En diálogo con Modo Fontevecchia (Radio Perfil FM 101.9 y Net TV), el periodista Fernando Bravo contó los grandes logros de Cacho Fontana en su paso por la radio y la televisión: “Fue un revolucionario”, expresó. También destacó el valor de su trayectoria: “Nos abrió un camino, nos dijo que no nos quedemos solo con un libreto”.
¿Qué pensamientos tuviste tras la muerte de Cacho Fontana? ¿En qué te resonó tu muerte respecto a la historia de la radiofonía y la televisión Argentina?
Cacho tenía su salud debilitada y sabíamos que esto podía pasar pero una cosa es imaginarlo y, cuando pasa, no deja de ser un shock fuerte. Por esos caprichos del destino, hizo que un día yo hiciera la apertura del programa recordando a Liliana Caldini, su popularidad, el descubrimiento de los medios y, que luego se haya casado con Cacho, fue un acontecimiento social estruendoso.
Al día siguiente, abrí el programa hablando de la muerte de Cacho Fontana. Le dije a las hijas que las acompañaba y entendía, que era una cosa difícil de soportar. Una madre un día y un padre al otro. Se confirma que Cacho no supo de la muerte de Liliana porque tenía su estado de salud muy precario. Las chicas estaban encontrando un momento para decírselo. Pero eso no sucedió, se fue en paz pero sin saber que en algún lugar se va a encontrar con Liliana.
Cacho fue un revolucionario de la radio. En la década del 70, la radio estaba generando una transición en los comunicadores muy fuerte. Los conductores trabajaban con libreto. Cacho incursionó en el periodismo radial siendo locutor. Tenía una dicción envidiable y una gran valorización de las palabras. En la publicidad era admirable. También incursionó en el periodismo.
Él era una estrella. Buscaban los protagonistas y entrevistados por todos los hoteles del mundo para su programa. Presentó a Sandro en el Madison Square Garden. Cubría un gran abanico de noticias de todos los rubros. Lo colocamos en un lugar muy destacado porque nos abrió un camino, nos dijo que no nos quedemos solo con un libreto y pidió que avancemos en lo creativo. La radio tiene que generar un clima amable y distendido para que la gente lo pase bien y con Cacho trabajaban varios tipos en el andamiaje humorístico. Cada vez que vemos una foto de Cacho le decimos "gracias".
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¿Cómo fue el clima ayer en el cementerio de la Chacarita?
Éramos pocos, el clima era triste. Yo no quise ir al velorio, fui directo a Chacarita, un lugar triste y sobrecogedor pero necesario para pasar y dejarle una oración. El cura dijo que "dejó el cuerpo, pero su alma también estará aconsejándonos". Cacho fue un revolucionario, nos enseñó de los aciertos y los desaciertos que, como todo ser humano, se tiene en la vida. Alguna vez hemos hablado de su prematuro abandono del Fontana Show. A los años se había dado cuenta del error porque estaba en la cima de la popularidad y lo dejó.
¿Hay un paralelo allí con Marcelo Longobardi?
No lo sé, el tiempo dirá. Cacho estaba cómodo en Radio Rivadavia, fue el horario que después heredó Larrea, quien se quedó en ese lugar más de 30 años. El lugar era de Cacho y él, no se por qué motivo abandonó, porque era su momento estelar. A lo mejor tenía que modificarlo, a veces sucede, pero él me reconoció que tuvo un apresuramiento. Cuando dejó el programa, ya los otros intentos que hizo no le dieron los resultados esperados.
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Juani Fernández Juvé (JFJ): Se cumplieron años del fallecimiento de Badía. Ahora fue la muerte de Cacho Fontana. ¿Cómo ves el futuro de la radiofonía? Ayer, González Oro nos decía que Fontana murió por falta de oportunidades laborales. ¿Cómo ves el presente y si esa revolución que hizo Fontana, se está dando y si la radio deja afuera a aquellas personas que han sido emblemáticas?
A veces, puede haber crueldad por parte de los medios, con la gente y el paso del tiempo. También pasa en otras actividades. Se cruza la barrera de la edad y se vuelven descartables. Tal vez Cacho no pudo hacer, en sus últimos años, el Fontana Show, pero si se le podría haber dado alguna posibilidad de hacer otra cosa. Tuvo un programa de tango en Radio Nacional los sábados por la noche, pero no ha tenido la trascendencia que él tuvo en sus mejores años de estelaridad.
Él siempre mostró sus ganas de seguir trabajando y seguir en el medio, pero nadie lo ayudó a encontrar su lugar ni le dieron el marco de respeto por ser un hombre de gran referencia. Una vez, hablando del retiro apresurado con él, alguien le dijo en su momento de popularidad que se quería retirar y él le contestó: "Ya tenés decidido que vas a hacer entre las 9 de la mañana y la 1 de la tarde?". Este trabajo nos ordena y marca la vida de una forma particular y uno tiene que saber cuando dar un paso al costado o ubicarse de otra forma. Esto pasa en los medios y en la vida misma.
CB PAR
