OPINIóN
Semana Santa

Construir esperanzadamente la fiesta de Pascua

En la historia de la humanidad existen diversos registros de altruismo y heroísmo. Jesús de Nazareth es uno de ellos, el centro de la cristiandad que emerge entre todas las biografías y épocas históricas.

Pascua
Pascua | CEDOC

Jesús de Nazareth emerge entre todas las biografías y épocas históricas. Su vida está plasmada de acciones honestas y valientes.

Rezar, levantarse luego de caer, aceptar al otro, dialogar, privarse de algún gusto, actuar fraternalmente, son algunas de las maneras en que los cristianos vivimos este tiempo de preparación de la Pascua.

El Domingo de Ramos comenzó la Semana Santa. Sucesión de días que culmina en una enorme fiesta, y que como toda celebración debe organizarse con anticipación

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Las parteras de Jesús

El feriado es también ocasión de salida de las obligaciones habituales. Hacer una pausa, detenerse en una posta del camino es positivo en el año calendario. El tiempo, veloz como el agua del río, nos trajo ya el cambio de estación con el clima de otoño.

El tránsito de la vida es un quehacer. De manera constante solucionar los problemas nos cuesta el tiempo disponible en la sucesión diaria. Pero vivir es más que trabajar o consumir

Aún reconociendo que los costos deben pagarse antes o después, darnos cuenta del valor y sentido de nuestras vidas supone detenerse y pensar en silencio interior. 

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La vida es lo más valioso de lo que disponemos. Es la entrega máxima que cualquier semejante puede hacer por otros. Existen diversos registros en la historia de la humanidad de altruismo y heroísmo.

Jesús de Nazareth emerge entre todas las biografías y épocas históricas. Su vida está plasmada de acciones honestas y valientes, yendo de lo cotidiano y simple a lo grandioso y trascendental, tal como se lee en el Evangelio y en otros libros. Predicó el amor y murió en claro testimonio de Su amor. 

Jesucristo está en el centro del Cristianismo, es una de las figuras esenciales de la Iglesia y representa luz, el único puerto seguro en el devenir de las experiencias de vida, la gran verdad que se nos invita a descubrir y profundizar desde las vivencias personales, tan disímiles como único e irrepetible es cada ser humano. 

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Para Jesucristo su vida terrenal fue ocasión de darlo todo por amor y en obediencia a Dios Padre. Luego de instituir la Eucaristía durante su  Pasión personal  vivió el Vía Crucis del dolor, del abandono y de la injusticia hasta la muerte en la cruz. Este hecho representa humanamente una profunda paradoja. 

Pero lejos de descartar las contradicciones o de minimizarlas, la Semana Santa es una invitación a integrarlas uniendo mente y corazón. Y así lograr la aproximación a la magnitud del gran misterio que supone esta muerte, que paga todas las muertes de la historia de una vez por todas y salva a la humanidad. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, nos regala la concordia.

En consonancia con Su Santidad Francisco y su Magisterio, en actitud de apertura al sí mismo y a los otros, desde diversas latitudes de nuestro mundo, la Semana Santa propicia un tiempo de acercamiento y unión con Dios para todas las personas. 

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Si se coloca en el centro a la Trinidad el abrirse al reconocimiento fraterno en estos tiempos tan duros para muchos en lo material (sin olvido de lo espiritual) podrá dar frutos. 

Los cristianos entendemos que vivir el amor es construir el futuro en esperanza. El paso a paso del transitar va constituyendo un tiempo de esperanza. Esperar es un bálsamo de amor: perdonar a quien ofende, cuidar al débil, escuchar al otro, apaciguar al exaltado, consolar al triste, ejercitar la paciencia, avanzar en la prosecución del bien buscado pese a la dificultad, no desistir en los buenos hábitos y costumbres , construir y reconstruir el mundo buscando su belleza, compartir lo recibido con quienes necesitan. 

En el peregrinaje que es la vida, vivenciar la Misericordia de Dios que nos coloca frente a Su inmenso amor. Y entonces sí, en el tiempo adecuado  y luego de haberla preparado, gozar la gran fiesta de la Pascua, anuncio de Dios resucitado y vivo.

*Docente del Vicerrectorado de Formación, Universidad del Salvador.