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MODO FONTEVECCHIA
De cara a 2027

Eugenio Casielles: “Dante Gebel está dispuesto a ser candidato a presidente”

El legislador porteño y uno de los fundadores de La Libertad Avanza aseguró que Dante Gebel encarna “una mirada humanista” y que su posible candidatura dependerá de si el país demanda un "espacio de pacificación".

Eugenio Casielles
Eugenio Casielles | CEDOC

El legislador porteño Eugenio Casielles sostuvo que el sistema político argentino "está roto" y que gran parte de la sociedad ya perdió la confianza en la dirigencia. En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), defendió la necesidad de un liderazgo que priorice la unidad y destacó que el conductor Dante Gebel “es una persona brillante, estudiosa, ordenada y metódica" que "está dispuesto a ser candidato a presidente".

Eugenio Casielles es legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, reconocido por haber sido uno de los fundadores originales del espacio La Libertad Avanza en 2021, la fuerza política que llevó a Javier Milei a la presidencia. A pesar de su rol inicial, se distanció del oficialismo nacional para fundar su propio bloque y espacio político en la Legislatura porteña, denominado Transformación. Según su visión, el oficialismo está lleno de obsecuentes y, al escindirse de los libertarios, también rechazó el lugar preponderante que tienen dirigentes como Patricia Bullrich, Federico Sturzenegger o Luis Caputo, a quienes asoció con la casta que los libertarios buscan desterrar.

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No solo los oficialistas son obsecuentes, ahora también la oposición es obsecuente.

Y bueno, generalmente es lo que suele pasar en la política: todos persiguen la imagen pública de los dirigentes, sino la política pública, que es lo que transforma la realidad de los ciudadanos.

El carro del ganador...

Sí, al haberle ido bien a Milei en las elecciones, creo que muchos tomaron la decisión, aun en la oposición, de o acompañarlo o por lo menos no confrontarlo, entendiendo que vienen dos años más donde va a seguir estando consolidado con un Congreso que, de a poco, va dando gestos de que se acomoda para seguir la gestión de Milei, y no me parece necesariamente malo eso.

¿Dos o seis?

Dos seguros.

Pero fijate la actitud esa de acomodarse. Cuando Cristina gana gana con el 54%. “Vamos con todo”, dijo, y lo que sucedió fue lo inverso. Se juntó toda la oposición: la Coalición Cívica, los socialistas de Santa Fe, el PRO y se fue construyendo un sistema en el que se creó Juntos por el Cambio como una apuesta ante la amenaza de totalitarismo que representaba el kirchnerismo. En Brasil uno pudiera contar lo mismo. Aquí la respuesta, en lugar de unirse, es la desbandada. ¿La desbandada será porque suponen que, en realidad, es imbatible dentro de dos años Milei?

Yo creo que hay una definición anterior a esa, que es que hay un sistema que está roto, que tiene roto su vínculo con la sociedad y que no sabe cómo hablar, cómo expresarse. No tiene la capacidad de expresarse para fuera ni para adentro para consolidar espacios nuevos, distintos. Y, en segundo orden, de cómo hablarle a la sociedad. La sociedad ya perdió totalmente la confianza en el sistema. Entonces, ese sistema que está en vía de extinción no encuentra un asidero y termina tirándose al piso para sobrevivir. No para que los argentinos vivan mejor, no para plantear mejores políticas públicas.

Acá, generalmente, lo que piensa el sistema político es cómo conseguir objetivos individuales, cómo estar cerca del poder, cómo sostenerse en el tiempo. La realidad es que nada tiene que ver con los principios, los valores que tendría que tener un dirigente político, sería llevar adelante las discusiones a partir de lo que cree que es mejor para el pueblo. Y si eso le da continuidad al gobierno o no, es de segundo orden. Primero, hay que discutir con honestidad intelectual qué es lo que hay que hacer en un país para que vivamos todos un poco mejor. Cuando se termina esa discusión, aparecen estas mezquindades para ver rápidamente cómo me acomodo. Bueno, ganó Milei. No tenemos margen para enfrentarlo. Entonces, ¿cómo hacemos para sobrevivir? El dirigente político tiene que entender que es una función de servicio la que está cumpliendo.

¿Pero el análisis temporal es a 2027 o 2031?

Yo creo que es a 2027. Acordémonos de cuando ganó Milei, la gente decía que no terminaba su mandato, que duraba un año. Después, que había que ver si llegaba a las elecciones. Y ahora el próximo mojón es el 2027, que es el mojón que, por lo menos yo, a pesar de confrontar en muchas cuestiones a La Libertad Avanza (LLA), siempre defendí. Yo defiendo la democracia, no quiero que un presidente se vaya antes, más allá de mis opiniones al respecto, salvo que tengamos un dictador extremo y un montón de cuestiones que ya sabemos que para nosotros son límites. Pero me parece que nadie quería que se vaya antes, y está llegando a su mandato y creo que con un apoyo popular importante. Creo también que Argentina es un país que adquiere algunas velocidades en situaciones de crisis y que Argentina tampoco está tan estable. Me parece que mucha gente acompaña el espíritu, pero su realidad no es la que le gustaría tener.

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¿Es un triunfo de Milei o de determinado tipo de ideas que trascienden a Milei?

Yo diría que es un fracaso del sistema primero. ¿Por qué? Porque cerca de un 30% de gente que no fue a votar. Yo hice una encuesta muy humilde con un amigo que hace encuestas de territorio y pregunté al 70% restante por qué votaron al kirchnerismo y por qué votaron a La Libertad Avanza? El 80% de La Libertad Avanza votó para que no vuelva Cristina. El 80% del kirchnerismo, el peronismo, el formato, para que se vaya Milei. Entonces, nadie te está diciendo: “Me encanta Milei, me vuelve loco, o me apasiona que siga Cristina”. La gente está en una situación de negación, sobre todo de desidia.

Me refería a un corrimiento a la derecha. No sé si la calificación derecha–izquierda todavía sigue teniendo valor, pero me refería a eso. Por ejemplo, me comentaban que alguien que vos conocés, Dante Gebel, podría ser candidato a presidente.

Ojalá que lo sea. Nosotros venimos hace tiempo interpretando lo correcto. Argentina necesita un momento de comunión, de encuentro, de entender que hay cuestiones más importantes que las mezquindades de los dirigentes políticos. Y Dante Gebel es una persona muy interesante para llevar adelante eso.

Contale a la audiencia tu relación con él. ¿Quién es él?

Mi relación es mucho más sencilla y humilde de lo que generalmente pasa en la política. Es una persona que me atrajo mucho por su mensaje. Yo estaba en un momento de mi vida bastante particular. La verdad que me salía de La Libertad Avanza después de haber puesto muchísima energía y haber acompañado desde el origen, y con una expectativa. Fue muy frustrante en lo profesional y fueron años difíciles. Imaginate que trabajar para que una persona sea presidente desde el minuto cero y terminar saliendo a los meses es frustrante. Y la verdad vi algunos videos de él y empecé a ver cómo llegar a él, y tuve unas dos reuniones con él muy buenas. Fueron muy cortas porque es una persona que no le dedica tiempo a las reuniones y eso. Él es una persona que comunica valores y que tiene una mirada de país, de Argentina, que tiene más que ver con la colaboración que con una mirada extractiva, como suele pasar en la política. Es una persona que tiene un éxito muy importante en todo Latinoamérica y en Estados Unidos en relación a la comunicación de valores, principalmente.

Él tiene una mirada muy cristiana, no solo la cosa pública, si no la interacción de las sociedades y, sobre todo, la introspección que tienen que tener las personas. Y hablando con él me di cuenta de todo el esfuerzo que hizo él por Argentina sin estar presente ni mostrarlo. Construyó escuelas, clubes. Cuando fue el problema de los mosquitos, vino con un sistema para poder hacer repelentes cuando en Argentina faltaban. Cuando fue el problema de las inundaciones en Bahía Blanca, fue el primero que asistió y la verdad que no lo contó en ningún lado. Estamos acostumbrados a que la gente se arrogue de la generosidad, y él lo hace de manera muy humilde. Eso me atrajo y me senté con él. Me parece una persona brillante, una persona estudiosa, ordenada, metódica, y varias personas venían pensando en la posibilidad de proponer una candidatura a presidente.

Yo le di mi opinión. Me parece que lo que se necesita hoy es gente que tenga la vocación de unir a los argentinos y que, de manera desinteresada, entienda que hay que mirar para adelante con una mirada positiva. Dante Gebel está dispuesto a ser candidato a presidente, pero no tomó ninguna definición de hacerlo. Yo vengo hablando mucho con una persona que se llama Juan Pablo Brey, que es una persona muy importante en el mundo del trabajo. Tenemos la expectativa de que nos termine, en algún momento, aceptando. Hoy no sucedió. Sí, en algunas notas que dio él no negó que esa es una posibilidad real, pero hoy no es una, no es algo que él aceptó. Sí tiene la vocación de ayudar en todo lo que sea para la Argentina. Estamos en un momento donde todo es negativo. Odian a Cristina, odian a Milei, no quieren votar. La verdad que tenemos el mejor país del mundo y Dante Gebel lo interpreta así. Así que ese tipo de personas que están enamorados de nuestro país tienen éxito en lo privado y están en condiciones de dejar de lado eso para sacrificarse para la cosa pública.

Si se rompió el sistema, podríamos decir que Milei es un síntoma de ese rompimiento del sistema. ¿Hay que reconstruir el sistema o hay que continuar con outsiders mejores, como podría ser Dante Geber?

Son dos cosas distintas. En el caso de Milei fue, cuando fue esa entrevista fallida en Casa Rosada con (Jonatan) Viale, él explica diciendo que en ese momento no era presidente. Es una tontería, pero para mí ser el presidente de todos los argentinos es el orgullo más grande que puede tener un argentino. Es representar los intereses de todos y luchar por la felicidad y el bienestar de todos. Entonces, yo creo que hay que tener ahí dirigentes que de verdad tengan la vocación por encima y estén dispuestos a sacrificar sus intereses personales y su ego. Eso es una definición de qué tiene que ser un presidente para mí, aparte de estar formado y, sobre todo, armar los mejores equipos. Capaz no es el que más sabe de todo, pero sí tener la capacidad de conducir eso, que es una oportunidad. Lo hablé con Dante y fue una de las partes que me llamó mucho la atención de su mirada.

Y después, por el otro lado, tiene que haber un sistema. No hay forma de que no exista un sistema. El sistema no existiría si estuviéramos en el país más desarrollado del mundo donde necesitamos la menor intervención del Estado. No es el caso de Argentina. Ojalá que llegue el momento donde la gran mayoría de las necesidades que tienen los argentinos se resuelvan de forma privada. Hoy, la verdad, que la seguridad no se resuelve de forma privada, la educación no se resuelve de forma privada, el mundo del empleo no se resuelve de forma privada, la justicia tampoco. No existe el universo donde el Estado pueda desaparecer 100%. Es necesario. Hasta los liberales más académicos te plantean que no hay forma de que no exista el Estado.

¿Y qué piensa Dante Gebel de eso?

Que es muy importante el rol del Estado. Hay que ser lo más eficiente posible, pero no podemos pretender un mundo sin Estado. No existe eso. Es irreal. Hay que plantear cosas reales. La realidad es que la intervención del Estado es necesaria y más aún en países como Argentina donde la mayoría de las cuestiones no están resueltas.

Vos cambiaste de opinión porque Milei planteaba la destrucción del Estado siendo candidato.

Puertas para afuera sí. Puertas para adentro había algunas conversaciones donde no se planteaba eso. Había cosas donde él exageraba para llevar a un punto de discusión. Después, a la hora de plantear una política pública, él sostenía cosas distintas en privado. No porque fuera mentiroso ni nada, pero muchos de los puntos él los exageraba. Claramente Milei sabía que, si era presidente, al otro día no podía destruir el Estado y desaparecer el Estado. Sería ridículo pensar al otro día.

Bueno, pero a los dos años, a los cuatro, a los seis.

Te lo tomo de vuelta. Ojalá fuera posible que no haya la necesidad de un Estado. ¿Qué más queremos? Que podamos los ciudadanos ponernos de acuerdo y funcionar. Pero la verdad que no. ¿Qué más queremos? Que no sea necesario un Ministerio de Seguridad porque no hay situaciones de inseguridad que necesiten ser administradas.

¿Qué estudiaste?

Estudié varias cosas, pero no terminé ninguna carrera. Estudié Derecho, estudié Filosofía, estudié Administración de Empresas, dos años de Economía.

¿Creés que es posible que una sociedad pueda vivir sin Estado?

No, yo no creo eso. Lo que digo es que, en el escenario hipotético ideal, sí, pero la verdad que no es posible no es ejecutable. Así y todo, tampoco, porque vos tenés una necesidad de tener una organización que te permita interactuar con otros países. Estoy hablando de que Milei, en los libros y en el sueño, puede plantear un montón de cosas, pero no son concretables.

Si tuvieras que darle posibilidad a que Dante Gebel sea candidato a presidente, del 1 al 10, ¿cuánto le darías? O si querés, en términos de si creés que es más posible o menos posible.

Necesitaría hablarlo con él porque sería injusto que yo dé una definición. Me parece que tiene posibilidades del 100%, en tanto y en cuanto sea necesario y haya un espacio que él considere que puede aportarle al país. Si él ve que su intervención es un aporte al país, yo estoy seguro de que lo va a hacer, pero hoy no tomó esa definición.

¿Y cuál sería ese escenario? ¿Qué tendría que pasar en la Argentina?

Que muchos sectores se lo vayan pidiendo, que se lo vayan formulando y que él considere que ese aporte sirva para unir un montón de criterios que en Argentina hoy solo plantean odio.

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¿Qué tendría que pasar para que la gente le pidiera y él aceptara? ¿Que fracasara Milei?

No. Que la Argentina esté buscando un espacio de pacificación. La confrontación y la idea de que el “el otro es el enemigo” es algo que está pasando. El discurso de Milei es confrontativo permanentemente, el discurso del kirchnerismo es confrontativo. Dante Gebel tiene un discurso lógico, de sentido común, de no confrontación. Yo creo que el escenario que estamos viviendo hoy es un escenario donde se necesita eso. La realidad es que lo que está pasando en Argentina es que el discurso sigue siendo confrontativo y belicoso entre nosotros. Yo lo vivo en la calle, en las reuniones familiares, cuando me junto con amigos. Tenemos una realidad que necesita personas que miren a Argentina desde la unidad, de contemplar la necesidad de los demás.

Entiendo la contracara respecto de que tanto Milei como Cristina Kirchner son confrontativos, y que probablemente la síntesis sería alguien que fuese de unión. Ahora, independientemente de ese componente, ideológicamente, Dante Gebel, ¿cuál es su mirada del mundo y de la economía?

Dante es una persona que está bastante alineada con algunas miradas de lo que tiene que ser eficiente y no tener déficit fiscal, y el problema real de la inflación. Pero tiene, sobre todo, una mirada humanista y cristiana, entendiendo la necesidad de quienes están más abajo en el sistema. Porque a veces nosotros vemos la resolución macroeconómica, pero no entendemos que los tiempos de los que más necesitan no son los mismos tiempos de la macroeconomía. Hay necesidades urgentes, inmediatas.

¿Lo definirías como una persona de centro?

Sí, totalmente de centro, pero con una mirada muy cercana a los que más necesitan. Porque el que tiene puede esperar; el que no tiene no puede esperar un segundo, no puede esperar tres días a que se le llene la heladera para comer.

¿Se lo podría colocar dentro de la corriente evangélica o no?

Sí, pero no lo veo con esa definición rígida. Él más que nada es una persona que lee la Biblia y que comparte miradas de la Biblia. Pero yo soy católico apostólico romano y compartimos miradas. Cuando lo escucho a él me siento representado. Me parece que también tiene esa cosa disruptiva de no apegarse a estructuras tan jerárquicas y de organizaciones, sino mucho más a la cosa sencilla. Es una persona sencilla que salió de San Martín con un origen muy sencillo y que tiene esa cosa de poder llegar a los lugares con una sonrisa, con calidez y con una mirada que hace que todos pensemos algo igual.

TV/LT