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MODO FONTEVECCHIA
Alineación con EE.UU.

Exasesor de Donald Trump cree que Estados Unidos podría financiar el déficit de cuenta corriente argentino

Luis Rosales explicó que el gobierno de Donald Trump podría sustentar el déficit a cambio de "contraprestaciones", como el ingreso de ciudadanos argentinos a Estados Unidos sin visa o el acceso a recursos estratégicos.

Luis Rosales
Luis Rosales, periodista y político | Twitter

Luis Rosales, exasesor de campaña de Donald Trump, aseguró que existe la posibilidad de que Estados Unidos financie el déficit de cuenta corriente de Argentina a cambio de beneficios como la alineación con la política exterior en las Naciones Unidas o el acceso a recursos mineros o energéticos. “Trump es un buen comerciante y negociador, y habrá que ver qué hay a cambio”, advirtió en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Luis Rosales es licenciado en Administración, analista internacional y consultor político y periodista. Fue candidato a vicepresidente junto a José Luis Espert en 2019, agregado turístico de la Argentina en Estados Unidos y Canadá entre 2000 y 2001, secretario de Turismo de su provincia, Mendoza, en 1991, y diputado de la provincia de Mendoza entre 1989 y 1991. Trabajó como consultor en la última campaña política de Donald Trump, que lo llevó a la segunda presidencia, junto al famoso consultor Dick Morris.

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¿Estás en la Argentina o estás en Estados Unidos?

No, estoy en Honduras.

Me imagino que trabajando.

Sí, en campañas, como siempre. Los países centroamericanos dependen enormemente de las remesas que envían sus hijos que han emigrado a los Estados Unidos. Aquí en Honduras, por ejemplo, el 30% del Producto Bruto Interno se genera en los Estados Unidos, no en Honduras.

Es una forma de exportación.

Claro. Es el principal rubro por lejos de exportación. Se los conocía como las “Bananas Republic” en su momento, las repúblicas bananeras. Ahora son las repúblicas de las remesas, realmente. Están muy pendientes de lo que pasa en la política norteamericana, porque gran parte de su economía depende de eso.

Mientras vos estás allí en Honduras, llega a Argentina Kristi Noem, considerada una especie de Bullrich norteamericana. Hay rumores de que se anunciaría hoy la incorporación de la Argentina al Visa Waiver Program de Estados Unidos, que permite, como en los años 90, que los argentinos no necesiten visa para viajar a los Estados Unidos. Como otra señal de un proceso de acercamiento cada vez mayor de ese premio al acercamiento del presidente Milei con Donald. Hay quienes consideran que la Argentina tiene un déficit de cuenta corriente de alrededor de 10 mil millones de dólares por año, que solamente podría ser sustentable con este dólar atrasado, en la medida en que alguien esté dispuesto a financiarlos. Cuando vino de visita el secretario del Tesoro norteamericano dijo que Estados Unidos estaba dispuesto a ayudar a Argentina frente a cualquier situación de necesidad económica. ¿Vos creés que Donald Trump está sustentar ese déficit o te parece un disparate?

No, disparate no. Trump es un buen comerciante y negociador, y habrá que ver qué hay a cambio. Trump traduce todo a un gran intercambio que él, como buen comerciante, como buen negociador, siempre intenta que termine favoreciendo a los Estados Unidos.

En la última edición de Perfil, Walter Curia publicó un interesante artículo en el que mostraba que Argentina votó con Estados Unidos en las Naciones Unidas más que ningún otro país, excepto Israel. Argentina está alineada en las Naciones Unidas a todo aquello que vota Estados Unidos. ¿Eso sería una contraprestación, por ejemplo?

Esa es una alineación impresionante. Creo que la de Milei tal vez sea más potente que la alineación de (Carlos) Menem con Estados Unidos. Es más profunda. Menem tenía algunos rasgos de política exterior un poco más tradicional, sobre todo en lo multilateral, con organismos internacionales. Milei se alineó perfectamente con los Estados Unidos, con esta versión de los Estados Unidos, que es la versión de Trump, que es la que más rechaza el rol de los organismos internacionales. Hay, por parte de Trump, un enojo con los organismos internacionales por estar políticamente correctos y abanderados en políticas mucho más de centroizquierda, a nivel planetario.

Trump se revela dentro de los organismos, porque la paradoja que siempre plantean los republicanos en Estados Unidos, sobre todo los trumpistas, es que los organismos son financiados por Estados Unidos, y después deciden repudiar las políticas norteamericanas, levantando las manos y votando en forma democrática. Frente a esa contradicción, Trump dice: "Esto no tiene razonabilidad". En general, en muchas de las políticas solo tiene el respaldo de un puñado de países, como Israel. Y Argentina, ahora, se ha sumado a ese grupo muy chico de países que se alinea absoluta y automáticamente con Trump. Esta puede ser una de las contraprestaciones.

Donald Trump
"Trump y Milei tienen una cercanía por varios factores", dijo Luis Rosales.

Otra contraprestación puede tener que ver con que Argentina es muy rica en infinidad de recursos que Estados Unidos tiene mucho interés, como en el tema minero, energético y todo lo que quiere reemplazar Estados Unidos por parte de China. Es otra paradoja. Las tierras raras y todos estos nuevos minerales que tienen que ver con el nuevo paradigma energético en el mundo, en general están en manos de China, por la propia jaula verde que se autoimpuso Estados Unidos. Estados Unidos impuso unos estándares medioambientales muy altos que le imposibilitaron explotar lo que sí explota China. Y China se transformó en la primera potencia mundial en una gran cantidad de minerales estratégicos.

El error tuvo que ver con asociar las tierras raras al uranio y a la radioactividad. Como generalmente se encuentran tierras raras donde se encuentra uranio, Estados Unidos fue extremadamente cuidadoso en esto y asoció estos dos recursos. Entonces, para poder explotar tierras raras existen las mismas restricciones que para poder explotar uranio, que son enormes. China no tiene esas restricciones, y por eso se transformó en el principal productor mundial de todas esas materias tan estratégicas en esta época. Esa es otra área donde la Argentina puede aportar algo.

¿Imaginás una relación así, tan estrecha entre Milei y Trump, al punto de que Trump esté dispuesto a bancar literalmente la política económica argentina?

Alguna vez lo conversamos nosotros, cuando yo estaba en Estados Unidos, en la campaña de Trump. Trump y Milei tienen una cercanía por varios factores. Por un lado, son miembros del mismo club. Es un club que se define más por el antagonismo que por lo que están a favor. Porque en lo que están a favor hay discrepancias, o podría haber algunas discrepancias, pero en lo que están en contra sí están todos alineados. Me refiero a (Viktor) Orbán, de Hungría; (Georgia) Meloni, en Italia; VOX en España; (Jair) Bolsonaro en Brasil y (José Antonio) Kast en Chile. Ellos tienen muy claro estar en contra de la ideología “woke”. Eso los une.

Por otra parte, si uno sobrevuela el mapa político de América Latina, se encuentra con que contás con (Nayib) Bukele en El Salvador, (Santiago) Peña en Paraguay y Milei en la Argentina. Y pará de contar, no hay muchos más aliados firmes de Estados Unidos. Los grandes países, como México, Colombia, Brasil, Chile, Bolivia y Ecuador no.

Quizás se le agregue Bolivia, si las elecciones las gana la derecha. Pero es correcto que los países que están alineados a Estados Unidos son los pequeños.

Claro. La Argentina es el único país grande alineado a Estados Unidos.

A lo mejor nosotros acá estamos sobreestimando la imagen de esta secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, porque la comparamos con el protagonismo que tiene aquí en la Argentina Patricia Bullrich. ¿Hay algún punto de comparación? ¿Es un personaje relevante dentro de los Estados Unidos?

Sí, es relevante. Es una de estas mujeres fuertes que le gusta a Trump poner en posiciones importantes. Y muy linda, por cierto. Es una mujer muy linda, además de fuerte. Pero eso es anecdótico. Lo importante es que ella ha sido muy activa en el tema de la inmigración como gobernadora de Dakota del Sur y después como dirigente del Partido Republicano. Por eso Trump la elige en esta posición.

Esta es otra señal de la cercanía entre Trump y Milei. Porque siendo el principal asunto de campaña y después de gobierno el de deportar, con una política para algunos casi salvaje en ese sentido, con la Argentina hay un tratamiento absolutamente diferenciado. Es cierto que no hay masas de argentinos tratando de cruzar la frontera sur de Estados Unidos con México y que no hay miles de argentinos asentados en algunos lugares en forma ilegal. En los Estados Unidos. En la Florida hay una comunidad argentina grande, pero se acaba ahí. No estamos dentro de los primeros países proveedores de inmigración ilegal de Estados Unidos.

Para poder acceder a este beneficio, al programa Waiver, la excepción de la visa, hay una serie de parámetros que Estados Unidos tiene que constatar que se cumplan. Son parámetros técnicos concretos, como cantidad de visas rechazadas y cantidad de inmigrantes ilegales que son detenidos, en proporción al total de los viajeros. Y la Argentina cumpliría los deberes técnicos. Después está el otro aspecto, el político. En este caso, parecería que la balanza se inclina favorablemente hacia la Argentina de Milei.

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Entrevisté hace unas semanas a un experto inglés en migración. Él explicaba que, en el caso de Estados Unidos —y también en algunos casos europeos—, la propaganda que hace la extrema derecha respecto de los inmigrantes y el rechazo a los inmigrantes es más humo que realidad. Porque finalmente las economías necesitan de un flujo de inmigrantes continuo. Y que Donald Trump, lo que hace es más show que realidad, para satisfacer el deseo de la población que muchas veces. ¿Es correcto decir que Estados Unidos necesita un flujo continuo de inmigrantes que no se abastecería solamente con los inmigrantes legales?

Yo soy un liberal. Entonces, desde el punto de vista ideológico, yo te diría que es positivo el flujo de migración de gente con las menores restricciones posibles de capitales, de recursos, de remesas, de idas y de comercio. En general, en el mediano y largo plazo, esto contribuye enormemente a los países. Mucho más ahora que estamos con un problema serio a nivel planetario, porque a medida que las economías se van desarrollando o llegando a un cierto punto de desarrollo, las economías se estancan en la pirámide poblacional.

El decrecimiento poblacional es un problema gravísimo que tienen incluso China, Corea y Japón, donde antes parecía que nunca iban a tener un freno en el crecimiento poblacional. Ahora se está frenando marcadamente, y esos países van a involucionar seguramente en el futuro. Salvo África y algunos lugares de Medio Oriente, como la India, el resto del mundo está tendiendo a llegar a un techo en materia poblacional. Tal vez cambien las prácticas y las nuevas generaciones más jóvenes vuelvan a considerar la reproducción de la especie como un tema importante, porque ahora está bastante relegado todo ese asunto, por diferentes razones muy profundas.

Trump se agarra de cierta laxitud, o de mucha laxitud, que el gobierno de Biden tuvo respecto de este tema en los últimos años. Hubo una verdadera inundación de inmigrantes en los últimos cuatro años, con el ánimo de cambiar la composición demográfica de Estados Unidos, y electoral. Muchos dicen que esa era la verdadera razón por la cual Biden y todos los sectores más de centroizquierda norteamericanos querían ir cambiando. Como les ha pasado en varios estados, donde han abierto la canilla en este sentido, lo que entra en un primer momento se vuelve demócrata. Después, el peligro es que las nuevas generaciones de “los hijos de” en general se vuelven republicanos.

TV/EM