OPINIóN
Cultura en crisis

Caos, funeral y entierro de la República Argentina

Transformación, deterioro y decadencia que fue sufriendo nuestra cultura a través de los últimos 100 años.

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Cultura en crisis. | Gerhard G. / Pixabay.

Este país fue y es generoso con los inmigrantes. Nuestros abuelos llegaron y fueron trabajadores incansables, comprometidos con la patria. Consiguieron que sus hijos se formen, los superen, que sean trabajadores y honestos. La transculturación fue y es muy exitosa. Un ejemplo es el de “los gauchos judíos”, hay ya mucho escrito, este es solo un resumen. Formados por gauchos y por judíos, cada uno puso lo mejor de sí. Provenían de ciudades, llegaron sin saber el idioma y no conocían el trabajo del campo. Los gauchos sabían el idioma, manejar un carro y montar a caballo. Para los judíos fue llegar a la otra tierra prometida…

 

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Inmigrantes llegando a la Argentina.

 

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Decía Alberto Gerchunoff: “En la Argentina trabajaremos la tierra, comeremos el pan de nuestro trigo y seremos agricultores como los antiguos judíos de la Biblia. “Donde aprendí a amar el cielo argentino y mi alma se impregnó con el espíritu de la tierra”. “Mi existencia borró mis orígenes y me hizo argentino”. Labrar la tierra, mirar el cielo entrerriano y la libertad fueron tres cosas que amaron.

Era el país más despoblado de Sudamérica y por eso se promulgó en 1876 la Ley de Avellaneda de Inmigración y Colonización, sin diferencias religiosas.

¿Entonces, por qué siempre estamos en una encrucijada, en crisis, tropezando con la misma piedra? Atrapados en una “encerrona trágica”, según el concepto de Ulloa.

No aprendemos de la experiencia. La responsabilidad es nuestra.

Quedándote o yéndote

Parte del origen está en el deterioro que sufrió y sufre la educación.

Lo deseable es tener una sociedad más justa, conciudadanos solidarios, honestos, libres y con instituciones que funcionen correctamente y con dignidad económica.

A lo largo de mi vida he visto a nuestro pueblo con conflictos, en terapia intensiva. Fui criada con amor a la patria.  Una vez íbamos cabalgando con mi padre, él se bajó del caballo, recogió un puñado de tierra, se acercó y me dijo: olé, olé que maravilla.

Mi país va para peor, está desahuciado, vivir aquí es una carrera de obstáculos. Los ciudadanos son maltratados, y “este maltrato” se naturaliza. “No nos damos cuenta” y terminamos perdiendo la capacidad de pensar.

Los políticos de distintos signos no registran el sacrificio que hacemos los ciudadanos para sobrevivir, no se trata de “sobrevivir”, sino de vivir en paz, en un país que no nos mortifique, en el sentido que expresó Fernando Ulloa en “Cultura de la mortificación”.

El gobierno dice: “¡Qué vamos a hacer, no podemos pagar!” Si nosotros dijéramos: no podemos pagar, sí nos castigarían.

Como luchadora incansable, me entristece vera nuestro país con la cabeza gacha, enfermo, sin proteger a sus ciudadanos a los que no forma, sino que deforma.

(Malas) Costumbres argentinas

Se padece hambre, no por falta de alimentos, sino por falta de voluntad política. En lugar de “planes trabajar” hay que trabajar para un plan que termine con la miseria. No se trata de falta de recursos sino de falta de herramientas. Este país tenía pobreza, pero no miseria, esto hace la diferencia.

Decir “Viva la Patria” es vivir por la democracia, no morir por ella. Finalmente, la patria somos nosotros mismos, pero el sentido del patriotismo se perdió.

Ejemplos de las malas conductas ciudadanas: se nos hizo costumbre que nadie cumpla las normas de tránsito, nonos gustan: si uno pone el guiño a la derecha lo pasan por la derecha y viceversa. En muchos países los conductores disminuyen la velocidad para respetar la señal del que va adelante, acá no. El peatón cruza donde se le ocurre, a veces mirando el teléfono, los conductores de motos a veces van sin casco. Nosotros sentimos las normas como una privación de la libertad, las leyes parecen ofendernos, en vez de pensar que están hechas para el bien común. La vida perdió valor.

Otro ejemplo: si las boletas de pago municipales y/o provinciales llegan con errores, hay que pagar y luego hacer el reclamo. Pasan años y si es favorable, no lo devuelven, queda como crédito, inflación mediante. Así las usurpaciones de propiedades vacías se facilitan, y se hacen habituales.

Se hace largo enumerar los enormes padecimientos que soportamos los contribuyentes, fundamentalmente los que pagamos…

Insulta, insulta, que algo quedará

Las instituciones proponen solucionar todo por la Web. Amo la tecnología, pero ella no es un Amo. Hay problemáticas que son particulares que necesitan de una solución que sea pensada mejor que como lo haría una máquina. Pero es difícil conseguirlo.

La tecnología excluye a la tercera edad y a los que viven donde no llega internet. Hay que incluir y no excluir, no solo en el lenguaje…

Tomando las palabras de María Elena Walsh, este país es “El Reino del Revés”. Por ejemplo, en vez de que nosotros le pidamos a un banco garantías para depositar nuestro dinero, ellos nos piden garantía a nosotros, ¿es gracioso no?

Las pymes o los pequeños comercios se quedan solo con los empleados que ya tienen, con ayuda familiar o simplemente cierran, o lo que es peor quiebran. La gente está cansada de trabajar con esos costos y con grandes riesgos. Está cansada de asumir responsabilidades y consecuencias de las que no fue autor.

¿A dónde voy? o ¿A dónde vamos?

Con el mismo puñado que me dio a oler mi padre, para que me invadiera su perfume y transmitirme el amor a mi tierra, te sepulto mi República Argentina con los ojos llenos de lágrimas.