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MODO FONTEVECCHIA
Entrevista

Chiche Gelblung: la actualidad del periodismo, la crisis en el Gobierno y la irascibilidad del Presidente

El periodista reflexionó sobre el “apagón cultural" que atraviesa el periodismo actual, habló sobre la ruptura de su vínculo con el presidente Milei y afirmó: “A Javier no le gusta que le repregunten ni que lo desmientan”.

Chiche Gelblung en Modo Fontevecchia
Chiche Gelblung en Modo Fontevecchia | Captura

En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3), Chiche Gelblung analizó los cambios que atraviesa el periodismo y relató Javier Milei cómo fue su última entrevista con Javier Milei. “Le molestó que yo le preguntara cuánto gana un jubilado en la mínima”, reveló el periodista.

Samuel “Chiche” Gelblung es un destacado periodista argentino, nacido en el año 1944, con una carrera que abarca desde los años 60 en la revista Gente, donde llegó a ser director. Se destacó en radio y televisión, incluyendo su recordado programa Memoria, premiado en innumerables ocasiones y con una trayectoria de seis décadas en los medios.

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Fuiste uno de mis maestros periodísticos. Recuerdo tu cumpleaños 40 aquí en Editorial Perfil. Escribí en una de las columnas del fin de semana que solo se conoce en serio aquello que se ama, porque conocer en serio implica un esfuerzo, implica una dedicación, implica una entrega a eso que solamente puede justificar el amor. En la redacción nos cruzaron la guerra de Malvinas y el fin de la dictadura. Me gustaría aprovechar toda esa experiencia para que vos narraras cómo ves el periodismo hoy, qué cambió en los últimos años, si el cambio fue vertiginoso a partir de lo que pudiéramos decir el streaming y cómo cambió el periodismo de la política.

Creo realmente que el periodismo no puede escapar al apagón cultural general. Entonces, lo que noto es que hay menor nivel cultural. Hablan más inglés de lo que hablaba nuestra generación, lo cual no es un tema menor, pero no leen libros. Al no leer libros, se te escapa una parte importante de la cultura de un periodista. Hay programas en los cuales vos ves preguntas y hay periodistas que no saben quién fue Adolfo Stray, un humorista genial de teatro de revista. Hay una especie de apagón de todos los pasados. Lo que pasa es que el presente se está llevando buena parte del interés.

Cuando vos ves los resultados de Corrientes y pensás que justamente en el lugar donde desapareció Loan es donde más votos tuvo, evidentemente hay algo del análisis que no se escapa. Nosotros estábamos dando por sentado que probablemente iba a ser un desastre, sin embargo fue un éxito ahí. Loan está olvidado totalmente. La desaparición de un niño de 5 años tuvo un enorme efecto mediático en el país. Nosotros hemos dedicado horas de televisión, con éxito, porque además medía. Ahora, a los efectos del resultado político no tuvo nada.

Vos estás diciendo: si con Loan hubo todo lo que hubo y sacó más votos en el lugar donde Loan desapareció qué había antes, ¿podrá esto indicarnos que todos estos escándalos de corrupción que estamos viviendo hoy, que ocupan horas y horas en televisión, a lo mejor no tengan un efecto electoral?

Sí que va a tener efecto. Ya lo tuvo. Para mí este 8% de Lisandro Almirón lo tuvo. No sé si ya estaba pronosticado ese desastre, pero yo creo que sí lo tuvo, porque además hoy cambiaron todas las encuestas de último momento. Hace una semana Milei arrasaba en la provincia de Buenos Aires. Hoy la diferencia es técnica. Evidentemente no es serio.

La última semana siempre cambian las encuestas y se adecúan a lo que parece ser el resultado.

Igualmente, la encuesta decía que barrían en la provincia y ahora dicen que pierden la provincia. Tienen dos a favor, tres en contra. Ese error técnico lo suman como 3%. Con un error técnico así yo también hago encuestas. Si me sale mal, digo que fue un error técnico. Esto de la grabación de Spagnuolo es muy grave porque está implicada Karina Milei. Y Karina Milei no es un personaje atractivo para la gente en general. No sé si Karina, a quien curiosamente Javier le dice “el Jefe”, tiene la simpatía de la gente. Una cosa es Milei y otra cosa es Karina. Cuando Milei dice que Karina es “el Jefe”, yo no sé si a la gente le gusta que el jefe de un hombre sea una mujer, y menos si es la hermana. Alguna vez los he visto en acción, y Milei no es tan devoto de Karina. Le asigna más cosas de lo que le da bola. Los he visto en situaciones de incluso pensar diferente.

¿Cuántos reportajes le hiciste a Milei?

Varios, creo que diez.

¿Y cómo fue cambiando en la medida que se iba acercando al poder?

Después del último nunca más le pude hacer. A Javier no le gusta que le repregunten, no le gusta que lo desmientan. Por ejemplo, le molestó que yo le preguntara cuánto gana un jubilado en la mínima. Yo creo que no tiene por qué saber el presidente cuánto gana un jubilado ahora mismo, como tampoco puede saber el precio del pasaje de un colectivo. Ayudar ayuda, porque te da una especie de dimensión de la realidad, pero yo no creo que sea para un presidente necesario saber lo que ganan los jubilados.

¿Después de esa pregunta se enojó y nunca más?

Se enojó mucho y nunca más. Y yo tenía buena relación, hasta me vino a ver cuando estaba internado, apenas era presidente. Yo tuve un problema de anemia, estaba internado, y vino sin aviso previo. Y la verdad que me llenó de satisfacción que viniera, porque teníamos una relación. No éramos amigos, porque no se puede ser amigo de un presidente jamás, pero teníamos una relación cercana. Y ese fue el último reportaje. Al otro día me llamó y me dijo: “Nunca más te doy un reportaje”. Hicieron alguna excusa por algún comentario que hice con la artista imitadora, y no le gustó.

Milei
Chiche Gelbung junto a Javier Milei.

¿De Fátima?

Si. Creo que ahora la va a ir a visitar a Las Vegas. Espero que no lo haga el mismo día que hay elecciones en la provincia.

¿Cómo fue cambiando ese Milei que vos entrevistabas cuando era primero ignoto, después poco probable presidente, luego muy probable presidente y luego presidente? ¿Cómo fue ese proceso de cambio?

Yo siempre sabía que iba a ser presidente. No me preguntes por qué, pero incluso se lo dije.

¿El primer reportaje fue en 2021, antes de que fuera candidato a diputado?

Sí. Es más, estuvo en mi casa almorzando también. Era un personaje curioso. Lo invité un fin de semana a mi casa y era un tipo macanudo. El poder te aleja, el poder te condiciona. Yo creo que cambió a partir de su condición de presidente. Se sintió muy a la defensiva con esta historia de que odia al periodismo. La verdad que no entiendo por qué, porque el periodismo fue sin duda el 60, 70% de su éxito. Hablan de las redes sociales, pero las redes sociales no tienen el volumen que pueden tener los programas de televisión. Tienen repercusión, pero es muy relativo. Fijate que después de 15 años de tirar basura contra la televisión abierta, Pergolini termina haciéndola.

Y en Estados Unidos, yo recuerdo cuando Trump asume nuevamente en Estados Unidos, la Asociación de Televisoras norteamericanas, saca un comunicado diciendo que era un presidente hecho por la televisión. Porque Trump hizo fama con un programa de televisión que era “The Apprentice”. Y uno pudiera decir exactamente lo mismo de Milei.

Sí, la instalación del personaje fue en la televisión. Las redes sociales ayudan, y probablemente ayuden, pero no tienen el impacto que tiene la televisión. Lo de Pergolini te hace reflexionar. Se pasó 15 años tirando basura con la televisión abierta y, sin embargo, termina haciendo televisión abierta. Yo no sé si porque se arrepintió, o porque necesita la plata. No creo que necesite la plata, pero a lo mejor necesita.

Yo recuerdo el vaticinio del fin de la radio decenas de veces. Y lo que he visto a lo largo de este medio siglo es que todas las plataformas sobreviven. Ninguna desaparece. Se adaptan a las distintas particularidades de cada época. La radio, de hecho, o el sonido a través de todas las plataformas, es la única que te permite hacer una actividad y al mismo tiempo estar participando en un medio. Y ha crecido.

La radio ha crecido, tiene cada vez más importancia la calle, y la radio es el ruido de la calle. Es la inmediatez. Cuando empecé en televisión, ya era grande. Era viejo para la televisión, pero viajábamos con 200 kilos de exceso de equipaje por las cámaras. Hoy si querés salir desde cualquier parte del mundo, salís con un teléfono celular.

Te veo y me acuerdo de que vos eras muy coqueto. Me acuerdo los gemelos de colores.

Lo sigo usando. Yo me había tomado el trabajo primero de juntar los pares de gemelos, y un día dije: “No, todo va al cajón y listo”. Entonces me toca un gemelo amarillo con uno de plata, lo que venga, no le doy bola. Y eso se convirtió en una especie como de sello.

¿Pero seguís siendo coqueto?

Trato. Los años no ayudan.

Volvamos a qué fue cambiando con los años en nuestra profesión. Yo recuerdo que vos pasaste de revistas a diario, y luego pasaste a la radio y a la televisión. ¿Qué particularidad le asignás a ese proceso de cambio?

Y ahora digital también, tengo un portal. Yo creo que la madre de todo es la prensa escrita. En realidad, lo que a mí más me gusta es escribir. Me duele un poco la espalda cuando escribo, pero creo que la madre de todo es el periodismo. Y después hay alternativas. Me costó adaptar mi forma de hacer periodismo a la televisión. Pablo Sirvén dice que a mí me debe la televisión lo peor y lo mejor de su historia. Yo creo que lo mejor, puede ser, pero lo peor, nunca. Pero fui adaptándome. Me parece que había necesidad de darle un tono diferente.

Un día se armó una polémica por el chorizo normal. El chorizo que vos comprás en la calle tiene soja. La gente no quería admitir que el chorizo tenía soja. Lo llamé a Samid, fabricó chorizos en el piso. ¿Por qué tienen soja? Porque si no, no tenés mordida. A mí me parecía que era revelador eso.

Yo creo que otra de tus características, y no sé hasta qué punto te lo dio también el periodismo escrito de la revista, es que vos siempre tuviste una sensibilidad popular, algo que muchas veces los periodistas que hacen política se aíslan.

El almacén, el supermercado, la verdulería, el restaurante, eso lo inventamos nosotros. Nosotros éramos muy criticados por eso. “¿Cómo van a meter una cámara de televisión en un supermercado? ¿A quién le interesa?”, decían. Hoy lo hacen todos, lo cual me alegra porque me parece que es estar más cerca de la gente. Y hay muchas cosas que yo creo que tenemos el copyright nosotros. Pero porque yo aplicaba eso: el concepto de lo simple y de lo popular.

Otra cosa que yo recuerdo de vos es que te levantabas temprano. Y todas estas cosas que me contás tienen que ver con la televisión también temprano. ¿Qué diferencia hay entre la mañana en los medios audiovisuales y la noche? Vos hiciste las dos cosas.

No me animaría a determinar qué es lo que cambia. Creo que la gente a la noche tiene un poco más de tiempo para pensar, y a la mañana tenés que ir por impacto, tenés que lograr el resultado inmediato.

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Más informativo a la mañana, más analítico a la noche…

Depende del contenido. Recién estaba escuchando a tu locutor. No debe haber nada más difícil que leer en cámara. Este tipo lo hace fácil y me impresionó. Es muy difícil leer en televisión. Nosotros hemos hecho muchas veces eso.

Háblame del “star system". Uno pudiera decir que vos en la revista Gente construiste el star system de la Argentina, y convertiste a personas en celebridades independientemente de la profesión que tuviesen. Y podríamos decir que por aquella época también se escribió aquel famoso libro “La sociedad del espectáculo", donde se planteaba que la política iba a ser un espectáculo. Evidentemente, hoy muchos políticos también son parte del Star System. ¿Qué hace a una persona celebridad? Una profesión que dura determinado tiempo, alguna función social cumple. ¿Las celebridades ayudan a hacer la vida un poco más alegre a la mayoría de las personas que pasan penurias?

Yo no creo que sea una traslación directa, pero hay gente que le cae mejor a la gente y no le exige la trascendencia que nosotros le pedimos. No le exigen ser profundos. Susana Giménez jamás se fotografiaba en un lugar que no fuera el negocio de Cavalli en el Bal Harbour. Y Oprah Winfrey, en Estados Unidos, recomienda un libro por mes. Ese libro vende 100 millones de ejemplares. Entonces, un día al aire le dije: “Susana, ¿por qué no vas a una librería algún día?”. Se enojó porque le dije eso. Pero la semana siguiente fue a una librería, y los libros que ella eligió pasaron a ser best sellers. Fijate cómo a veces los personajes necesitan un poco de guía para eso.

Quiero decirte que valoro especialmente que estés acá en nuestro primer día del programa. Somos discípulos de mucho de lo que vos hiciste. Me acuerdo de ese cumpleaños 40, yo creo que tenía en ese momento 26. Mucho de lo que luego pudieron ser las revistas de Perfil te tienen a vos como maestro en aquellos años.

Es un honor para mí y un placer verte. Y además vos hiciste los mismos tránsitos, de periodismo gráfico a la televisión, y lo hacés muy bien, sin concesiones. Seguís siendo el intelectual de siempre, citás gente difícil, te apoyás en comentarios de lecturas importantes y eso es muy valorado.

TV/MU