OPINIóN
Reasiganción de fondos

Los límites de la política del show y la improvisación

Las diferentes discusiones como la del nuevo régimen de coparticipación no llegará a buen puerto si se hace de forma mezquina y oportunista

Policías ern Puente 12 20200910
Policías en Puente 12 | Juan Obregón

Si miramos un poco más allá de las protestas de la policía en toda la Provincia de Buenos Aires y de la presencia de efectivos bonaerenses en la Quinta Presidencial de Olivos, de la respuesta oficial en torno a la reasignación de fondos y de las reacciones posteriores, nos vamos a encontrar con la confirmación de una realidad consabida por todos: la política de la improvisación y el show, en democracia, tiene patas cortas.

El núcleo del debate público mutó tan velozmente del reclamo salarial de la policía a la floja respuesta del Gobierno, de la manifestación en Olivos al traspaso de fondos de la Capital a la Provincia, que las causas subyacentes a este conflicto inoportuno quedaron, como mínimo, desdibujadas.

Sergio Berni, ministro de seguridad autopercibido superhéroe, viene aplicando la misma receta desde que asumió el cargo con una coherencia envidiable: circo para los medios y palos para todos, exfuncionarios, intendentes y su propio Gobierno incluidos. Pretende disimular la ausencia de un plan de seguridad y de un diagnóstico del terreno que justifiquen las medidas implementadas con declaraciones grandilocuentes y puestas en escena que dan vergüenza ajena.

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Sergio Berni, ministro de seguridad autopercibido superhéroe, pretende disimular la ausencia de un plan de seguridad con declaraciones grandilocuentes

Si faltaba algo más más para comprobar el desinterés histórico del kirchnerismo en garantizar una institucionalidad saludable, basta con mirar cómo la vicepresidente decide bancar a un funcionario y a su interpretación desacertada de los problemas de seguridad de los vecinos, a costa del bienestar de su propia administración. Acumular y exhibir poder en el pago chico es más importante que un equipo de gobierno con funcionarios capacitados y sensatos.

En este contexto debemos leer la escalada de un reclamo que primero fue ignorado y después subestimado por las autoridades correspondientes.

Precisamente en el momento que el margen de maniobra de Alberto Fernández se reduce cada vez más, ante las concesiones que le exige su jefa política, las circunstancias le hicieron un guiño inesperado. Las fuerzas políticas republicanas y sus principales referentes expresaron un rechazo unánime a las manifestaciones de policías en Olivos, que jamás deberían haber ocurrido.

La posibilidad de capitalizar políticamente la defensa irrestricta de la sociedad al orden constitucional quedó trunca. Pudo más la voluntad desbocada de tapar con prepotencia los errores de una gestión desorientada.

El radicalismo bonaerense históricamente demanda, por todos los medios, una revisión a fondo de la distribución de los recursos automáticos nacionales. La recuperación parcial durante la administración de Vidal a través del Consenso Fiscal de 2017 no alcanza para dar vuelta una historia de discriminación hacia la Provincia que lleva demasiados años, entre ellos los de Kicillof como ministro de Economía, cuya gestión dejó el índice de coparticipación destinado a los bonaerenses en mínimos históricos.

El Gobierno de la billetera y el látigo vio una ocasión para castigar a Larreta y salvar a Kicillof en la misma jugada y no dudó

La decisión de transferir recursos de la Ciudad de Buenos Aires a la Provincia para solventar el aumento a la policía no está basada en ningún principio de equilibrio federal. Más bien lo opuesto. El Gobierno de la billetera y el látigo vio una ocasión para castigar a Larreta y salvar a Kicillof en la misma jugada y no dudó.

El problema es que detrás de los nombres propios está la gente. Porteños y bonaerenses son las principales víctimas de un Gobierno que se aferra a la improvisación como principal herramienta de gestión.

La discusión de un nuevo régimen de coparticipación, como ordenó la Constitución de 1994, en el marco de un federalismo más armónico y maduro, no llegará a buen puerto si los que gobiernan lo hacen de forma mezquina y oportunista. Estamos atravesando una crisis que nos somete permanentemente a lidiar con lo desconocido, a navegar en la incertidumbre. No hay margen para continuar fomentando enfrentamientos y divisiones.

*Diputada provincial PBA.Vicepresidente Comité Nacional UCR.