El liderazgo del espacio peronista en Argentina está actualmente en manos de Cristina Fernández de Kirchner, quien asumió formalmente la presidencia en 2024 e incluso llamó a articular a los sectores afectados por la gestión de Milei en un "gran movimiento patriótico" para construir una alternativa política sólida. Sin embargo, enfrenta complicaciones legales que podrían impedirle continuar en cargos futuros, y según el político Carlos Castagneto en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190), "tenemos que hacer una gran interna para que surja liderazgo".
El funcionario y político Carlos Castagneto está vinculado al ámbito de la seguridad social y la administración pública, desarrollando su carrera en distintos cargos relacionados con la gestión previsional y tributaria. Se desempeñó como director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), donde lideró la gestión de prestaciones sociales, jubilaciones y pensiones a nivel nacional. Antes, ocupó cargos en recaudación fiscal y seguridad social.
¿Qué opinión te merece aprobar un DNU que habilite un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional sin conocer sus condiciones, considerando que, según entiendo, se aprobaría tácitamente a través del presupuesto?
Con respecto al acuerdo con Estados Unidos, primero debe pasar por el Congreso, según lo establece la Constitución Nacional. Considero que es una locura, porque gran parte de los 36 puntos favorecen a Estados Unidos —27, 28 o 29 puntos— mientras que solo siete benefician a Argentina, limitándose principalmente a la venta de carne hacia ese país, que además compite con nuestro mercado. Por ello, no veo ningún beneficio en este convenio; se trata de un acuerdo solicitado por el Fondo Monetario y del presidente Javier Milei hacia Estados Unidos y Donald Trump.
¿Cómo perciben desde dentro del peronismo el impacto de las elecciones de octubre sobre la fortaleza o debilitamiento del partido como principal oposición? ¿Cómo vivís esta situación actual del peronismo?
Actualmente estamos en una etapa en la que la semana que viene juran las nuevas diputadas y diputados, y el 10 de diciembre comienzan las sesiones extraordinarias. Por el momento, no registramos ninguna pérdida dentro del bloque de 98 integrantes; nadie ha presentado un interbloque ni, como se rumorea, se ha desvinculado gente de Salta —que, de hecho, nunca formó parte— ni Jalil. Este último, en varias oportunidades, conversó con nosotros y aprobó algunos proyectos del gobierno, pero nunca abandonó el bloque, por lo que no tenemos información al respecto.
Lo que sí es evidente es que el oficialismo absorbió a Propuesta Republicana (PRO) y toda Libertad Avanza (LLA), incluyendo sectores dialoguistas. Por ello, es probable que en el próximo Congreso los dialoguistas otorguen nuevamente todo su apoyo, como hicieron a principios del año pasado durante las sesiones extraordinarias con la Ley Bases.
Más allá de esto, la falta de un liderazgo claro, no solo en la presidencia del bloque sino también a nivel político del Partido Justicialista (PJ), plantea desafíos importantes. Creo que existen líderes naturales, y la líder principal sigue siendo Cristina, aunque esté proscripta y privada de libertad. En los momentos difíciles, el peronismo debe permanecer unido y trabajar en una plataforma electoral sólida, además de mantener contacto directo con la gente, porque la política requiere presencia, diálogo y compromiso con los vecinos, comunidades y distintos sectores, algo que, a diferencia de La Libertad Avanza, el peronismo puede ofrecer para consolidar un gobierno firme que cumpla con lo prometido.
En las elecciones recientes, la información del INDEC mostró que la mayoría de las personas compran con tarjetas de débito y crédito, limitando el consumo y pagando únicamente los intereses. Creo que el gobierno generó un microclima de miedo: la población temía que el dólar se disparara y que hubiera un golpe institucional, algo que el peronismo nunca ha impulsado. Fue un voto basado más en el temor que en la convicción, porque al recorrer barrios y distintos sectores se percibe claramente que la gente enfrenta dificultades económicas muy fuertes y lo siente de manera directa en su bolsillo.
Aunque resulte incómodo, es evidente que existen problemas internos dentro del peronismo. Solo en la provincia de Buenos Aires se vio cómo tuvieron que pasar a un cuarto intermedio hasta el viernes porque no logran aprobar el endeudamiento que necesita el gobernador para continuar gobernando. Dentro de esta situación, ¿podés dar una respuesta sincera sobre la interna del peronismo y cómo creés que se desarrollará o solucionará?
Sabés que no esquivo ninguna pregunta. Sé que hay muchas disputas de poder. El hecho de que Cristina esté en la situación que está, injustamente, y sin un liderazgo con quien conversar diariamente, demuestra que no hay un liderazgo propio. Cada sector del peronismo tira de un lado a otro, pero ahora va a ser necesario un líder, aunque la situación actual no sea conveniente para el partido. Yo vengo del deporte y creo que hay que unir a todos, hablar con sinceridad y salir a la cancha juntos, porque lo que funciona frente a esto es la organización y acción de La Libertad Avanza (LLA).
Encerrarse y ponerse de acuerdo para salir a la cancha juntos requiere, al mismo tiempo, un líder que no puede ser Cristina, por más que lo sea, porque está detenida. Incluso, en la hipótesis de que un presidente la indultara, tendría que haber alguien que no fuera ella. ¿Cómo se logra un liderazgo que no dependa de la expresidenta?
Para mí, un líder no se construye entre cuatro personas, aunque esto pueda contradecir lo que decía antes. El liderazgo se construye trabajando en las provincias, escuchando las realidades y no en una mesa. La época de designar candidatos en una reunión reducida terminó, ahora se necesita un debate dentro del partido y con los demás partidos que conforman el frente. Después, cada uno, a su manera, se ganará el liderazgo. No se construye por imposición, sino por trabajo, por estar al frente de las situaciones, por tener propuestas de gobierno y por escuchar al pueblo.
Considero que la dedocracia terminó en esta situación, incluso con Cristina presente. Quien quiera crecer o ocupar un cargo debe ganárselo trabajando, con el consenso de la población, sin imponer candidatos. Lo que hizo Alberto Fernández en su momento sirvió para ganar una elección, pero luego los resultados no fueron los esperados, y hoy tenemos un presidente como Javier Milei. No hay liderazgos naturales en este momento, cada persona debe ganarse su espacio y trabajar por el bien común, y será la gente quien decida. Es necesario volver a una interna partidaria para que gane realmente quien lo merece y represente a quienes votan, consolidándose a través de la elección interna.
Esto puede suceder recién en agosto de 2027, ¿no debería poder resolverse antes? Faltan casi dos años, así que me pregunto si la solución sería una interna a la vieja usanza, como aquella de Menem-Cafiero.
Así es, debe haber una interna partidaria donde se definan liderazgos y candidatos, y después, el que gana conduce y el que pierde acompaña. Pero quien gana debe convocar a todos, porque la tarea que nos espera será titánica: un país con deuda, desesperanzado, con alta desocupación, seguridad social debilitada y rutas en mal estado. Se necesitarán mujeres y hombres con capacidad, dedicación y voluntad para revertir esta situación y sacar a la Argentina adelante.
De esta conversación surge que la interna debería realizarse ahora, no para definir la candidatura, sino para presidir el partido, con participación de todos y votación abierta, y el presidente que surja —que claramente no puede ser Cristina Kirchner, por estar detenida— deberá ordenar el partido bajo un liderazgo, independientemente de la candidatura de 2027.
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Solo un detalle más: todos los presidentes provinciales del Partido Justicialista deben jugar adentro, no por afuera. Es la única manera de mantener la unidad; de lo contrario, se formarían grupos distintos y surgirían disputas internas.
MV