OPINIóN
Universidad de Belgrano

El cambio climático y el futuro de la agricultura argentina

El trigo y la soja sufrieron la mayor sequía en más de medio siglo; mientras seis años atrás el problema eran las graves inundaciones. El girasol, menos susceptible al riesgo climático, fue el único cultivo que pudo finalizar su ciclo con saldo positivo.

Girasol
Girasol | SuperCampo

Enfrascados en las cuestiones de corto plazo, los argentinos prestamos escasa atención a las tendencias de largo plazo que pueden afectar nuestro futuro.

En informes anteriores realizados en el Centro de estudios de la Universidad, ya advertimos cómo la sequía ha puesto de manifiesto “los riesgos que conlleva una estructura económica cuyo sector exportador –el encargado de proveer de divisas para hacer frente a las importaciones- es altamente dependiente de un factor aleatorio como el clima. Factor que en todo el mundo está mostrando cambios de comportamiento extremos que requieren un replanteo respecto al riesgo que el mismo conlleva”.

Esta afirmación nos lleva a profundizar acerca de los múltiples impactos que esta “nueva realidad ambiental” tiene en nuestro país tanto en términos de su medio ambiente como de su economía y sociedad. 

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En relación a los efectos ambientales podemos decir que el aumento de la temperatura promedio, reflejado no sólo en el ascenso de las temperaturas máximas sino que también en la duración de las estaciones climáticas (los veranos son más prolongados e inviernos menos crudos), y la proliferación de eventos extremos como son las precipitaciones intensas, las inundaciones, la sequía, son moneda corriente en nuestro país y en el resto del mundo. 

Se termina La Niña: ¿cuándo llega el fin de la sequía en Argentina?

La precipitación pluvial total en la zona central de la Argentina fue en la última temporada la más baja registrada en más de medio siglo, por lo que la producción de cultivos como trigo y soja, entre otros, sufrió una drástica caída en regiones agrícolas por excelencia. Ello no debe hacernos olvidar que seis años atrás esas mismas regiones enfrentaron graves inundaciones.

El cambio climático interactúa con fenómenos naturales como el Niño, asociado con un incremento de las precipitaciones en nuestra región pampeana, y la Niña, que tiene el efecto opuesto. Y minimizar el impacto de estas fluctuaciones climáticas en la producción y las exportaciones argentinas no es tarea sencilla. 

En tiempos de guerra, el girasol atrae a agricultores argentinos

Para las empresas agrícolas, es importante darle prioridad a aquellos cultivos menos susceptibles al riesgo climático. Por ejemplo, en el presente ciclo agrícola fuertemente afectado por la sequía, el girasol fue el único cultivo que pudo finalizar su ciclo con saldo positivo, lo que refleja la alta tolerancia que tiene frente a situaciones de estrés hídrico. Del mismo modo, el arroz es un cultivo poco afectado por las inundaciones.

Los científicos no hallan relación entre el cambio climático y la sequía en Argentina

 

En materia ganadera, la difusión de forrajes adaptables al cambio climático (sequía o inundación) mitigaría los efectos negativos sobre la producción pecuaria.

En general, parece necesario dar al factor climático un peso relativo mayor en las decisiones de producción del sector agrícola, así como estimular el uso de variedades resistentes al estrés hídrico y las inundaciones.

Esto sin dudas, abre la puerta a la industria agrícola a dar un paso hacia el futuro. El sector comienza a verse en una posición en la que investigar acerca de agricultura sostenible y el pronóstico de eventos climáticos extremos, se vuelve inevitable para su crecimiento. 

Las nuevas herramientas tecnológicas se convierten en el principal aliado de los productores para disponer de escenarios a su escala y tomar decisiones productivas en los distintos ámbitos geográficos regionales o subregionales para la adaptación a la variabilidad climática.

Y de aquí se desprende la siguiente pregunta: ¿Argentina está preparada para que la unión del mundo agro con la innovación para producir más y mejores alimentos que satisfagan la creciente demanda?


* Director de Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Belgrano.