Una arqueóloga dominicana asegura haber encontrado un túnel que podría develar uno de los grandes misterios de la humanidad: la ubicación de la tumba de Cleopatra, la última faraona del Antiguo Egipto.
Kathleen Martínez, que lidera excavaciones en la zona desde 2005, cree que su última morada podría estar al final de ese pasadizo de 1.400 metros que las autoridades de la nación africana consideran “un milagro de la geometría”.
A 13 metros de profundidad y con dos de alto, el túnel está debajo del Templo Taposiris Magna, la Gran Tumba de Osiris. En sus cercanías se descubrieron monedas con los nombres de Cleopatra, estatuas de la diosa Isis y un cementerio, lo que aumenta las chances de que haya una tumba real en las inmediaciones.
La búsqueda se guió históricamente por relatos de fuentes clásicas, como el historiador y filósofo Plutarco, y por investigaciones que se hicieron entre Alejandría y Taposiris Magna, que pudo haber sido elegido para enterrar a Cleopatra por sus vínculos con Isis, la diosa que ayudaba a los muertos a entrar en la otra vida, con quien la faraona se asociaba estrechamente.
Cuál es el indicio que llevó a cuestionar la historia
La pista que encontró Martínez contradice de alguna manera la historia oficial, que indica que la estadista había ordenado que su tumba se construyera en Alejandría, donde se refugió después de que los romanos tomaran la ciudad. Allí mismo se habría suicidado, para evitar la deshonra de que la exhibieran encadenada sobre las calles de Roma.
Si la experta dominicana confirmara su intuición, la noticia estaría a la altura del hallazgo de la tumba de Tutankamón de 1922. Y la humanidad por fin podría conocer el rostro verdadero de alguien personificado hasta el hartazgo en el cine, pero apenas esbozado en un puñado de monedas cada vez más gastadas.
BL PAR