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MODO FONTEVECCHIA
El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 544: Un año y medio de aceleracionismo libertario

Un año y medio de Javier Milei podría medirse como un mandato entero de cualquier otro gobierno. Un repaso de las medidas del modelo que avanza con métodos de transformación veloz del capitalismo argentino.

La asunción de Javier Milei
La asunción de Javier Milei | AFP

Este 10 de junio se cumple un año y medio desde que el presidente Javier Milei asumió, el 10 de diciembre de 2023. Según Spinoza el tiempo se divide entre el tiempo abstracto y matemático, es decir el tiempo medido objetivamente en horas, minutos y segundos, y el tiempo concreto de la experiencia humana. El devenir, en palabras de André Comte-Sponville.

El tiempo vivido, experiencial y subjetivo no se puede medir objetivamente. Un año y medio en la tranquilidad del medio del desierto no es igual a un año y medio en la inestable Argentina, por ejemplo. Mucho menos si la gobierna Javier Milei. Esto repasaremos en esta columna de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3)

Devaluación del 118%, cacerolazos a días de la asunción, motosierra sobre el gasto público, miles de despidos en el Estado, protocolo antipiquete, un DNU que transforma la normativa del país con más de 200 artículos, la Ley Bases y sus facultades extraordinarias. El caso $LIBRA. Represión a manifestantes, jubilados y a periodistas que cubrían las marchas. Miles de heridos, cientos de detenidos. Trump ganó las elecciones estadounidenses y Milei se alinea totalmente con el nuevo gobierno norteamericano. Estabilización de la inflación, nuevo acuerdo con el FMI, fin del cepo, debate con economistas liberales por el tipo de cambio, “mandriles”, macristas huyendo a las huestes libertarias, el PRO perdiendo en Capital con Adorni, Macri cediendo a la Libertad Avanza, Cristina Kirchner y Axel Kicillof se distancian, rumores sobre la detención de Cristina. Milei hoy volvió a tuitear por enésima vez que no se odia lo suficiente a los periodistas.

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Un año y medio de Milei podría medirse como un mandato entero de cualquier otro gobierno. Además, podemos sacar como primera conclusión que es un fenómeno político totalmente novedoso. Puede tener similitudes con otros planes económicos como el de Menem, o inclusive el de la última dictadura militar, con Martínez de Hoz. También puede repetir las formas de la narrativa política populista del kirchnerismo. Pero todo tiene otras dimensiones.

Además, hay una suerte de componente aceleracionista en el gobierno de Milei. El aceleracionismo es la corriente filosófica y política que cree que para romper con las instituciones existentes deben acelerarse las tendencias presentes en el capitalismo, en este caso, y expandirlas hasta que, en el caso del aceleracionismo de izquierda, termine colapsando el capitalismo mismo por sus propias contradicciones.

En el caso del aceleracionismo de derecha, se busca que colapsen las instituciones republicanas, democráticas e institucionales de cualquier Estado para que pasen a ser las corporaciones las que retengan el poder absoluto, sin ninguna regulación. Milei avanza con métodos de transformación veloz del capitalismo argentino. Decretos, vetos, resoluciones y una actividad de comunicación frenética dejan al sistema político shockeado frente al avance de las transformaciones libertarias. Milei ya dijo que no cree en la democracia y muchas de sus políticas así lo demuestran.

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Por otro lado, si es el topo que quiere dinamitar el Estado desde adentro y solo el Estado interviene entre los diferentes actores económicos de una sociedad capitalista —entre el capital y los que tienen su fuerza de trabajo—, lo que queda es una suerte de gobierno de los que tienen el capital. El fin mismo del aceleracionismo de derecha o movimiento neorreacionaro inspirado en las ideas de Nick Land.

El continuo ataque a la prensa y los opositores no tiene otro precedente en la democracia y el ajuste tampoco. La estabilidad lograda en base a contener la inflación sosteniendo un dólar barato en base a endeudamiento y a la represión de los movimientos sociales, que tuvieron que prácticamente abandonar el piquete como método de reclamo, hacen que el Gobierno pueda festejar el balance de este año y medio. Sin embargo, las mismas herramientas que utiliza para llegar a esta estabilidad pueden destruirlo.

El dólar barato sumado a la apertura de las importaciones está complicando a la industria nacional que absorbe la ocupación laboral mayoritaria. Si esto sigue así, se irá a un drástico aumento de la desocupación y a una fuerte recesión económica. Además, los bajos salarios y el ajuste al gasto público desatan reclamos con legitimidad social, como el del Garrahan, que erosionan la imagen del Gobierno.

Represión

La continua represión a jubilados y otros actores movilizados, en conjunto con la denigración, apriete y, posiblemente, espionaje a periodistas y políticos opositores puede desatar una reacción democrática que deje a Milei en minoría.

Por lo pronto, estos peligros de la administración libertaria se encuentran en el terreno de las posibilidades. Hoy Milei se encuentra fuerte y no hay ninguna figura de la oposición que le haga sombra. El campo opositor todavía parece confundido y desorganizado, sin liderazgos claros, y aún con poca capacidad de unirse en contra de Milei.

El Gobierno parece tener oscilaciones en su imagen, pero su esquema de apoyo popular, por así decirlo, parece estar sostenido en un 30% de núcleo duro aproximadamente. Ese es el que lo acompañó en las PASO y la primera vuelta, más un porcentaje variable de “votantes blandos” que aumenta o retrocede según el momento y que por ahora lo prefiere frente a la posibilidad de la vuelta del kirchnerismo.

El hecho de que justamente sea el kirchnerismo la principal fuerza opositora, y que Cristina Kirchner se haya ocupado en intentar bloquear cualquier renovación de liderazgo en el peronismo, mantiene la situación en un equilibrio favorable para el oficialismo.

Paralelamente, el total alineamiento de Milei con Estados Unidos y la vinculación de Milei con magnates tecnológicos como Elon Musk, hizo que se mencione a nuestro país en varias escenas de una reciente película norteamericana. El guion trata sobre un grupo de amigos millonarios digitales que se recluyen en la montaña mientras se desata una crisis desatada por el uso de la inteligencia artificial. La película se llama “Mountainhead” y fue dirigida y guionada por el director de la serie más exitosa sobre el poder corporativo, “Succession”.

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“¿Tomamos el mando de algunas naciones debilitadas? ¿Les mostramos cómo se hace? En uno o varios estados fallidos o frágiles de Occidente, por decir alguno, Argentina, Venezuela o Cuba, intelectual y financieramente respaldamos el intercambio a estados en la red de criptimonedas. A la gente le encanta y crecerá”, dice uno de los protagonistas.

“Bien simple. Así va la cosa. Destrucción creativa. La primavera árabe. Quizá tomemos a El Salvador como un ensayo. Para luego profundizar en Argentina, los bancos, las calles, definitivamente funcionará”, responde otro de los amigos.

En otra de las escenas, uno de los cuatro millonarios tiene una videoconferencia con funcionarios argentinos que visten uniformes militares. Los amigos mencionan la idea de probar primero en El Salvador, que tiene un tamaño similar a la provincia de Tucumán, para luego probar en Argentina.

Esta vez la realidad y la ficción se complementan. Argentina parece un experimento de la extrema derecha mundial y de un sector de las principales corporaciones tecnológicas. Algo así como fue la Chile de Pinochet en los años setenta, ideada por uno de los ídolos de Milei, Milton Fredman y respaldada por Estados Unidos. Luego, se expandió a la Gran Bretaña de Margaret Thatcher y luego a los Estados Unidos de Ronald Reagan.

Un laboratorio donde experimentar teorías económicas y sus reacciones sociales para luego expandirlas a países más importantes con las correcciones necesarias y los anticuerpos a las reacciones producidas, una vez hecho el experimento en países más chicos. A un año y medio de Milei, seguimos intentado entender el fenómeno.

Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi

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