Uno de los obstáculos que se suma a los problemas de distribución y logística en la mayoría de los países latinoamericanos cuyos habitantes todavía no accedieron al esquema completo de vacunas contra el COVID-19.
Esa “reticencia o el rechazo a la vacunación a pesar de la disponibilidad de las vacunas”, según la descripción de la Organización Mundial de la Salud, es una de las causas por las cuales países como Jamaica y Guatemala todavía tienen coberturas inferiores al 35%.
Al 20 de abril, sólo diez estados de la región -entre ellos, Argentina, Brasil, Chile y Uruguay- alcanzaron el objetivo del 70% que recomienda la OMS. La “indecisión vacunal” es mayor cuando falta información transparente, confiable y despolitizada.
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Un informe de la InterAcademy Partnership (IAP), una red global de academias de ciencia, ingeniería y medicina, recomienda que los comunicadores científicos sean capaces de entablar debates abiertos con minorías y grupos marginalizados, y que estén preparados para responder al amplio arco de reacciones posibles en la población.
La periodista salvadoreña Lilián Martínez cubrió la respuesta a las vacunas por parte de grupos indígenas. Si bien la mayoría las aceptaba, algunos líderes las veían como potencialmente dañinas. “Nunca hubo campañas para solventar las dudas o ideas erróneas que había alrededor de la vacunación”, explicó al sitio especializado SciDev.Net. Como consecuencia “tenemos 1,4 millones de salvadoreños en edad de vacunarse que no lo han hecho”.
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Su colega Sania Salazar desarrolló un proyecto centrado en las trabajadoras sexuales colombianas. “Entre las desinformaciones a las que daban crédito estaban que personas que se habían vacunado habían muerto después de eso; que la vacuna tenía efectos secundarios muy fuertes; que en la vacuna iban a introducir un chip para controlarnos a todos”, ejemplificó.
Para empezar a revertir la situación, la IAP recomienda una comunicación clara, empática y sensible a la situación de cada grupo, algo que en la mayoría de los países de América Latina sólo quedó en manos de medios alternativos e iniciativas locales.
AVS PAR
