Al dejar su cargo de ministro de Desarrollo Productivo, el ex funcionario no solo disparó críticas contra el kirchnerismo duro, en particular por la licitación del gasoducto Néstor Kirchner.
También se pronunció a favor de reformar leyes laborales, reducir las retenciones a las exportaciones agrícolas y dejar de subsidiar la electricidad a la clase media, las medidas que siempre pidió el empresariado y la oposición y que el Gobierno se rehusó a debatir.
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