MODO FONTEVECCHIA
Pobreza en la Argentina

Daniel Arroyo: "Si no bajamos la inflación, la sociedad no va a poder aguantar"

El exministro de Desarrollo Social aseguró que existe "una gran chance de que crezca la extrema derecha en la Argentina".

Daniel Arroyo
Daniel Arroyo | cedoc

El exministro de Desarrollo Social y actual diputado nacional, Daniel Arroyo, habló con Jorge Fontevecchia en Radio Perfil sobre la situación actual de la pobreza en la Argentina.

F: El INDEC dio que la pobreza había bajado tres puntos, está en 37 puntos y yo quería aprovechar la experiencia de Daniel para tratar de entender: ¿Qué significa estos tres puntos menos y qué significa esta situación de 37%?  Cuando uno se va al 2002 el mismo número era 57%, Macri lo toma en 32%, lo sube a 36%, sube a más de 40 durante la pandemia, baja ahora a 37. Ahora, 37 y 52 en 2002 parece un abismo y, sin embargo, cuando uno recorre la calle lo que encuentra es que no es tan distinto del 2002 pero en 2002 había 57%. ¿Cómo comparás estos números de hoy con los del 2002? 

DA: Yo creo que la situación, en términos económicos, de dificultades para llegar a fin de mes tiene cierta similitudes de la Argentina hoy con el 2002. Lo que hay es mucho más Estado, mucha más política social.

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En 2002, antes de que asumiera el presidente Duhalde y generara el plan Jefes y Jefas de Hogar, había 200 mil personas bajo programas sociales. Una situación social muy crítica, de caída económica y dificultades y poco Estado. Hoy hay una situación, a mi modo de ver, dominada por la inflación con el pan a 300 pesos, con la leche 130 y con kilo de asado 1000 pesos. Es claro que la situación social es crítica, por más que hay más actividad económica y más trabajos. Lo que hay es más red social: tenemos 1.200.000 personas en programas sociales de transferencia de dinero, gente que cobra el 50% del salario mínimo, más distintos programas alimentarios, más la asignación universal por hijo. Yo diría que ahí hay una diferencia.

La otra diferencia que me parece importante hoy es que se da una contradicción en términos de que hay más trabajo pero no se llega a fin de mes. La otra diferencia hoy es que con trabajo se es pobre. Mucha gente va al comedor igual por eso hay más trabajo, más actividad económica y no baja la cantidad de gente en los comedores. Las dos novedades son que hay más Estado, hay mucha más política social, mucho más después de la pandemia y que muchos de los trabajadores son pobres y es un problema serio.

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F: Hablábamos ayer con Agustín Salvia de la evolución del proceso de la pobreza y otra forma de pobreza. Lo que parece diferente respecto del 2002 es que no estaba la asistencia del Estado que hay hoy y qué entonces puede explicar que en aquél momento era 57% y hoy 37%, pero quizás lo que esto no está explicando es que la clase media baja en 2002 estaba mejor que lo que hoy está. Esta gente que tiene trabajo pero no le alcanza para llegar a fin de mes, porque el Estado ahí no llega, llega a la gente más vulnerable. ¿Cuál es la situación, no de la gente en situación de pobreza sino del escalón inmediato superior a ese 37%?

DA: Para mí el problema central es el endeudamiento de las familias. El  escalón arriba de la pobreza, que es pobre o no depende cómo se miden cada momento, con el aumento de alimentos seguramente cambió la situación, ese sector que entra y sale, que yo llamaría "vulnerable", que no es pobre pero está ahí, es el endeudamiento.

Para mí es un fenómeno que se desató muy fuerte en los últimos años es que, como la gente no le alcanza la plata, se endeuda. Arranca pagando el mínimo con tarjeta y pateando para adelante, después va a la financiera de la esquina, después va a la vuelta y terminan tomando crédito al 200% anual en cualquier lado y arranca el mes de -10 no de 0. 

El crédito es generador de pobreza hoy en la Argentina. La pobreza extrema, además de no llegar a fin de mes tiene que ver con el tema de falta de vivienda, infraestructura básica, de no tener lo mínimo, de que los padres y los abuelos fueron pobres. Arriba de eso, está el sector vulnerable que está en una situación crítica y que la estadística no lo toma como pobre. (Ese sector) empeora la calidad nutricional, es comer más fideos, harina, arroz, menos leche, carnes, frutas y verduras y está endeudado y vive endeudado. El fenómeno del re-crédito, uno toma deuda para tapar una y otra. El fenómeno de endeudamiento es lo que le desarma la vida cotidiana permanentemente.

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F: Podríamos decir que Argentina vivió la situación inversa al Brasil de Lula Da Silva. Lula llevó de la pobreza a la clase media-baja a 40 millones de brasileños que más o menos representan 20% del total de la población y Argentina llevó a la clase media-baja a casi clase baja a otro 20% de la población, que será la diferencia entre este 57 y 37% de 2002 a 2022.

DA: Mi opinión es que lo que entendemos como clase media en Brasil no es exactamente la clase media nuestra argentina.

F: Me refiero a clase media-baja, este 57% en 2002 versus 37% en 2022 hay 20%. Ese 20% supuestamente se recuperó y dejó de ser pobre para ser clase media-baja. Ahora, no está hoy en la situación de pobreza pero probablemente desde el punto de vista económico está muy empobrecido, pero no lo refleja el índice de pobreza.

DA: Desde el punto de vista está empobrecido y tiene movilidad social descendente. Ese 20% tiene muchas dificultades pero hay una presencia muy fuerte del Estado, 

F: Pero en ese sector no.

DA: En mi cabeza, el trabajo está conformado por tres imágenes. Primero, un docente, trabajador formal, tiene recibo de sueldo, tiene un esquema de qué va a pasar con su vida. Segundo, un trabajador informal integrado, el que hace durlock, que sale y le va bastante bien, que se especializó, que la tiene muy complicada con los ingresos pero tiene una agenda, le piden un laburo en 15 o 20 días. Y tercero, el que hace changas, el que va a la rotonda a ver que engancha cada día. 

Esas tres están con problemas, los dos últimos tienen más oferta de trabajo pero se van empobreciendo en términos de ingreso y para mí esa es la cuestión central. Cómo reconstruir eso tiene que ver con varias políticas pero una muy clave, a mi modo de ver, es recuperar la idea de que el que trabaja no es pobre. Reforzar el tema de los ingresos, alguien que trabaja sosteniblemente no le alcanza.  Para no ser pobre ahora a fines de febrero hacían falta 84.000 pesos. Muchas de las personas que tienen trabajo no llegan y ahí está la situación.

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F: Vos dijiste recientemente "Alberto Fernández tiene la unidad en su ADN y quiere consolidarla". Al mismo tiempo, vos dejaste de ser ministro de Desarrollo Social inmediatamente después de las PASO del año pasado como parte de la tensión entre distintos componentes del Frente de Todos. E inclusive, cuando se planteaba aquellos funcionarios que no funcionan mucho te asignaban a vos el ser uno de los que citaba el kirchnerismo. ¿Cómo ves hoy la posibilidad de que esa unión se mantenga, de que se llegue con unidad a las próximas PASO?

DA: Yo me fui antes de las PASO porque fui candidato. Rossi y yo que éramos los dos candidatos nos fuimos antes y después vinieron las PASO, se perdió y vino un cambio grande de Gabinete.

F: Y si no entiendo mal, te colocaron en una posición que no estabas.

DA: Fui el número 12 en la lista y hoy soy diputado a partir de eso. Yo veo esto: hay diferencias fuertes en términos del acuerdo con el Fondo Monetario. A mí parece que eran inevitables, porque realmente tensiona.

En mi opinión, cada vez que hay un acuerdo con el FMI en cada país pasan dos cosas: se reconfigura el sistema político y aumenta la conflictividad política en las calles. De hecho, cuando Macri toma en el 2018 el último préstamo no existía el Frente de Todos.

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F: ¿El Frente es hijo de ese acuerdo de Macri con el Fondo?

DA: No solamente pero en parte. Veníamos de distintos lugares, había una idea de que la cosa estaba mal y que había que unificarse, pero de alguna manera eso lo aceleró. 

Yo veo como natural que haya miradas distintas. Tenemos que mantener la unidad, creo que se va a mantener la unidad. Para mantener la unidad tenemos que lograr un punto clave, que es un plan antinflacionario. El quiebre está entre la sociedad y la política, está rota la relación entre las sociedad y la política.

Tenemos tres desafíos: que la plata rinda, que es generar un plan antinflacionario -a mi modo de ver integral y rápido-, recuperar la escuela como el centro de comunidad; y que el estado te cuide en materia de seguridad.

Si no pasa eso, creo que tenemos una gran chance de que crezca la extrema derecha en la Argentina y creo que es algo muy negativo para América Latina y para la Argentina. En ese esquema yo veo la unidad como parte de mi obligación, colaborar en lo que yo puedo a la unidad. La unidad es resolviendo estas tres cuestiones básicas.

F: ¿Cuál es, a tu juicio, la amenaza de que el Frente pueda llegar a romperse?

DA: Que no resolvamos estas cuestiones

F: ¿Y si no se le encuentra la solución a la inflación?

DA: Yo creo que el kirchnerismo construyó una identidad en base a dos ideas fuertes, más en la época de Cristina: la idea de la distribución, o sea que los que están peor tienen más ingresos y la creación de nuevos derechos al estilo de la Asignación Universal por Hijo. 

La clave es un plan antiinflacionario que tiene que tener por lo menos tres componentes: un componente es que un conjunto de alimentos sean accesibles, esto del fideicomiso para el tema de la harina, de lograr efectivamente retrotraer los precios al 10 de diciembre y que ciertos cortes de carne estén en precios cuidados; generar un sistema de crédito no bancario y generar un sistema de mercado de cercanía, que el productor venda directamente al consumidor, achicar esa brecha; y un mecanismo de macroeconomía en términos de déficit fiscal y de emisión. Si no bajamos la inflación, la sociedad no va a poder aguantar dos años más de 50% de inflación.

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F: Vos dijiste "el kirchnerismo tiene en su ADN la redistribución y la creación de nuevos derechos". Esencialmente, si la identidad es esa, pareciera una identidad insustentable porque es imposible siempre crear nuevos derechos y siempre redistribuir. Se llega a un punto en el que no se puede redistribuir más y en que no se puede crear más derechos. Entonces el ADN del kirchnerismo es finito porque, pasado cierto punto, se hace insustentable.

DA: A ese elemento hay que agregarle desarrollo económico productivo. Distribuir sin crecimiento económico no es posible, es posible en algún momento puntual pero no es posible sostenerlo y, al revés, crecimiento económico sin distribución también. 

En ese equilibrio, además de crear nuevos derechos y redistribuir, tenemos que ampliar la torta productiva, generar desarrollo económico. Argentina está en una situación crítica. Hoy lo que está trabando todo es la inflación: requiere una política integral para bajarla sustantivamente y rápido. Es lo que desacomoda la vida cotidiana.