MODO FONTEVECCHIA
Internas en el Frente de Todos

Mempo Giardinelli, sobre el documento de los intelectuales K: "El de las cartas es un recurso que a la democracia le hace bien"

El escritor fue uno de los firmantes. Los referentes sostienen que "la 'unidad' del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021".

Mempo Giardinelli
Mempo Giardinelli | Télam

Intelectuales kirchneristas publicaron una dura carta contra el gobierno de Alberto Fernández, en la que sostuvieron que "la´Unidad´ del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021". El escritor y periodista Mempo Giardinelli, uno de los firmantes de la misiva, dialogó con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil.

F: Contanos tu visión de cómo sigue el Frente de Todos y hasta que punto existe algún riesgo, si es que lo existe, de que pueda haber una fractura. 

M: Sorprende un poco el revuelo que parece causar esta carta que se publicó ayer, yo no participé de la escritura de este texto pero me lo pasó gente de mi confianza. Me pareció bien, que era muy respetuoso, muy propositivo, en el sentido de que hay cero agresividad, que yo creo que es importante en estos tiempos. Lo que es agresivo me parece que le hace mal a la democracia y es rechazado por la sociedad. Hay una serie de tensiones que son muy fuertes, que tienen que ver con la inflación, con el descontrol de los precios, etc. que son las cosas que realmente le importan a la sociedad. 

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El plano de esta carta es otra cosa, pareciera que sí es una respuesta, decirle a un grupo de intelectuales que escribió esa carta anterior pidiendo de alguna manera un sostén, que para mucha gente es muy difícil hacerlo, hay mucho desencanto, eso no se puede negar. Me parece que esto es parte de la democracia y está bien. No pienso que esta vaya a ser la última carta, puede haber más de otra gente. 

La fractura del Frente de Todos llegó a los intelectuales K

Yo sentí, frente a la primera expresión de una cantidad de gente, de asesores -porque había varios asesores presidenciales ahí- gente que yo respeto, que son intelectuales importantes y demás, que hacían una especie de esfuerzo para, de alguna manera, fortalecer al presidente. Me cuesta un poco encontrar el vocablo que ubica a esa carta y quizás también sea difícil esta, porque lo que pasa es que en el juego de la democracia y en un momento tan grave como está pasando la República, estas expresiones están bien, forman parte de un llamado a la reflexión. Estas son típicas expresiones del mundo intelectual porteño, para los que vivimos en el interior esas cosas a veces las vivimos como en un balcón lejano. 

Yo participé y decidí firmar esta carta porque me pareció, sobre todo, que tenía un tono muy prudente, nada agresivo. Esta puede llamar la atención sobre el rumbo, que hay un rumbo peligroso, que la Argentina está pasando un momento complejo, las fuerzas del poder real, comunicacional, agrario, social y sobre todo el financiero están jugando cartas muy fuerte y siempre en la Argentina estas cosas desestabilizan. Creo que en ese sentido esta carta lo que intenta es un llamado a la reflexión.

F: Mempo, al escritor ahora, ¿no te hace pensar que significa que en esta época de redes sociales, de tiempos breves, una sociedad llena de audios, de videos y de todo tipo de plataformas tecnológicas de comunicación, las cartas vuelvan a tener protagonismo tanto la carta de Cristina, la carta de los intelectuales que pidieron unidad, la carta de los intelectuales que hacen esta reflexión? ¿Qué reflexión te merece a vos que el mecanismo de comunicación que cobra relevancia sea el epistolar, aquel casi gutenbergiano?

M: Me da mucha gracia tu pregunta y me alegra porque todos los epistolarios han sido a lo largo de la historia, en todos los países del mundo, formas de definir temperaturas históricas. Volver a la carta es una buena posibilidad, yo prefiero una carta mesurada, yo no participé de la hechura, quiero que quede claro, simplemente adherí después. 

Las cartas son una vía de comunicación que no por antiguas o por históricas han perdido vigencia, todo lo contrario. Me sorprende que ya el otro día, cuando circuló la anterior y ahora nuevamente que circula esta, a mí me han llamado de un montón de radios, ahora me llamás vos y seguramente habrá más con otra gente, con otros compañeros

A mí me parece que es muy bueno porque toda carta, por definición, es una reflexión. Uno puede decir cosas espontáneamente, puede irse de palabras, pero una carta es una meditación, un pensamiento. Hay una elaboración, te gustará más o menos pero la hay. Es un recurso que a la democracia le hace mucho bien, donde no hay tantas es donde no hay democracia, donde la democracia no funciona.

En la democracia argentina, con todo lo golpeadita que está y con todas las cosas que pasan y los disgustos y demás, este es un recurso muy sano, que hace bien. Incluso hemos tenido en nuestra sociedad hasta hace un par de años, ese grupo que fue muy importante, yo no formé parte de él quiero que quede claro, pero me parecía importante. Cuando hay una carta hay uno o varios destinatarios y esto me parece que es importante, si hubiera habido cartas no estaríamos con el mundo en guerra.

F: Siguiendo con la línea freudeana de que lo que no se pone en palabras se pone en actos y el acto puede ser violencia, la carta descomprime, permite expresar y que no se ponga en actos por ejemplo una ruptura

Una carta también es una acción meditativa, cuando hay un texto que está cuidado, que ha sido elaborado, que es plural además. Cuando se hace una carta lo que hay es un grupo mayor o menor de gente que está pensando, que cada texto es meditado y eso me parece valioso. Las dos cartas, uno puede entender que esta carta está respondiendo a lo anterior pero hay un plano, un ejercicio de la intelectualidad que es sano y que en la democracia encuentra su sentido y su espacio natural, me parece bien.