En las Instituciones Educativas los Docentes no llevamos la filosofía de la pregunta, tampoco la llevan las familias adelante en sus propios hogares. Los adultos nos hemos formado con las “respuestas” y no con las “preguntas”.
Walter Kohan, filósofo contemporáneo, nos habla de la pedagogía de la pregunta, El filósofo nos dice, la respuesta castra la curiosidad.
Sabemos que si existen seres que preguntan y repreguntan esos son los niños; aprovechemos esa curiosidad innata que les es propia. Llevar la destreza de las preguntas nos debería hacer realizar una práctica entre adultos, entre docentes y entre nosotros y los niños.
Llevar a los niños a realizar un pensamiento crítico es acompañarlos en el proceso de las preguntas para que aprendan a evaluar, a contrastar y llevarlos a encontrar la veracidad de un conocimiento existente. Evaluar aquellas afirmaciones que la sociedad da como verdaderas.
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El pensamiento crítico es una habilidad que todos desde los más pequeños deben desarrollar. Desarrollar esta habilidad tiene cualidades específicas que ayudan a resolver y mejor variadas situaciones, refuerza a los niños a poder clasificar la información, a ser curiosos a querer investigar.
Pongamos en práctica no dar siempre las respuestas, repreguntemos a las preguntas incansables de los niños, logremos que sean ellos quienes encuentren respuesta a sus inquietudes. En este ejercicio el adulto guía, orienta, estimula, invita a despertar la curiosidad, enseña a dudar, acompaña para que aprendan a justificar, a analizar y les fomenta la autonomía en el desarrollo de su pensamiento por que logran la habilidad para justificar su razonamiento.
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El pensamiento crítico también forma parte de un grupo de destrezas como la actitud que toman los niños frente a la duda, los comportamientos y cualidades que les permiten relacionarse en su contexto ya sea con pares o adultos. También permite que aprenden a trabajar en grupo, a conformar equipos, a respetar la opinión del otro y a argumentan la propia. No menos importante es que les posibilita el autocontrol, construir y revalorizar su autoestima, resolver conflictos y tomar decisiones mediante la comunicación de la palabra.
