La Exposición Rural de Palermo, el evento más importante para el rubro del campo lleva transitando su quinta jornada de actividades. Con el lugar protagónico y en el marco de la presentación que tiene la maquinaria que se utiliza para la actividad agroindustrial en el país, llegaron los reclamos del sector.
En ese sentido, la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), llevó el reclamo por una nueva ley. El lema de la entidad resume el reclamo y se encuentra plasmado en uno de los accesos al Pabellón Azul del predio ferial palermitano, que habitualmente alberga a las empresas fabricantes de estos equipos: “Ley de maquinaria agrícola nacional. Lo más importante es el productor”.
Este no es un reclamo novedoso. De hecho, los fabricantes nacionales de equipos agrícolas de distinto tipo vienen expresando su inquietud respecto de ciertos temas, lo que los llevó a impulsar la búsqueda del tratamiento del procedimiento para lograr una ley que establezca concretamente a qué se considera maquinaria agrícola de fabricación nacional.
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Precisamente, lo que intenta es poder fijar por ley con qué porcentaje de agro partes, una maquinaria agrícola puede considerarse de industria argentina.
El proyecto de ley en Diputados
Cabe señalar que el reclamo se materializó en un proyecto de ley que ingresó a tratamiento en Diputados, en 2022. En la actualidad el pedido de la entidad tiene estado parlamentario, pero quedó trabado.
En este contexto, la agrupación Cafma, en su tarea constante por poner el tema en agenda y en la conversación pública dentro de la actividad, aprovechó la masividad del evento Expo Rural 2023, para instalar el reclamo y hacerlo visible. Este mismo reclamo sectorial ya había sido planteado por la entidad, durante Expoagro.
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Integración nacional: productos netamente argentinos
El punto medular del reclamo radica en poder definirse como un país industrial o importador. En este sentido, desde la Asociación de Fabricantes de Maquinaria Agrícola de Córdoba (Afamac), su presidenta, Luciana Mengo, explicó que “El hecho de que exista la ley nos definiría como un país industrial o como un país importador. Una empresa puede ser meramente un importador que nacionaliza un equipo y venderlo en Argentina o puede promover que esos equipos se fabriquen en el país”.
Además, fue más precisa al señalar que lo que se busca con esta ley es poder “diferenciar la política industrial (de los países), desde el punto de vista de la maquinaria agrícola". A su vez, aclaró que la definición del porcentaje, “es una cuestión específica de cada producto en particular, que tendrá diferentes porcentajes de integración”, al tiempo que dejó en claro que “integración nacional quiere decir productos hechos, fabricados y construidos en Argentina”.
Las distintas voces del sector: entre un 50 y 60%
Por su parte, Enrique Bertini, fabricante de las sembradoras que llevan su apellido, destacó que la ley busca definir cuándo se habla de maquinaria agrícola o no.
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También dio su parecer, Marcelo Valfiorani, fabricante de silos de Lincoln, en la provincia de Buenos Aires, quien destacó que “la ley promueve que entre el 50 y 60% del producto sea nacional para definirlo como tal”. Agregó que se busca definir un producto nacional “para que los créditos, con subsidio estatal por bonificación de tasa, a través de Agricultura o de bancos oficiales sea dirigido a máquinas nacionales”.
Lo que intenta el sector es evitar que “un gran cupo se vaya a máquinas importadas, donde la integración es mínima”, porque de ese modo “se estaría subsidiando a máquinas extranjeras y por ende importando mano de obra”. Según los representantes de la actividad, la ley prevé que los créditos subsidiados para los productores tengan como destino las empresas nacionales.
Una ley que contempla a las multinacionales
Un tema que el campo busca dejar en claro, así lo expresaron Bertini y Valfiorani, es que “la ley no busca que no entre tecnología extranjera. Hay cosas que no se pueden hacer en el país”. En concreto, no se oponen al ingreso, pero reclaman que “aquello que sí podamos hacer aquí, se haga como agro parte y se genere mayor mano de obra. Si una multinacional fabrica acá, aportaría tecnología al país”.
A mayor detalle, desde el sector reconocen que es necesario “que las multinacionales puedan seguir integradas al sector y aportando a su desarrollo, lo que impactará en el productor, que logrará acceso a mayor tecnología, y en toda la actividad industrial”.
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Control del INTI y reglamentos técnicos
Por su parte, y en forma coincidente el presidente de la Asociación Santafesina de la Industria de la Maquinaria Agrícola (ASIMA), Mirko D’Ascanio, señaló que “No se busca discriminar a la industria extranjera, sino que se la invita a producir en el país, con la misma suerte que los fabricantes nacionales”.
A la vez que agregó, que para poder implementarlo es necesario calcular “los componentes nacionales y extranjeros. El organismo de control debería ser el INTI. Hay porcentajes según los rubros”. También afirmó que “El mundo usa los reglamentos técnicos para proteger los mercados. Las multinacionales están de acuerdo con la ley, pero las diferencias tienen que ver con los porcentajes”.
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Mismo acceso al financiamiento y metodología
Otro de los puntos estratégicos del proyecto hace foco en implementar en el país “la misma metodología de trabajo que aplican países como Brasil y Estados Unidos, para que los productores agrícolas accedan a financiamiento blando para la compra de maquinaria agrícola nacional”. En concreto, piden que los “productores, contratistas y la industria nacional tengan condiciones similares a las que existen, por ejemplo, en Brasil”.
Trabas a las importaciones
Otro tema recurrente y que genera alerta en los stands de los equipos agrícolas, refiere a las dificultades para la importación de productos terminados y repuestos, por la falta de dólares. Desde uno de los stands cuantificaron la pérdida: de tener habilitado el ingreso de mercadería por USD 5 millones, pasaron a 400.000 dólares este año.
JL