Este año se cumple una década del inicio de las operaciones en Vaca Muerta, luego de que el 16 de julio de 2013 YPF firmara un acuerdo de explotación con la estadounidense Chevron por 1.500 millones de dólares.
Desde entonces, el petróleo y el gas del mega yacimiento se convirtieron en argumentos centrales para el crecimiento económico del país, mientras ganaban fuerza las voces críticas sobre la técnica de fracking: la perforación de pozos a más de 2.500 metros de profundidad mediante la inyección de millones de litros de agua.
Después de una semana de recorrido por la cuenca neuquina, una delegación del Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza -organismo civil inspirado en su par sobre Crímenes de Guerra- presentó ayer sus conclusiones preliminares a la Cámara de Diputados. Entre ellas, que el perjuicio de Vaca Muerta sobre los trabajadores y las comunidades locales incluye enfermedades en los pulmones, metales pesados en la sangre y padecimientos psicológicos crecientes.
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El economista ecuatoriano Alberto Acosta, ex ministro de Energía y Minas de su país, adelantó a Modo Fontevecchia que “vamos a recomendar que nuestras conclusiones se asuman como un caso de análisis en el pleno del Tribunal”. De ser así, habría una sentencia y una comunicación a las partes.
La delegación evaluó denuncias sobre desvíos de ríos, derrames, contaminación de aguas subterráneas y basurales tóxicos. En el centro de las preocupaciones están los 400 sismos directamente relacionados a las operaciones de fractura hidráulica que sufrió la zona entre 2017 y 2021, de acuerdo a una investigación de la revista Nature Scientific Reports.
Vaca Muerta está en el subsuelo de Sauzal Bonito, un pueblo 120 kilómetros al oeste de la capital provincial, que solo el 23 de enero de 2019 llegó a registrar 30 temblores. En un contexto de sequía extrema, también resultan problemáticas las previsiones que indican que este año Vaca Muerta duplicará su demanda de agua.
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El despliegue de empresas como YPF, Vista Energy y Shell en el yacimiento es la explicación principal del pico de 627 millones de barriles diarios alcanzados en Argentina durante enero, la mayor producción desde 2008. Se espera que los volúmenes sigan aumentando gracias a obras como el gasoducto Néstor Kirchner y al Oleoducto Vaca Muerta Sur, un tramo de 700 kilómetros que llegará a las costas de Río Negro.
A pesar del ingreso de divisas, la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas critica que “las empresas han fugado mayor cantidad de dólares de los que han ingresado al país”, pero que las investigaciones no avanzan “gracias al consenso político, empresario y extractivo que existe sobre Vaca Muerta como una solución certera a los déficits energéticos, financieros y sociales de la Argentina”.
FM JL