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MODO FONTEVECCHIA
El editorial de Jorge Fontevecchia

Día 635: Milei 3 - Gobernadores 6

Argentina enfrenta un momento crucial para replantear su equilibrio territorial y político. El ascenso de la secretaría de Interior a ministerio es una señal de que el Gobierno comprendió los gobernadores le colocan un límite a través del Congreso.

Día 635: Milei 3 - Gobernadores 6
Día 635: Milei 3 - Gobernadores 6 | CEDOC

La reunión de la mesa federal mostró la distancia entre el oficialismo y los gobernadores, con pocas sillas ocupadas y tensiones por el veto a la ley de los ATN. Al mismo tiempo, seis gobernadores integran el espacio denominado Provincias Unidas, se agregó uno más el de Corrientes y después de las elecciones se sumarán más, y se mostrarán juntos hoy en Río Cuarto, convocados por Juan Schiaretti y el actual gobernador de Córdoba, Martín Llaryora.

Provincias Unidas coloca al “interior como ideología” y no responde a una sola bandera partidaria. Puede expresarse en el peronismo cordobés, en el socialismo santafesino, en los radicales con gestión territorial o en fuerzas provinciales de raíz pan-peronista o pan-radical. Pero en todos los casos, la coincidencia central es el rechazo al “conurbanocentrismo” y la reivindicación del poder del interior donde se concentran las fuentes de riqueza del país y pueden ser el dínamo de un cambio de nuestra matriz de desarrollo.

La elección de Milei en 2023, con un fuerte apoyo en el interior, mostró cómo el interior se siente relegado frente a la política centrada en Buenos Aires y su conurbano, con Sergio Massa como significante en el balotaje. Expresó un hartazgo acumulado que en ese momento se tradujo en apoyo a La Libertad Avanza (LLA).

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Pero Milei vuelve a ser un porteñocentrista con el agravante frente al kirchnerismo de que además es anti productivista y su modelo es financiero, más aún que el de Mauricio Macri. Los gobernadores buscan ahora unidad y un nuevo pacto fiscal a partir de ser gobierno en 2027.

La experiencia brasileña con el traslado de la capital a Brasilia ilustra cómo un cambio de eje, como una reconfiguración territorial, puede impulsar crecimiento y descentralización, ofreciendo un ejemplo para pensar una Argentina que reconfigure su creación de riqueza y salga del modelo del último medio siglo que primero se estancó y luego directamente generó empobrecimiento y se demuestra obsoleto.

El proyecto que aspira suceder a Milei es uno que ponga en valor el carácter federal de nuestro país. Vale mencionar que Argentina es el único país federal de América del Sur, junto con Brasil,

Podríamos decir que el flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, debutó en las peores condiciones: la primera reunión de la llamada mesa federal apenas contó con tres mandatarios alineados con LLA —Alfredo Cornejo (Mendoza), Leandro Zdero (Chaco) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos)— y la presencia de Luis Caputo y Guillermo Francos. La imagen, con sillas vacías, contrastó con la expectativa de mostrar un diálogo amplio con las provincias después de la derrota electoral en Buenos Aires. Un apoyo “bastante flaco” y sin resoluciones importantes.

El oficialismo reafirmó su rumbo después de haber recibido un cachetazo electoral en la Provincia de Buenos Aires. Incluso defendió a rajatabla su política fiscal, vetando la ley de los ATN, aprobada por amplia mayoría en el Congreso y respaldada por todos los gobernadores, que establecía un reparto automático de fondos hacia el interior. Incluso dirigentes cercanos que asistieron a la mesa federal, como el gobernador de Mendoza, Cornejo, admiten que los beneficios concretos nunca llegaron desde Casa Rosada. El decreto del veto ya fue publicado y regresó al Senado, que ahora deberá reunir dos tercios para insistir con la norma.

Esta vez, los gobernadores se mostraron más cautos ante el llamado del oficialismo. Seguramente hayan recordado el bluff que fue el llamado “Pacto de Mayo” (que finalmente se realizó en julio), y dejó poco y nada en materia concreta. Un encuentro para la foto.

Gobernadores

Pullaro, el gobernador de Santa Fé, criticó que debiera ser el propio Presidente quien reúna a los gobernadores en vez de sus ministros. Y comentó que con Guillermo Francos se firmaron acuerdos que luego no se cumplieron. “Es muy difícil restablecer la confianza cuando alguien pone mucha buena voluntad, pero no tiene el poder para materializar lo que se plantea en las reuniones”, dijo.

En paralelo, los gobernadores opositores se mostrarán juntos hoy en la Expo Rural de Río Cuarto para exhibir unidad frente a Milei, convocados por los cordobeses Schiaretti y Llaryora. Recibirán a Pullaro, Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes). Aunque Ignacio Torres (Chubut) y Claudio Vidal (Santa Cruz) no asistirán por cuestiones de agenda, sus equipos confirmaron que forman parte del bloque. “Será una foto fundacional”, adelantaron desde el espacio.

La actividad incluirá una conferencia de prensa y busca ser un contrapeso a la mesa federal convocada por el oficialismo. Valdés, recientemente incorporado al grupo, cuestionó la iniciativa del Gobierno al afirmar que se trata de “una maniobra electoral”. ¿Reflejan estas dos reuniones nuevamente el histórico contraste entre el interior y el centro? ¿Cuántos otros gobernadores podrían sumarse al espacio luego de las elecciones de octubre?

El contraste entre el centro y el interior ha sido algo permanente en nuestra historia e identidad nacional. La Ciudad de Buenos Aires vive a las corridas, con el ruido de los autos, colectivos y motos, mientras que en el interior la vida parece ir más despacio, con pueblos y ciudades más tranquilas y la naturaleza siempre cerca. El contraste no es algo nuevo: recuerda esas viejas peleas entre unitarios y federales, cuando Buenos Aires peleaba por la centralización todo el poder y las provincias defendían su manera de vivir.

La cultura popular refleja también estas diferencias. En el conurbano surgió el tango, que luego influenció fuertemente al rock nacional, que también se desarrolló en las ciudades del interior. Pero en el interior las nuevas expresiones culturales convivieron con el folklore como la voz de la tierra: la chacarera, la zamba o el chamamé hablan de la vida en los pueblos, del trabajo en el campo, de otro estilo de vida.

El conurbano bonaerense es un motor industrial clave en Argentina. Este territorio alberga una amplia variedad de industrias, desde pequeñas y medianas empresas hasta grandes fábricas, en sectores como la automotriz, metalúrgico, textil, químico y alimenticio.

En contraste, el interior del país se caracteriza por una economía basada en la producción primaria, especialmente en sectores como la agricultura y la ganadería, y la extracción de recursos naturales, como la minería o la producción de energía en la Patagonia. Aunque también existen polos industriales, como la automotriz y alimenticia entre otros en las provincias como Córdoba y Santa Fe.

Además, las economías regionales son fundamentales para la economía local y nacional. Estas actividades generan empleo y desarrollo en las zonas rurales, aunque enfrentan desafíos como la infraestructura limitada y la necesidad de políticas que fomenten su crecimiento y competitividad.

Qué proponía el proyecto de los gobernadores sobre los ATN vetado por Javier Milei

Carlos Pagni, en “El nudo: Por qué el conurbano bonaerense modela la política argentina” (2023), plantea que el Gran Buenos Aires no es un simple espacio demográfico o geográfico, sino el núcleo desde el cual se organizan las principales tensiones sociales, políticas y económicas del país. El autor explica cómo la crisis de 2001 marcó un quiebre histórico, evidenciando el agotamiento del modelo industrial, el avance del desempleo y la expansión de la informalidad, al tiempo que emergió una nueva conflictividad social en la periferia urbana.

El texto también desarrolla la idea de la “conurbanización” como clave para interpretar la política contemporánea argentina. El conurbano no solo concentra población, sino que impone lógicas específicas de pobreza, informalidad, dependencia estatal y formas particulares de militancia. Estas condiciones estructurales modelan campañas, discursos y representaciones, y definen la relación entre lo local y lo nacional.

Y podríamos agregar que, como el cornurbano concentra el 40% del padrón, terminan impregnando el conjunto de la política nacional y opacando políticas que serían necesarias para un desarrollo más integral y armónico del país.

Pagni presenta al conurbano como un “nudo” donde confluyen contradicciones irresueltas: desarrollo y marginación, elites y mayorías populares, Estado central y clientelismo, formalidad e informalidad. Ese entramado explica, según el autor, por qué la Argentina parece quedar atrapada en crisis recurrentes y por qué los distintos proyectos políticos terminan midiendo su fuerza en relación con el poder territorial y social que concentra el Gran Buenos Aires.

Una lectura posible del triunfo de Milei en 2023 podría ser la crisis de ese modelo basado en el conurbano. Aunque el reciente fracaso de Milei en las elecciones de PBA sugiera más un “rebote” porque quizás los votantes bonaerenses utilizaron la boleta de Fuerza Patria como un vehículo de protesta a Milei más que de apoyo al kirchnerismo y sus herencias.

Milei en 2023 fue apoyado de manera muy fuerte en el interior. Apareció como el canal de expresión de un interior productivo que se siente relegado frente al centralismo porteño. No fue casual que el propio presidente hablara de haber puesto “el último clavo al cajón del kirchnerismo”, frase que condensó el hartazgo de un electorado que percibió por años que el Área Metropolitana accedía a tarifas de transporte y energía más bajas a costa de los recursos del resto del país. Podríamos decir que "kirchnerismo" y "conurbano" son sinónimos en el interior.

Pero ahora el Gobierno atraviesa una gravísima crisis. Algunos incluso hablan de las posibilidades de que su modelo económico no llegue a octubre, y la pregunta que circula es qué vendrá después del mileismo. El kirchnerismo espera, con un optimismo algo ingenuo, que la sociedad vuelva a mirar hacia el pasado.

Es cierto que el peronismo logró un importante triunfo en PBA y, al tener un partido fuertemente organizado, pudo canalizar el descontento con un Milei atravesado por escándalos de corrupción y una economía que no arranca. Pero también es cierto que la crisis de representatividad continúa para todos los partidos que gobernaron recientemente.

La gente vota más “en contra de” que “a favor de”. Esto puede representar triunfos para una fuerza política que se imponga como alternativa, pero lo interesante es pensar no en una solución “por descarte”, sino en programas a largo plazo que nos permitan superar las taras históricas de nuestro país.

Provincias Unidas

¿Qué ocurriría si la ciudadanía interpretara, por ejemplo, que el modelo de Milei cumplió parcialmente con su papel de ordenar el déficit, porque al hacerlo paralizando toda la obra pública y reduciendo los ingresos de jubilaciones y salud termina no siendo sustentable porque se consume el capital físico de infraestructura y de personas y reclamara un proyecto diferente tanto al que expresó el kirchnerismo como Macri y Milei como su paroxismo irracional? ¿Podría el interior, como significante y como ideología, ocupar ese lugar superador?

Es interesante que Juan Schiaretti, en un reciente spot de Provincias Unidas, parte de la premisa que “el equilibrio fiscal es innegociable”, pero a al vez señala una diferencia con el equilibrio fiscal que sostiene el oficialismo. Schiaretti señala que el equilibrio fiscal no puede ser a costa de “hachazos”, sino que debe estar apoyado en una reforma impositiva que impulse la producción y genere los recursos necesarios para que este equilibrio sea sustentable.

El rol de los gobernadores se vuelve clave en esta perspectiva. La experiencia de administrar presupuestos limitados sin recurrir a la emisión, y de sostener reelecciones en provincias con alternancia política, se traduce en una especie de “escuela de gobierno”. Los casos de Carlos Menem y Néstor Kirchner, que antes de llegar a la Casa Rosada fueron varias veces gobernadores, son prueba de que ese recorrido puede transformarse en una credencial nacional.

Una trayectoria distinta ofrecen quienes gestionaron la Ciudad de Buenos Aires, como Fernando de la Rúa o Mauricio Macri, donde el poder se concentra en un territorio pequeño y bajo la fuerte presencia del Estado nacional y se agregan el porteño Alberto Fernández y los últimos candidatos presidenciales Daniel Scioli y Sergio Massa. También a los de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Y ni hablar de la inexperiencia que exhiben muchos de los miembros actuales del Poder Ejecutivo y Legislativo que representan al Gobierno.

Lo importante es que La Libertad Avanza, aún sin un partido territorial, triunfó porque algo de lo que plantean hizo eco en los problemas de nuestra sociedad. Es necesaria una refundación de la Argentina y el oficialismo quizás sea el fin de lo viejo, con sus defectos ampliados, para despertar a toda la sociedad también sobre la importancia que significa tener experiencia probada de gestión pública. También para dar a luz el verdadero comienzo de lo nuevo que es lo que esté por llegar.

Hay un ejemplo en nuestra región de cómo un cambio geográfico produjo un boom de desarrollo que es muy interesante. El traslado de la capital de Brasil posibilitó el “boom” económico que el país vecino vivió desde mediados del siglo XX. Lo que multiplicó el crecimiento del PBI, con picos entre 1968, con un crecimiento del 9,8%, hasta 14% en 1973. Se llamó el "milagro brasileño".

El 21 de abril de 1960 marcó un hito en la historia de Brasil: la inauguración de su nueva capital, Brasilia, una ciudad concebida como un símbolo de modernidad en medio de la vasta y despoblada meseta central. Con un diseño urbano innovador y estructuras arquitectónicas de gran magnitud, la ciudad se levantó en un tiempo récord de apenas cuatro años, sin reparar en los elevados costos que implicaron para las arcas nacionales.

Mapa Brasil

Situada a casi mil kilómetros de Río de Janeiro, la antigua capital, Brasilia fue el epicentro de varias jornadas de festejos que reflejaban la ambición del gobierno del presidente Juscelino Kubitschek. Para asegurar agua en una región afectada por largos períodos de sequía, se construyó el lago artificial Paranoá, con una superficie de alrededor de 40 km². Kubitschek describió la creación de la ciudad como "una revolución geopolítica", destacando que "después de haber permanecido casi 200 años al borde del mar, Brasil toma posesión de su territorio".

La planificación de Brasilia estuvo a cargo del urbanista Lúcio Costa, mientras que el renombrado arquitecto Oscar Niemeyer y el paisajista Burle Marx se encargaron de la concreción de sus icónicas construcciones. Niemeyer, cuya obra sería reconocida con el Premio Pritzker en 1988, logró dotar a la ciudad de un perfil futurista que aún hoy impresiona. En 1987, la UNESCO incluyó a Brasilia en su lista de Patrimonio de la Humanidad.

La decisión de trasladar la capital nacional a Brasilia respondió a una visión estratégica: integrar el territorio brasileño y estimular el crecimiento más allá del litoral. Hasta entonces, la mayoría de las actividades económicas y políticas estaban concentradas en la franja atlántica, penetrando hacia el interior un máximo de 85 kilómetros de la costa, lo que dejaba vastas regiones del interior poco desarrolladas por falta de comunicación y aisladas por falta de infraestructura.

Este movimiento coincidió con el auge de proyectos de modernización en infraestructura, como la construcción de carreteras que conectaban Brasilia con las principales ciudades, la célebre ruta Transamazónica. Dichas obras no solo facilitaron la integración territorial, sino que también estimularon nuevas dinámicas de comercio, migración y ocupación del espacio. Así, el traslado de la capital no fue un hecho aislado, sino parte de un programa más amplio de crecimiento conocido como el Plan de Metas, cuyo lema era “cincuenta años de progreso en cinco”.

La capital se convirtió en un ícono del boom brasileño, mostrando al mundo que el país no sólo crecía en lo económico, sino que también aspiraba a ser un líder cultural y político en América Latina. La creación de esta ciudad reforzó la identidad nacional y el sentimiento de que Brasil podía construir su propio destino.

¿Qué podemos aprender de esta experiencia? El ejemplo de Brasil y el traslado de su capital ilustra cómo una reconfiguración territorial puede impulsar crecimiento y descentralización. Este caso ofrece una referencia concreta para pensar en Argentina, donde una planificación estratégica y un pacto fiscal que reconozca las realidades regionales podrían equilibrar la relación entre Buenos Aires y las provincias, fortaleciendo el federalismo y la sustentabilidad económica. No es casual que una persona como Schiaretti sea quien esté llevando adelante esta idea porque el vivió en Brasil en los setenta durante su exilio.

Quizás la irrupción intempestiva de Milei haya sido un significante de ese modelo que se agotó, pero que él solo prolongó en su crisis y peores miopías como lo demostró el vocero Manuel Adorni, que en una entrevista repitió el mismo argumento gastado de todas las derrotas electorales de los otros gobiernos: aunque aseguró que están haciendo una autocrítica, consideró que su principal problema fue que “no llegó el mensaje”. Es decir, no van a cambiar el rumbo, sino a comunicar mejor.

"A los bonaerenses les tenemos que explicar por qué el sacrificio vale la pena. Nos faltó fuerza en la explicación de hacia dónde estamos yendo", dijo el portavoz.

Javier Milei vetó la ley de distribución de ATN que pedían los gobernadores y la devolvió al Senado

El libertarianismo con su oposición al Estado, como base filosófica con el anarquismo, quizás termine siendo la escala final necesaria para generar la “destrucción creativa” no del país ni del Estado, sino de una lógica agotada de matriz productiva y generación de riqueza. Que Milei haya sido una herramienta de “la astucia de la razón” que utiliza Hegel para explicar la flecha de la historia que señala el proceso dialéctico y dinámico en el que el Espíritu de la sociedad se despliega hacia su autorrealización.

El concepto de "destruir para crear" se encuentra en el núcleo de la teoría de la destrucción creativa propuesta por el economista austriaco Joseph Schumpeter en su obra "Capitalismo, Socialismo y Democracia" (1942). Schumpeter describe este proceso como una "mutación industrial que incesantemente revoluciona la estructura económica desde adentro, destruyendo incesantemente la antigua, creando incesantemente una nueva". El autor sostiene que este ciclo dinámico es esencial para el progreso económico, ya que permite la renovación constante del capitalismo mediante la innovación disruptiva.

En el ámbito cultural, la noción de destruir para crear también ha sido abordada por el escritor chileno Alberto Fuguet. En una entrevista, afirmó: "Para crear hay que destruir, aunque sean tus certezas, tu estética, tu pasado", sugiriendo que la verdadera creatividad requiere un proceso de transformación profunda, donde las estructuras previas deben ser cuestionadas y, en algunos casos, desmanteladas para dar paso a nuevas formas de expresión y comprensión.

¿Y quiénes podrán ser más capaces de construir algo nuevo que quienes tienen experiencias de gestión en el interior del país? Gobernar provincias con recursos limitados, alternancia política y presiones diversas exige habilidades que podrían trasladarse a un proyecto nacional sólido.

Argentina enfrenta un momento crucial para replantear su equilibrio territorial y político. El ascenso de la secretaría de Interior nuevamente a ministerio es una señal de que el gobierno comprendió que en el equilibrio de poderes los gobernadores a través del Congreso le vienen colocando un límite aún más importante que el revés electoral del domingo pasado.

En Milei 3, Gobernadores 6 se resume en forma de partido el resultado de hoy, y es probable que después de las elecciones de octubre ese resultado sea aún más favorable para los gobernadores. Quizás en algo que esté muriendo, esté el germen de lo que está por nacer.

Producción de texto e imágenes: Facundo Maceira y Matías Rodríguez Ghrimoldi

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