Fernando Rocca, presidente de la Red Nacional de Lenguaje Claro, explicó de que se trata el "lenguaje claro", uno de los focos del X Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) que se llevará a cabo del 14 al 17 de octubre en Arequipa, Perú. "Si la autoridad habla poco claro, hay desconfianza. Si hay desconfianza, la acción del Estado no se legitima", indicó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
Fernando Rocca es ingeniero civil de la Universidad Nacional de Cuyo. Cursó una maestría en administración de empresas en la Universidad de Valparaíso de Chile y tiene un magíster en políticas públicas de la Universidad Austral. Fue director general de programas de investigación y capacitación del Senado de la Nación Argentina y presidente de la Red de Lenguaje Claro Argentina.
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Me gustaría que usted compartiera con la audiencia, de una manera didáctica, qué es lo que va a pasar en el nuevo encuentro que se va a producir en Perú sobre la lengua española.
Desde 2017 estamos impulsando el "lenguaje claro" y la Real Academia de la Lengua tomó ese liderazgo en junio del 2022, cuando creó la Red Panhispánica de Lenguaje Claro. Hoy, en vísperas del Congreso Internacional de la Lengua Española, que organiza tanto la Real Academia Española como el Instituto Cervantes, la máxima cita del español que se da cada tres años, se va a cumplir en Arequipa, Perú. Uno de los tres ejes principales va a ser el lenguaje claro y accesible.
¿No parece un contrasentido en este momento, en que el glosario político utiliza cada vez más insultos, palabras extremas, metáforas sexuales, insultos polisémicos o adjetivos polisémicos que pueden parecer insultos? Me gustaría su opinión sobre este glosario que la política ha instalado en los últimos años.
El lenguaje claro y accesible es una respuesta, no solo a todo lo que usted acaba de describir, sino a la tradición del lenguaje de la autoridad, farragoso, oscuro, críptico, con discrecionalidad, con arbitrariedad, con ambigüedad. Eso es lo que el lenguaje claro viene a proponer: trabajar desde el derecho a comprender de las grandes mayorías, de todas las personas, para tratar de que se incorporen al sistema entendiendo y comprendiendo cómo les habla la autoridad.
Si uno le pregunta al Presidente por qué habla así, y a otros personajes que no solamente son del mismo partido del Presidente, pareciera que hablan claro usando palabras contundentes. Y yo interpreto que la claridad no tiene nada que ver con eso.
La claridad aporta la calidad de la comunicación. La propia Real Academia de la Lengua editó una guía panhispánica de lenguaje claro el año pasado, que hablan de los principios comunicativos. Plantea que para el éxito comunicativo hablan de diez principios. ¿Sabe cuál es el primero, el principal? La cortesía, que es ponerse en el lugar del otro. A partir de esa cortesía, uno va a plantear eficiencia, eficacia, veracidad, coherencia, adecuación y varios más. Pero es la dimensión humana, ponerse en el lugar del otro. La cortesía se mide desde el receptor, no desde el emisor.

del lenguaje claro en los organismos del Estado.
Muy lindo lo que usted dice. Sabía que la primera regla era la cortesía, que obviamente tiene que ver con la empatía. Y me gustaría agregar que el lenguaje claro trata de combatir la diferencia entre el significante y el significado, que siempre hay un componente polisémico. Entonces, la clave no es la palabra única, sino la relación de la oración, y muchas veces los políticos usan un término contundente, una frase que tiene múltiples interpretaciones, como por ejemplo “Viva la libertad”, y que, casualmente, lo que parece claro en realidad es oscuro.
Desde ya que este movimiento apunta a que no solo todos ingresemos al sistema. Si yo no entiendo, no comprendo lo que la autoridad me dice, no voy a poder conocer mis derechos, no voy a poder cumplir mis obligaciones. Pero además tiene otra dimensión de eficiencia. Cuando una ley es poco clara, cuando una ley tiene mucho margen de interpretación, desata toda una serie de procesos que, en definitiva, es un dispendio de recursos. Entonces el tema es mucho más profundo de lo que parece.
Si nosotros impulsamos una política pública, lo que proponemos en definitiva es que toda la ciudadanía pueda ingresar al sistema y que la acción del Estado sea más eficiente. Cuando digo “nosotros” digo que es un movimiento enorme, que en la Argentina tiene muchos referentes, un marco normativo y un camino recorrido.
El Congreso es en Arequipa. Imagino que también irán autoridades. Al que fue en Rosario vino el rey de España.
Usted se acuerda de la intervención histórica del "Negro" Fontanarrosa. Eso fue en 2004, fue el tercer congreso. Hubo otro congreso en Córdoba, que fue el octavo en 2019. A todos los congresos va el rey de España. En este caso va a estar el rey y va a estar la presidenta de Perú. Me han invitado por este recorrido, que en definitiva es un recorrido de todo un grupo de especialistas.
Hoy, en Argentina, el lenguaje claro es política institucional del Poder Judicial. Estamos dando cursos hace más de tres años. Colaboramos para cambiar el paradigma de la comunicación. Cuando al futuro abogado lo forman, lo forman de una manera que parece que el que habla más difícil es el que más sabe y, en realidad, pierden de vista que están brindando un servicio. Y si están brindando un servicio, tienen que tratar de hablar de la manera que la mayor cantidad de personas lo entienden.
Por ejemplo, que el sujeto esté pegadito al verbo, que no se abuse de la voz pasiva, porque usted sabe que la voz pasiva esconde al sujeto. No es lo mismo decir “el auto fue chocado” que “Juan chocó el auto”, y tantas cosas más, como los adverbios, las expresiones en latín, los términos arcaicos, todo lo que implica poner distancia con el ciudadano y con la ciudadana, con la ciudadanía.
Y de esa manera, si la autoridad habla poco claro, hay desconfianza. Si hay desconfianza, la acción del Estado no se legitima. Entonces es mucho más profundo de lo que parece, y bregamos para que esto cambie, y de a poquito se va avanzando.
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Hay un filósofo llamado Rudolf Carnap que plantea que cada ciencia tiene un lenguaje y palabras que no son traducibles, por eso no hay una sola ciencia ni la ciencia de las ciencias. Uno de los puntos esenciales es incorporar el glosario que tiene la ciencia. Esto vale para la economía, para la sociología y para cada una de las actividades, incluso para la idea de lo que representa la misma palabra cuando le resuena la mente a cada uno. Para el dueño de un hotel es una fuente de turismo, para un ingeniero hidráulico es una potencia energética, para el pescador es una fuente de alimento. El lenguaje claro nos atraviesa a todos, no solamente desde el punto de vista de las autoridades, sino en cada uno de los campos. Y el gran esfuerzo de las distintas ciencias es, aunque es polisémico, tratar de encontrar la traducción entre los distintos campos de la ciencia. Se dedica a la actividad humana más interesante, porque, en realidad, lo que nos diferencia de otros humanos es que tenemos lenguaje.
Por supuesto. Lo que usted está planteando es que hoy se habla de comunicación clara, y ese lenguaje específico de cada ciencia es un pilar: es el tecnolecto de cada ciencia. Pero también está el otro pilar, que es el lenguaje claro y su prima hermana, la lectura fácil. El lenguaje claro es para la mayor cantidad de población posible y su única consigna es no modificar el sentido ni el contenido de la comunicación de la norma. La lectura fácil plantea, para grupos con alguna dificultad cognitiva, personas con discapacidad, adultos mayores, migrantes, originarios, niños, niñas y adolescentes, que si bien no hay una dificultad cognitiva para ser, hay un estadio de desarrollo determinado. Ahí sí la lectura fácil permite que se interprete la norma y se plantee la idea principal. Ese es un pilar, el tecnolecto es otro, y luego están las neurociencias del lenguaje y el soporte.
Disculpe si lo coloco en algún aprieto ideológico, pero no puedo dejar de pensar en el lenguaje del Presidente cuando fue electo en campaña, cuando hablaba, por ejemplo de dolarización endógena, de cóncavo y convexo respecto de variables económicas. Me da la sensación de que la audiencia no entendía nada de lo que decía, pero sin embargo algo supuso que decía y por eso lo votó.
Por supuesto, porque cuando uno habla en difícil, impresiona. Nosotros, con el lenguaje claro, estamos alertando sobre ese riesgo de no ser tan impresionables. Vale para el actual Presidente de la Nación como para cualquier caso. Fui director de Deportes, director de Investigación del Senado, pero fue hace muchos años, en el período del 2000 hasta el 2019. Hoy trabajo de manera autónoma y trato, y estoy bregando, porque esta política pública permee en absolutamente cualquier organización.
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