MODO FONTEVECCHIA
CRÍTICAS AL MUNDIAL

Diana Sperling: "Billetera mata derechos humanos"

La filósofa y docente se refirió a la polémica por la realización del Mundial en Qatar en un momento de constantes atropellos. "Esto no se puede explicar sin tener en cuenta las cifras multimillonarias que se manejan alrededor del futbol", aseguró en Modo Fontevecchia.

Diana Sperling
Diana Sperling | telam

La filósofa Diana Sperling reflexionó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9), sobre la realización del Mundial en Qatar y la dificultad que puede representar el entretenimiento en la construcción de las identidades. "Me parece horroroso como se pone en once futbolistas toda la gloria nacional", sentenció la docente.

Con vos veníamos planteando la hipocresía de los países occidentales, que quieren criticar autocracia, en países que le son competitivos como Rusia y China, pero no en naciones en donde hay monarquías absolutas como el caso de Qatar. ¿A qué atribuís que, a pesar del conocimiento del no cumplimiento de derechos humanos en aquel país, el mundo hace la vista gorda y prefiere disfrutar de un evento deportivo?

Me parece que es como el famoso dicho “billetera mata galán”, aquí “billetera mata derechos humanos”. Esto no se puede explicar sin tener en cuenta las cifras multimillonarias que se manejan alrededor del futbol, los negocios y los casos de corrupción que hizo posible que se haya designado a Qatar como sede del Mundial. 

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Es indignante y los gestos de los futbolistas que no cantan el himno en señal de protesta o se expresan, están bien, pero no alcanzan, son apenas una gota de agua en el océano. Tendría que haberse cancelado el Mundial en un país donde las mujeres son censuradas y las minorías son perseguidas.

Ayer hablábamos con un periodista, especialista en mundiales, y comentaba la paradoja de que cuando Hitler invadió Austria, la selección austríaca era una de las mejores de Europa y en ese momento la FIFA le mandó una nota para aclararles que estaba anexados a Alemania y no podían competir. Lo contrastaba con la prohibición de jugar el Mundial para Rusia tras la invasión a Ucrania.

A mí me parece que el hipersimbolismo que se pone en una camiseta, en una bandera o una pelota, es toda la identidad de una nación y que, de repente, desaparece por completo todo el horror que se vive en un país. Se está jugando la cuestión identitaria.

Viví el mundial de la dictadura y no puedo dejar de pensar en esos discursos triunfalistas, cuando desde un lado se gritaban goles y del otro lado se asesinaba gente. Esa duplicidad sigue siendo una cosa pulsional y siniestra.

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Recuerdo a Borges diciendo en el 78 que Argentina no le había ganado a Holanda, sino que 11 jugadores argentinos le ganaron a 11 holandeses. Creo que el problema está cuando la metáfora se sustituye por la literalidad.

Me parece horroroso como se pone en 11 futbolistas toda la gloria nacional. Es un hipernacionalismo exaltado que siempre deviene en fanatismo. A todos nos gusta ver al equipo argentino levantando la copa, pero eso no puede transformarse en el epítome de la identidad argentina.

Creo que eso siempre lleva a una especie de oscurantismo y de catástrofe. Por eso no me gusta la categoría de héroe, da la impresión que tiene que venir un Superman o algún personaje con poderes extraordinarios a salvarnos de todo. En vez de pensar que la República, la libertad, el progreso o el trabajo son construcciones colectivas.

Diana, te pido una reflexión final, sobre lo que plantean Irán y los países del Golfo desde la perspectiva del Holocausto y desde el conflicto actual entre Israel y los países árabes.

Creo que el conflicto sigue siendo el mismo, aunque se vista con distintos ropajes. En Qatar se prohibió la comida kosher y no habilitaron lugares para que los judíos recen. Esto no es distinto a lo que ha pasado siempre. El antisemitismo, políticamente correcto, es antisionismo, pero sigue siendo lo mismo.

Israel sigue cumpliendo en la historia contemporánea el mismo papel que siempre. Si el judío es débil, está muerto o es un recuerdo, lo aceptamos. Pero si el judío está vivo, tiene un Estado y se defiende, entonces está mal.

ADP PAR