Gerónimo Frigerio, abogado especializado en desarrollo económico para América Latina, afirmó que el país necesita repensar el rol del Estado por uno más austero. “Hay que bajar la vara de los requerimientos del Estado para poder multiplicar la cantidad de trabajo y salir de la pobreza”, destacó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (101.9).
¿Cómo podrías enmarcar este problema de volatilidad que tiene la Argentina con la historia reciente de la economía de la región?
Hoy tenemos una crisis cambiaria debido a que Argentina no tiene las reglas ni las instituciones para poder ser un país desarrollado. Los problemas son propios de un país subdesarrollado, no logramos desatar el potencial del sector privado, además de que el Estado es deficitario y no logra prestar servicios públicos de excelencia.
Hoy, el síntoma es una crisis cambiaria, pero dentro de un tiempo, probablemente observemos un problema de crisis de deuda. Cuando uno ve este problema en perspectiva, se da cuenta que en la región llevamos 50 años con desempleo, informalidad y pobreza. En este tiempo de crisis donde se derrumba el peso, necesitamos replantearnos de qué forma vamos a reinventar nuestras reglas y repensar el Estado para que sea más austero y no necesite tomar deuda en el exterior.
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Más allá de ser un tiempo de enorme crisis, también es una oportunidad para redefinirse y aportar una visión de desarrollo, donde aspiremos a pensar en cambios, pasar al grupo de los países ricos, con un Poder Ejecutivo eficiente, digital y con prioridades claras. La economía informal puede ser un activo si se integra a la formalidad.
Recién mencionabas la necesidad de desatar el potencial del sector privado, ¿creés que una política de shock o la dolarización que proponen Bullrich y Milei respectivamente son la solución o es conveniente desatar ese potencial de a poco para no generar un daño mayor?
El nudo que ata a este potencial incluye tiempos, costos y complejidades que afronta el sector privado. En Estados Unidos llaman a esto "regulación roja". Y en nuestro caso llevamos varias décadas de un mal clima para invertir. Para desatar este nudo hay que hacer foco en que el sector privado mayoritario, es decir, las microempresas que están en la informalidad, tengan reglas simples para ingresar en la formalidad.
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Es importante que las empresas puedan contratar y desvincularse de personas, no con un sentido de empleo, sino con un sentido de contrato. Que el Estado pueda dar un aplicativo para poder abrir una microempresa tal como se puede abrir una página web. Es decir, bajar la vara de los requerimientos del Estado para poder multiplicar la cantidad de trabajo y que así mucha gente pueda salir de la pobreza.
Los candidatos actuales y sus propuestas están anclados en lo que fue la "vieja era", el tiempo previo a la pandemia. En la "nueva era" la microempresa es protagonista y la principal creadora de trabajo. Por otra parte, los sectores de la economía son muchos más de los que se mencionan. Obviamente, es importante el litio y Vaca Muerta, pero hay que estar abiertos a sectores no tradicionales.
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El desafío es hacer de lo informal, lo formal. En este momento, el sector informal está descontrolado y está superando al formal. Además, en el corto plazo la cooperación entre el sector privado y el sector público va a ser fundamental.
Estamos viviendo el fin de los presidencialismos, tal como los conocimos, para darle paso a una cooperación integral entre el sector público y privado para generar agendas y consensos para el desarrollo.
ADP JL
