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CABA: Una Ciudad donde respirar aire puro es la excepción

La Ciudad de Buenos Aires cuenta con sólo 6 metros cuadrados de espacios verdes por habitante, pero las políticas públicas del Gobierno porteño se limitan a publicitar algunas obras millonarias pagadas con plata de la ciudadanía, que carecen de una mirada ambiental.

Árboles metálicos
Los árboles metálicos que cayeron a los pocos días. | Laura Velasco

La Ciudad de Buenos Aires cuenta con sólo 6 metros cuadrados de espacios verdes por habitante, pero las políticas públicas del Gobierno porteño se limitan a publicitar algunas obras millonarias pagadas con plata de la ciudadanía, que carecen de una mirada ambiental, ignoran la contaminación atmosférica o sonora y afectan la salud de todes. No sólo no se crean más espacios verdes, muy necesarios en el sur de la ciudad por ejemplo, sino que también se destruye el arbolado urbano. 

El colmo de esta política, que generalmente busca el rápido impacto visual publicitario, llegó con la "plantación" de árboles artificiales en la plaza Echeverría (Villa Urquiza). Además de no brindar ningún beneficio para la salud, le sumamos la peligrosidad de ponerlos en un espacio infantil. Este artificio decorativo sólo duró una semana, ya que a la primera tormenta estos metales pintados de verde, se cayeron y fueron removidos, cuyo probable destino sea un basural. 

Prohíben al Gobierno de la Ciudad talar árboles

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Por eso, desde el bloque del Frente de Todos, impulsamos un pedido de informes en la Legislatura porteña para que el Gobierno de la Ciudad indique con qué finalidad se han colocado árboles de metal en el patio de juegos y alrededores, y cuánto costaron.

Las ciudades son responsables del 70% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, una de las causas del cambio climático. Por eso es importante forestar Buenos Aires, en especial los barrios populares de la Ciudad, por ejemplo en Villa 20, Lugano, se hizo un relevamiento que dio como resultado cifras alarmantes: hay solo 1 árbol cada 80 personas. 

Decidimos entonces presentamos un proyecto en la Legislatura porteña para modificar la Ley de Arbolado Público, ya que entre otras cosas, los árboles emiten oxígeno, para que las personas cuenten con el vital elemento para respirar, además absorben el perjudicial dióxido de carbono de autos, colectivos e industrias, y mitigan el cambio climático.  

La Ciudad de Buenos Aires deberá plantar 100 mil árboles anuales por ley

 

Si bien la Ley actual de arbolado público urbano tiene elementos interesantes que mantenemos en nuestro proyecto, en la realidad muchas de las cosas que dice, no son respetadas por las autoridades del GCBA.

Es por esto que existe la necesidad de una modificación y nuestro proyecto plantea un manual de procedimiento que cuide los ejemplares añosos, para valorizar, conservar, proteger e incrementar el arbolado público urbano. Sumado a esto, hemos presentado diversos pedidos de informes por la tala indiscriminada en la Ciudad, trabajando con organizaciones que se especializan en la temática, como Basta de Mutilar Nuestros Árboles.

En menos de dos años, se secó el 70% de los árboles en el Paseo del Bajo

Pero el Gobierno porteño se aferra a su consigna publicitaria: “La Transformación no para” y en esa búsqueda del "cambio",  también ha decidido talar árboles centenarios de más de diez metros de altura en distintos barrios, como en San Telmo sobre avenida Paseo Colón, donde talaron más de 70 árboles, o Villa Devoto (poniendo como excusa el desarrollo inmobiliario y comercial del distrito del vino). La Ciudad verde se ha transformado en un eslogan, una triste caricatura con la colocación de árboles de chapa, el reemplazo de césped por cemento pintado de verde en plazas, y el recordado cemento pintado de celeste en el verano de 2018, cuando Horacio Rodríguez Larreta invitó a los vecinos y vecinas a que se bañaran gratis en "piletas" de la Costanera Norte;  donde nadie se podía sumergir, ya que eran superficies planas pintadas de celeste, con el agravante que cada plancha de cemento costó casi un millón de dólares. 

El buen vivir en un ambiente sano, con espacios verdes y menos contaminación, hacen al bien común. Estamos cansades de ver cemento pintado, o metal teñido de verde. Donde hay una necesidad nace un derecho, por eso mismo es que nos merecemos una Ciudad donde respirar oxígeno no sea la excepción, si no la regla. 

*Laura Velasco, legisladora porteña de Somos Barrios de Pie en el Frente de Todxs.