La primera ministra británica, Liz Truss, pidió perdón por los errores que ha cometido en el comienzo de su mandato y aseguró que será la candidata conservadora en las próximas elecciones generales.
Truss admitió que, con la masiva reducción de impuestos que prometió al asumir su cargo, pretendía que la gente pudiese pagar sus facturas energéticas, pero fue demasiado lejos y rápido, por lo que reemplazó a su ministro de Economía. Desechó, de todos modos, la posibilidad de renunciar en forma voluntaria.
Liz Truss, con Jeremy Hunt como nuevo ministro de Economía desde el viernes, en reemplazo del despedido Kwasi Kwarteng, anuló la rebaja prevista del 20% al 19% a partir de abril del impuesto sobre la renta y anunció que las ayudas para limitar las facturas energéticas para empresas y hogares, que debían durar dos años, finalizarán en abril.
Reino Unido: Liz Truss pierde crédito político en medio de la crisis económica
En tan solo 40 días de gobierno, Truss desmontó casi todas las medidas que conformaban su programa económico y que sembraron el caos en los mercados. Recibió fuego amigo de sus pares, los conservadores británicos, que buscaban un recambio. La calamitosa gestión de la líder tory, designada el 6 de septiembre, amenaza con convertirla en una de las primeras ministras más fugaces de la historia británica.
Las reglas internas del grupo parlamentario tory conceden una tregua de un año hasta poder convocar una moción de censura interna contra un nuevo líder, pero todo podría saltar por los aires si el clamor es unánime. Si finalmente deja Downing Street y es reemplazada por otro miembro de su partido, los conservadores habrán tenido cinco primeros ministros en solo seis años tras David Cameron, Theresa May, Boris Johnson y la propia Truss.
JL PAR