¿Qué pasa si, producto de los innumerables escándalos de corrupción que se acumulan, cae “El Jefe", como se conoce a Karina Milei? La relación simbiótica que une a ambos hermanos es tan estrecha que no hay fusible ni posibilidad de que esto no afecte al propio presidente Javier Milei. ¿Podría ser que la conclusión de la suma de escándalos sea un juicio político que incluya tanto al Presidente como a la secretaria de la Presidencia, que hoy es un cargo con rango ministerial?
A estas horas, un nuevo escándalo sacude al Gobierno y salpica directamente al círculo más cercano del mandatario. Como trascendió en todos los medios, en un audio del propio abogado del Presidente, Diego Spagnuolo, se lo oye denunciando maniobras que involucran coimas a laboratorios por 800 mil dólares mensuales y dice tener pruebas contra Karina.
Esta madrugada, tras allanamientos, secuestraron sobres con dólares en el auto de Emmanuel Kovalivker, dueño de la droguería Suizo Argentina, uno de los involucrados en el escándalo de los audios de Spagnuolo. El hombre intentó fugarse al momento del allanamiento en su domicilio de Nordelta.
En el audio de Spagnuolo, que ya fue reproducido múltiples veces en los medios, se oye al extitular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) decir: “Hablé con el Presidente y le dije: ‘Están choreando, te podés hacer el boludo, pero no me tiren a mí este fardo. Si llega a haber algún quilombo y no me cuidan, tengo todos los WhatsApp de Karina”. La nueva edición de la revista Noticias, que salió este viernes, tiene como foto principal a la hermana del Presidente, con el título “La cajera”.

La investigación en curso llevó también a que se allanaran las oficinas de la ANDIS y la droguería, que permanece cerrada desde hace varios días. En ambos procedimientos se secuestró material vinculado a las contrataciones de medicamentos. Suizo Argentina aparece mencionada como quien ejecuta los contratos y pide un retorno del 8% que va directo a la hermana del Presidente y al conglomerado de apellido Menem.
En la denuncia aparece implicado Eduardo “Lule” Menem. “Lule lo que está haciendo es que está choreando de una manera…”, se oye en los audios. Es llamativo que en una entrevista de hace un año de Spagnuolo con Alejandro Fantino, el conductor de una voz oficial paralela le dice “no te dejés usar”, y repite una y otra vez que las prácticas de la casta y la vieja política ocurren en cualquier localidad, como en “Lule”. El punto es que ciertas personas ya conocían qué estaba pasando hace un año.
No es la primera vez que el nombre de a quien Milei llama “El Jefe” queda involucrado en escándalos de corrupción. Esta vez, la ironía es doble, porque quien destapó el escándalo es el hombre al que Javier Milei eligió para que lo defienda en la Justicia, su abogado, como bien señala Franco Lindner, en su última nota para la revista Noticias.
El año pasado trascendió otra denuncia que involucra a la droguería Suizo Argentina y a Martín Menem, nada más y nada menos que realizada por Sandra Pettovello en la justicia federal por estafa y administración fraudulenta de 30 mil millones, según publicó el medio La Política Online.
Karina Milei tiene una imagen negativa significativamente superior a su hermano Javier. Resulta comprensible como mecanismo de defensa que quienes votaron por el Presidente desplacen toda su negatividad hacia su hermana para preservar su propio voto, pero Karina y Javier son como una hidra de dos cabezas. En algún momento esa mayor negatividad se trasladará también al jefe de Estado, porque no hay uno separado del otro.
La denuncia de corrupción en Discapacidad, de corroborarse, tiene un componente éticamente deleznable. Mientras el Gobierno vetaba la emergencia en discapacidad, los laboratorios farmacéuticos estaban obligados a hacer aportes fraudulentos para garantizar sus contratos con el Estado. Algo que sorprende por lo vil: les sacaban medicamentos a discapacitados, sectores muy vulnerables de la población, mientras cobraban coimas a los laboratorios.
Pero uno podría hacer una lista de temas relacionados con Karina, quien fue uno de los personajes principales de la criptoestafa de $Libra, donde aparece ya mencionada en los tribunales de Nueva York por su rol de anfitriona del norteamericano Hayden Davis, el responsable de la operación en la Casa Rosada. No olvidemos tampoco las múltiples denuncias que, desde el principio de la campaña, salieron a la luz por la compra de candidaturas y cobros por poder reunirse con el Presidente, pidiendo dinero hasta por cenas con él como denunció el artista Pallarols. Todos los caminos de este tipo de denuncias conducen siempre a Karina.
Paralelamente, la estrecha relación entre Karina y los Menem es conocida. No es casual que haya sido Martín quien acompañó a Karina a las giras por el interior para armar el partido. Vale preguntarse si los Menem son socios o testaferros de Karina Milei. La tapa de la revista Noticias de hace dos semanas, con el título “Los Menem S.A” muestra a cuatro de los integrantes de la familia, pero falta todavía un quinto.

Vamos a desarrollar un poco el escándalo de la licitación a la empresa de seguridad de Martín Menem, que no ha trascendido tanto en los medios como los otros casos. Hace un mes, salió a la luz que el Banco Nación adjudicó un contrato por casi 4.000 millones de pesos a una empresa de seguridad privada con pasado societario ligado a la familia Menem.
Se trata de Tech Security SRL, que obtuvo la concesión para custodiar la Casa Central de la entidad y otros edificios estratégicos. Hasta el 6 de diciembre de 2023, cuatro días antes de la asunción de Javier Milei, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, figuraba como accionista de la compañía, aunque transfirió sus participaciones a su hermano Adrián antes de asumir su banca.
Además de la reciente adjudicación, Tech Security acumula otros contratos con el Estado y el sector privado. Según registros oficiales, en diciembre de 2024 la Fundación Favaloro renovó un acuerdo con la empresa por 1.312 millones de pesos para cubrir servicios de seguridad durante seis meses. En gestiones anteriores también prestó servicios en museos nacionales bajo la órbita de la secretaría de Cultura.
Si bien las denuncias de corrupción de este tipo comenzaron a salir a la luz desde la campaña que llevó a la presidencia a Milei, ahora se combinan con un escenario adverso, de desgaste de su gestión y acumulación de enemigos por doquier. El “triángulo de hierro” se fundió, o al menos abolló, tras un cierre de listas que dejó marginado al sector de Santiago Caputo. Otro personaje del riñón del poder que está enfrentado con el Presidente y su hermana es la vicepresidenta Victoria Villarruel, a quien se la asigna como amenaza latente puertas adentro.
El analista Jorge Asís afirma que, tras los diversos escándalos del Gobierno, siempre es Guillermo Francos el que sale a ordenar los desaguisados, a quien apodó “amanecer”, porque siempre tiene que salir a “aclarar”. Pero cada vez sus aclaraciones alcanzan para menos. Ayer incluso tuvo que decir que no pondría las manos en el fuego por ningún funcionario.
Además, el Gobierno se las arregló para poner en contra a nada menos que 24 gobernadores, principalmente por los ajustes en la coparticipación y recortes en la obra pública. No hubo otro caso en la historia argentina en la que todos los mandatarios firmaran juntos un documento en contra del Poder Ejecutivo nacional.
Y por si fuera poco, el Gobierno perdió 15% de sus diputados desde la última elección, y cuenta actualmente sólo con 34 bancas propias, lo que motivó una estrategia de “gobernar con minoría” mediante un abuso de la herramienta del veto presidencial y con la pretensión de no tener que hacerlo a partir del próximo 10 de diciembre, con un Congreso con más integrantes de La Libertad Avanza (LLA).
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El Gobierno no ha emitido palabra sobre los escándalos de corrupción de los últimos días. Estamos hablando de un Presidente que asumió de espalda al Congreso para no comulgar con las “ratas corruptas” de la “casta”, según sus propios calificativos. A medida que la corrupción sale a la luz y el programa económico no da respuestas a la microeconomía, que es en definitiva la vida cotidiana de la gente, comienza una fractura en su base que pone en riesgo su esquema de poder.
En Modo Fontevecchia tuvimos la oportunidad de entrevistar a Carlos D’Alessandro, uno de los parlamentarios que rompió con La Libertad Avanza para conformar el bloque “Coherencia”, y afirmó algo que puede ser muy relevante para la investigación por corrupción en discapacidad. Tanto él como otro compañero de bloque sabían "hace seis meses" de este esquema de corrupción.
Es evidente que esta denuncia toma estado público ahora como parte de un proceso de debilitamiento del Gobierno en todos los frentes y se le animan quienes antes refería posponer conflictos a la espera de un momento más propicio. Es decir, los diputados aliados negociaciones ya no votan más con LLA, y algunos se van a construir otro bloque. Al mismo tiempo, 24 gobernadores presentaron un documento en contra del Ejecutivo y la Justicia allanó la casa del dueño del laboratorio acusado de pagar coimas a la secretaria de la Presidencia.
Además, D’Alessandro agregó que tuvo una "discusión muy fuerte" con Lule Menem por el armado. “Cada vez que hay un hecho de corrupción aparecen los Menem”, advirtió. Vuelve la pregunta de si para poder aparecer, los Menem cuentan con el contubernio de alguien arriba de ellos. ¿Quién podría estar por encima del presidente de la Cámara de Diputados, cuarto en la línea presidencial, siendo que la vicepresidenta está opuesta a ellos? Evidentemente, no queda más jefe que “El Jefe”.
Y todo esto ocurre en medio de derrotas legislativas que debilitan al Gobierno y revelan crecientes fisuras en sus alianzas políticas. Este jueves, en una jornada cargada de tensión y protestas afuera del recinto, cuando la Cámara Alta volvió a poner freno al oficialismo: siete derrotas consecutivas para el Gobierno, que quedó prácticamente en soledad a la hora de defender sus propuestas.

Ante la derrota en el Senado, el Presidente respondió con dureza y acusó al Parlamento de estar “secuestrado por el kirchnerismo” y de buscar “la quiebra del país”. La sesión transcurrió apenas un día después de que Diputados rechazara por primera vez un veto presidencial en la era Milei, al insistir con la emergencia en discapacidad. Esta vez el revés fue aún mayor: se avanzó en el financiamiento universitario, se declaró la emergencia pediátrica y se derogaron decretos que afectaban al INTA, el INTI, Vialidad, el Banco Nacional de Datos Genéticos y varios institutos culturales.
La pérdida de aliados quedó en evidencia. Solo Carolina Losada, dos senadores del PRO y el libertario expulsado Francisco Paoltroni votaron de manera consistente con el oficialismo, mientras que hasta Juan Carlos Romero se limitó a una abstención. El resto siguieron sus convicciones. Comenzaron a cuestionar la adhesión incondicional que pide el Gobierno. ¿Es esto un síntoma del “agotamiento de los materiales” con los que está constituido el Gobierno?
La figura del recaudador de plena confianza es necesaria en todo esquema de corrupción. Lo hemos visto en ocasión de Gobiernos como el de Néstor Kirchner, con Lázaro Báez, o en el caso de Carlos Saúl Menem con Gostanian. En ambos casos, terminaron presos. Hay un elemento en el armado de Milei que no permite este fusible. Se trata de la simbiosis con la figura de Karina, su hermana, una relación tan estrecha que hasta pareciera conformar un gobierno bicéfalo.
Juan Luis González, editor de la revista Noticias y autor de “El Loco”, la biografía del Presidente, se expresó más de una vez sobre la influencia que tiene Karina y su esoterismo sobre el Presidente. Luego de su entrenamiento con Celia Melamed, quien conecta al Presidente mediante sesiones espiritistas con su perro fallecido, Conan, tomó decisiones políticas basadas en revelaciones trascendentales, como expulsar integrantes de LLA. De hecho, se dice que la decisión de despedir a Spagnuolo fue tomada en un acto de emoción violenta.
Victoria De Masi, autora de “Karina. La hermana. El jefe. La soberana”, afirmó en una ocasión que la dependencia de Milei con Karina es tal que ella hasta le “corta la comida” al Presidente. Además, aseguró que tiene “control absoluto sobre los gastos de su hermano” y el cuidado de sus perros.
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Las relaciones simbióticas en la historia del poder muestran cómo dos figuras, unidas por la necesidad mutua, construyen un orden que ninguna de ellas hubiera logrado sola. Más que alianzas circunstanciales, se trata de asociaciones en las que la personalidad de uno se funde con la del otro, al punto de volverse indistinguibles en el recuerdo histórico. En la antigüedad y en la modernidad, este tipo de binomios nos recuerda que el poder rara vez es un acto individual: se sostiene en una trama invisible de complementariedades.
Un caso paradigmático es el de Julio César y Marco Antonio en el ocaso de la República romana. César representaba el genio militar y el cálculo político, el hombre capaz de cruzar el Rubicón y desatar una guerra civil en nombre de su ambición. Marco Antonio, su lugarteniente, encarnaba el vigor del soldado leal y el magnetismo del tribuno popular.
Tras el asesinato de César en el Senado, Marco Antonio asumió el rol de su sombra vengadora: fue su voz la que inflamó al pueblo con el célebre discurso fúnebre, convirtiendo la muerte del dictador en mito. Sin César, Antonio no hubiera tenido proyección política. Sin Antonio, la gloria de César se habría extinguido con su cuerpo. La simbiosis se expresa en la memoria colectiva. Todavía pensamos en ellos como un dúo inseparable.
La figura de la simbiosis también se advierte en la relación de Constantino y su madre Helena. A comienzos del siglo IV, el emperador necesitaba legitimidad espiritual para consolidar un imperio desgarrado por guerras internas. Helena, convertida al cristianismo, actuó como puente entre el poder militar y la fe emergente. Fue ella quien lo convenció de adoptar la cruz como emblema, y quien recorrió Tierra Santa en busca de reliquias, dotando de materialidad a la religión que se convertiría en oficial. Constantino aportó el mando, Helena el sentido trascendente. Sin esa unión madre-hijo, el cristianismo difícilmente hubiera pasado de culto perseguido a religión imperial.
En la península ibérica, la simbiosis tomó la forma de un matrimonio de conveniencia y de proyecto común, con Isabel de Castilla y Fernando de Aragón. Ella, calculadora y visionaria, supo ver que la unidad política era la clave para enfrentar a la nobleza y a los reinos fragmentados. Él, hábil militar, garantizó las victorias en el campo de batalla. La unión no fue solo sentimental: fue la base de la España moderna, la que completó la Reconquista con la toma de Granada y financió a Cristóbal Colón en su viaje hacia América.
Isabel y Fernando son recordados como “los Reyes Católicos”, una entidad dual, inseparable, que transformó a la península en potencia global. En la Corte de su reino había una expresión habitual: “Tanto monta, monta tanto, Isabel com Fernando”. Es decir, que importa tanto uno como el otro.
El modelo también aparece en la Francia del absolutismo, en el vínculo entre Luis XIV y Jean-Baptiste Colbert. El “Rey Sol” necesitaba un administrador capaz de sostener sus delirios de grandeza, y Colbert fue el engranaje perfecto. Mientras Luis brillaba como símbolo de poder absoluto, Colbert reformaba las finanzas, desarrollaba la marina y ordenaba la burocracia para mantener el espectáculo de Versalles. Era la combinación entre el teatro del poder y la ingeniería de gobierno. Luis se convertía en dios terrenal porque Colbert hacía posible la maquinaria terrenal.
Más atrás aún, en los relatos bíblicos, la simbiosis se encarna en Moisés y Aarón. Elegido por Dios para liberar a los hebreos, Moisés tenía la visión y el liderazgo, pero confesaba ser “torpe de palabra”. Aarón, su hermano, fue el vocero que transmitía al pueblo los mensajes divinos. La dinámica era clara: uno hablaba con Dios, el otro con los hombres. Moisés portaba la ley, Aarón la comunicaba. De esa unión nació el relato fundacional del Éxodo, que es también el mito de cómo la palabra y la acción necesitan complementarse para movilizar a un pueblo.
Estos casos, separados por siglos y contextos, trazan un hilo común: el poder rara vez es individual. Lo que llamamos “grandes hombres” o “grandes mujeres” suele ser en realidad una constelación de vínculos simbióticos. César no existe sin Marco Antonio, ni Constantino sin Helena, ni Isabel sin Fernando, ni Luis XIV sin Colbert, ni Moisés sin Aarón. Son binomios que trascienden lo biográfico para convertirse en estructuras: estratega y soldado, emperador y madre santa, reina y rey, monarca y ministro, profeta y portavoz. Cada parte revela que la historia es menos la obra de individuos aislados que el fruto de asociaciones invisibles, donde la simbiosis multiplica el poder de cada parte.

El propio Presidente, emocionado hasta las lágrimas en una entrevista con Viviana Canosa, describió la relación simbiótica con su hermana en función de uno de los casos históricos y dijo: “Karina es Moisés y yo soy Aaron”.
Karina o “El Jefe”, como la llama el Presidente, es una de las personas más poderosas del Gobierno, en tanto comparten una narrativa juntos. Ambos se auto perciben en una suerte de misión en la que ella es una especie de profeta y él un divulgador. También podríamos decir que ella es la verdadera cajera, y él el verdadero político.
Los múltiples escándalos que atraviesan al Gobierno de Javier Milei dejan en evidencia que la figura central, más allá del propio Presidente, es su hermana Karina. Ya no se trata de acusaciones aisladas ni de rumores de campaña. Hoy surgen pruebas, audios y contratos que comprometen a su entorno más íntimo en negocios espurios con laboratorios, empresas de seguridad y hasta una criptoestafa internacional.
La gravedad de estas denuncias radica en que ponen en jaque el corazón del relato libertario. El Gobierno se construyó sobre la promesa de barrer con la “casta” y diferenciarse de la corrupción de los viejos partidos. Sin embargo, al repetirse las mismas prácticas que decía combatir, se vacía de legitimidad el discurso que le permitió llegar al poder y se profundiza el desgaste político y social.
La centralidad de Karina Milei en estos esquemas de corrupción plantea un problema estructural. En un gobierno bicéfalo, donde la hermana controla los hilos del poder y la administración de los recursos, no existe margen para deslindar responsabilidades, y ella no puede ser el fusible. La simbiosis entre ambos impide separar al Presidente de las maniobras que se investigan. Y si Karina cae, inevitablemente arrastrará con ella a Javier.
Los reveses legislativos, las rupturas internas y el creciente aislamiento político refuerzan la sensación de que el proyecto libertario atraviesa su momento más crítico. ¿Cuánto tiempo más resistirá el andamiaje de un poder que se proclamó incorruptible y hoy aparece corroído desde adentro por múltiples denuncias de corrupción?
Producción de texto e imágenes: Facundo Maceira y Matías Rodríguez Ghrimoldi
TV/LT