de estas políticas económicas: no llegar a fin de mes, no tener plata para pagar la luz, endeudamientos tremendos que están teniendo las familias, tasas de morosidad nunca vistas en los últimos años. Así que la situación es muy grave.
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Entonces, digo: más allá de pensar en una persona que sea candidata, en una candidatura explícita, lo que hay que pensar es cómo construir un proyecto a futuro. Y en eso estamos; creo que con el conjunto de nuestra fuerza política, con las diferencias que podemos tener, con los matices que podemos tener, me parece que es lo que hay que empezar a construir de cara al 2027. Y nosotros, más allá de nuestra actividad de gestión, también tenemos responsabilidades políticas de construir una esperanza para los argentinos. Eso es lo que va a pasar en los próximos dos años: nos van a ver cómo seguimos trabajando por la provincia, pero también nos van a ver construyendo políticamente hacia el 2027. Después, la cuestión de las candidaturas se dará con los instrumentos que establece el sistema democrático. Si es unas PASO, serán unas PASO; si es un acuerdo político, un acuerdo político; si hay una candidatura que públicamente es apoyada por la gente, será por esa vía. Pero bueno, eso se verá: falta un montón. Lo que yo digo es construir una alternativa.
Y también se habla mucho de que hay que construir un programa. Nosotros, en la provincia de Buenos Aires, tenemos un programa, y lo ejecutamos todos los días. Obviamente que no es un programa nacional: es un programa provincial. Muchas de esas áreas pueden ser traspoladas al ámbito nacional, pero otras no. La provincia de Buenos Aires obviamente no tiene una política macro, porque la política macro es nacional, y bueno, habrá que discutir la política macro. Tampoco tiene una política exterior, porque esas también son competencias delegadas por las provincias en el Estado nacional. Habrá que pensar una política exterior, una política de defensa, habrá que ir completando esos ámbitos en los que nuestro gobierno no tiene una política porque no tiene las competencias, pensando en el 2027.
Entonces, voy a una pregunta de orden económico que de alguna manera permite proyectar de lo provincial a lo nacional hacia 2027. Lo que está diciendo Kicillof con esta toma de deuda para hacer un rollover de la deuda es: no es para Kicillof y para el peronismo que él lleva adelante, pecado mortal tomar deuda como sí lo era para Cristina Kirchner y algunos sectores más duros del kirchnerismo. ¿Lo puedo entender así? ¿Decir que hay una política macroeconómica pensada para 2027 en la cual la deuda se resuelve renovándola?
No. Son circunstancias muy distintas. Porque está bien desendeudarse: nosotros estamos a favor del desendeudamiento. En la situación en que estaba la Argentina en el 2003 era obligación desendeudarse. Por eso se hicieron las dos reestructuraciones de deuda: 2005 y 2010. Pero el objetivo también de hacer esas dos reestructuraciones era, después, poder acceder a los mercados internacionales de deuda. Porque ninguna empresa crece sin financiamiento. Ningún país crece sin financiamiento. Nosotros no estamos en contra de la toma de deuda, en términos generales; estamos en contra de la toma de deuda si es para la timba financiera.
Ahora: si la toma de deuda, por ejemplo con organismos internacionales, es para hacer rutas, para hacer hospitales, para hacer puentes, para política social, etcétera, estamos a favor de la toma de deuda en esos términos. Si la toma de deuda con los mercados permite llevar adelante el financiamiento del rollover de la deuda existente y no aumentar el cúmulo de deuda, estamos de acuerdo. Por eso, son coyunturas muy distintas. Pero hay que ser muy pragmático en esta situación, y no enamorarse de los instrumentos. Yo digo: no enamorarse de los instrumentos, sino utilizar esos instrumentos de acuerdo a los objetivos políticos y económicos que se tienen en cada momento y de acuerdo a las coyunturas y las circunstancias.
RM/ff