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Elizabeth Holmes, la estafadora que encandiló a Silicon Valley

En los últimos meses pudimos ver los documentales como "El estafador de Tinder", "Misha y los lobos", "WeWork" o "Inventando a Anna", inundando las plataformas de streaming. Ahora es el turno del documental sobre Elizabeth Holmes.

Elizabeth Holmes
Elizabeth Holmes | CEDOC

Las historias de impostores están de moda. En los últimos meses pudimos ver los documentales El estafador de Tinder, que cuenta cómo un hombre hacía que cada una de sus nuevas novias pagara los gastos siderales que había hecho con la anterior; Misha y los lobos, sobre una mujer que hizo creer al mundo que una manada salvaje la había ayudado a sobrevivir después de pasar por un campo de concentración; y WeWork, que narra cómo se creó y destruyó la empresa inmobiliaria que llegó a valer 47 billones de dólares.

The inventor, la historia de la emprendedora Elizabeth Holmes, tiene un poco de las tres: la habilidad para engañar a cientos de personas y quedarse con su dinero, la construcción de una mentira tan potente que termina por creerla su misma creadora y la parábola inverosímil de los unicornios, empresas que alcanzan valuaciones de 1.000 millones de dólares pero muchas veces resultan incapaces de justificarlas.

Imaginemos que la prevención de la salud puede ser una película y no una foto. En lugar de los análisis que nos hacemos un par de veces por año, temiendo primero a las agujas y después a los resultados, nos sometemos todas las veces que queramos a un menú de opciones, para detectar todas las enfermedades imaginables, con apenas un pinchazo en el dedo. 

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De eso se trataba el Edison, el dispositivo que prometía hacer esos análisis al instante y en casa. Y eso prometía Theranos, la compañía en la cual Holmes llegó a emplear a 800 personas, con una junta directiva de nombres tan rutilantes como Henry Kissinger, y la inversión de figuras como el magnate mediático Rupert Murdoch, que llegó a transferirle 100 millones de dólares. Todos veían en el intelecto y en la figura de esa joven rubia a una versión femenina de Steve Jobs

Holmes fue lo suficientemente hábil como para vender su idea y sumar inversores durante tres años, entre 2014 y 2016, hasta que los empleados disconformes empezaron a violar sus contratos de confidencialidad para revelar una dinámica que los carcomía: nada de lo que se prometía era cierto. El Edison no funcionaba, los análisis eran poco fiables y muchos de ellos se tercerizaban en otros laboratorios. 

La fortuna de Holmes -condenada por fraude en enero de este año- pasa de ser estimada en 4.500 millones de dólares a cero. El documental funciona como una lección y un llamado de atención para Silicon Valley, el faro de los emprendedores que quieren hacerse millonarios con una idea genial de la noche a la mañana, y les recuerda que Apple, Microsoft o Google están más cerca de ser la excepción que la regla.