En diálogo con Modo Fontevecchia, la diputada Natalia Zaracho, la primera recuperadora urbana en ser parte del Congreso, habló sobre la realidad de los cartoneros y la importancia de poner en agenda las demandas de los trabajadores de la economía popular desde la política: “No es que no haya trabajo, lo que no hay son derechos para esos trabajadores y eso es lo que hay que discutir”, expresó. Escuchá el programa por Radio Perfil o miralo por Net TV.
¿Te hicieron sentir alguna vez "sapo de otro pozo" en la Cámara de Diputados?
El día que asumí sentí: "¿Qué hago acá?", porque es un lugar pensado para personas determinadas clases sociales, gente bien vestida que va a las mejores universidades y tienen distintas carreras. Como diputada al principio me sentí incómoda pero entendí que tenía que representar a los trabajadores excluidos. Así como me tocó trabajar como cartonera hoy me toca representar a mi sector y asumir el compromiso con responsabilidad.
¿Cuándo empezaste a cartonear?
Empecé a los 13 años. Mi mamá se quedó sin trabajo por la crisis del 2001 y mi hermana había quedado viuda con dos chicos y yo los cuidaba. Sufrimos mucha inseguridad y entraban en las casas, por eso íbamos familias completas arriba de un camión con lluvia o sol a cartonear, sobre todos los bolsones.
Fue un proceso difícil. Me costó mucho identificarme como trabajadora al tener que ir a rebuscar en el descarte de otro. Iba a cartonear con mi hermano que tenía 7 años, mi sobrino de 2 años y un bebé. Mi mamá salía una cuadra a buscar las bolsas y yo me quedaba en la esquina con los chicos.
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¿Cuánto tiempo hicieron eso? ¿Con la crisis del 2002?
Cartoneamos durante 2 años, fueron los años más difíciles. La gente del barrio estábamos en la misma situación, entonces una señora cuidaba a los chicos y los que iban a trabajar le pagaban. Mi mamá dejaba a los más chiquitos y yo me iba a trabajar con ella. Trabajar era ir a cartonear.
¿Pudiste terminar el colegio secundario?
Lo terminé un año antes de la pandemia, en el turno noche, porque después fui mamá. Tengo dos hijos y también pasé el mismo proceso. Que tengamos un convenio con el Gobierno de la Ciudad, donde tenemos un espacio de cuidado para los hijos de los compañeros que van a quedarse ahí, es importante. Es un horario difícil porque va desde las 5 de la tarde hasta las 12 de la noche. Eso nos permitió planificar como personas.
Antes todo lo que se cartoneaba se llevaba a casa, hoy tenemos un predio donde dejamos el material y lo podemos vender colectivamente al mejor precio. Ya no tenemos los basurales en nuestra casa y cumplimos un horario, vamos en colectivo y tenemos obra social y ropa. El sistema de reciclado con inclusión social responde a una lucha y queremos que se replique en todos lados. Todavía hay compañeros/as que están trabajando en en basurales a cielo abierto.
¿Cuándo dejaste de cartonear?
Lo dejé en 2014, 2015 porque tengo dos hernias de disco. La mayoría de los que cartonean sufren de la cintura por el peso.
¿Qué diferencia hay entre aquel 2002 y el post pandemia? Uno percibe que hay más gente cartoneando en la Ciudad.
Como en toda crisis social, mucha gente sale a reinventarse. Hay un problema en el mundo en el que más del 40% de los trabajadores queda excluido de un sistema laboral, por eso encontramos una solución en la economía popular que es un emergente que llegó para quedarse, es una opción que tenemos que asimilar.
Es el único sindicato que nos preguntan cuánto y de qué trabajamos. Las cooperativas abrazaron a todos aquellos que no tenían oportunidades. Hoy la situación es muy difícil porque hay muchas personas que vienen a pedir laburo pero tenemos la experiencia de la organización, de estos 20 años que nos permitió pensarnos como trabajadores. No es que no haya trabajo, lo que no hay son derechos para esos trabajadores y eso hay que discutir.
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Nuria Am (NA): ¿Hay algo de la política que alguna vez te haya causado rechazo? ¿No creés que muchas veces la política utiliza a los pobres?
Sí. Yo era muy antipolítica al igual que muchas personas de los barrios porque nos cagaron muchas veces. Eso pasa porque nos quieren hacer creer que la política es mala y aparecen personajes como Milei y Macri que nos llevan a la pobreza. Nosotros hacemos política todos los días.
El pueblo tiene que participar más allá de las distintas miradas. Estamos en un sistema cada vez más desigual en donde te dicen que el otro no importa. Lo que discutimos es que no son las mismas oportunidades para todos.
Claudio Mardones (CM): En relación a la Ley de Envases, ¿se avanzó, quedará allí frenada? Juan Grabois apuntó con mucha fuerza al ex ministro Matías Kulfas. ¿Cree que con la salida de Kulfas se pueda dar un giro? ¿O seguirá frenado por discusiones internas del Frente de Todos?
Hay muchos intereses y lobby. Vamos a reimpulsar la Ley de Envases porque hay que discutir que no podemos vivir más en esta crisis ambiental y social. Lo que plantea la ley es la responsabilidad extendida del productor. Que se hagan cargo de lo que pasa con esos envases luego del consumo. Van a los basurales abiertos, a los mares y ríos. Se busca que se dejen de explotar los recursos y comiencen a hacer envases con materiales reciclables y amigables con el ambiente y que se piense en el trabajo de lo que cuesta recuperar esos materiales. Somos nosotros, los cartoneros los que lo hacen y por eso pedimos que se nos reconozca garantizando derechos.
CB PAR