Los dividendos mundiales se dispararon en el segundo trimestre un 11,3% en tasa general, con lo que han batido cómodamente un nuevo récord al situarse en 544.800 millones de dólares.
A pesar de la enorme perturbación económica causada por la pandemia, los dividendos mundiales están por encima de su máximo previo al estallido de la misma y actualmente solo un 2,3% por debajo de su tendencia a largo plazo.
El segundo trimestre se situó ligeramente por encima de nuestras expectativas, aunque es poco probable que asistamos a un crecimiento tan robusto en el resto del año. Muchas de las alzas fáciles ya se han conseguido, en un momento en que la recuperación tras la pandemia es casi completa.
También nos enfrentamos a una economía mundial considerablemente más ralentizada y esto, junto con la compresión de los márgenes que muchos sectores están experimentando a causa de una inflación rampante, está empezando a lastrar los beneficios de las empresas, así como las decisiones que estas toman sobre la cantidad de efectivo que hacen llegar a sus accionistas.
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El segundo semestre de 2022 también seguirá enfrentándose al obstáculo que supone la fortaleza del dólar estadounidense. Esto limita el alcance de la revisión al alza de nuestras previsiones. De acuerdo con el análisis que se desprende del Global Dividend Index elaborado por Janus Henderson, prevemos que los repartos de 2022 alcanzarán los 1,56 billones de dólares, lo que supone un aumento de 1,2 puntos porcentuales en nuestra previsión. Esto se traduce en un crecimiento general de los dividendos del 5,8% interanual, o lo que es lo mismo, un alza subyacente del 8,5%, por encima de la tendencia a largo plazo del 5-6%.
A medida que nos acercamos a 2023, dejaremos de beneficiarnos del favorable efecto de las distribuciones para ponerse al día en la remuneración al accionista tras la pandemia de COVID-19.
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Además, la ralentización del crecimiento económico mundial y la probabilidad de que los dividendos de la minería estén a punto de tocar techo supondrán un nuevo obstáculo. En el plano positivo, es poco probable que los tipos de cambio lastren en la misma medida el crecimiento general de los repartos.
En general, esto significa que el crecimiento de los dividendos será probablemente más lento el próximo año si se mantienen las tendencias actuales. Con todo, es muy importante recordar que los dividendos son mucho menos volátiles que los beneficios. Los dividendos extraordinarios son más escasos en tiempos de debilidad económica, pero los dividendos regulares tienden a presentar un componente de protección frente a caídas, ya que las empresas tienen un grado considerable de discreción sobre las cantidades que distribuyen.
*Ben Lofthouse. Responsable de Global Equity Income en Janus Henderson.