La pandemia de COVID-19 ha cambiado la forma en que se imparte la educación en todo el mundo. El cierre de las escuelas y universidades ha llevado a la necesidad de adoptar nuevos enfoques de enseñanza, especialmente el aprendizaje virtual. Este cambio ha creado una demanda urgente de herramientas y plataformas de enseñanza efectivas que puedan reforzar las trayectorias académicas de los estudiantes.
Por un lado, las clases virtuales han demostrado ser una alternativa viable a la enseñanza presencial. Los estudiantes pueden aprender a su propio ritmo y en su propio horario, lo que puede adaptarse a sus necesidades individuales. Además, lo han hecho posible para los que de otra manera no tendrían acceso a la educación, porque viven en áreas remotas o tienen discapacidades físicas, por ejemplo.
Claramente, todavía hay desafíos significativos para esta manera de aprender. Una de las principales preocupaciones es la falta de acceso a la tecnología y la conectividad. Muchos estudiantes no tienen computadoras o dispositivos móviles adecuados, lo que dificulta su capacidad para participar de manera online.
Además, la falta de acceso a internet de alta velocidad puede limitar la capacidad de los estudiantes para participar en videollamadas o descargar materiales educativos.
Otro desafío es el aprendizaje autónomo. La educación a distancia y el aprendizaje online requieren que los estudiantes sean más independientes en su aprendizaje y tengan una mayor capacidad de autorregulación.
Educación híbrida
Esto puede ser difícil para algunos chicos, especialmente aquellos que están acostumbrados a un ambiente escolar más estructurado y supervisado. Además, la falta de interacción en persona con los docentes y compañeros puede hacer que algunos chicos se sientan aislados y desconectados.
La educación virtual, más allá de la pandemia
Para superar estos desafíos se necesitan herramientas, pedagogías y plataformas de enseñanza efectivas que sean accesibles para todos los estudiantes, independientemente de su ubicación o nivel socioeconómico.
Es importante que las instituciones educativas inviertan en tecnología, conectividad y capacitación docente para asegurarse de que todos los estudiantes tengan un acceso de calidad para el aprendizaje virtual.
Una manera de capitalizar el uso de la tecnología en educación, es a través de un modelo híbrido. Un modelo de educación híbrido combina elementos del aprendizaje presencial y virtual para ofrecer una experiencia de aprendizaje más flexible y adaptable. Y en este sentido, debemos evaluar los beneficios del “aula invertida”.
El “aula invertida” es un modelo pedagógico en el que los estudiantes reciben el contenido de aprendizaje antes de la clase a través de videos, lecturas u otros recursos, y luego utilizan el tiempo en el aula para discutir, hacer preguntas y trabajar en actividades prácticas bajo la supervisión del docente. Es decir, para “activar” el contenido, para fusionar la información y aplicarla.
En lugar de simplemente escuchar al docente durante la clase, los estudiantes son más activos en su aprendizaje y tienen la oportunidad de personalizar su ritmo de aprendizaje y recibir ayuda adicional durante la clase.
El modelo de aula invertida permite aprovechar la tecnología y mejorar la retención de información a largo plazo, así como fomentar una mayor interacción entre los estudiantes y el docente.
El modelo que transforma el aprendizaje
La educación híbrida fomenta un aprendizaje más activo y participativo: el modelo de aula invertida permite que los estudiantes sean más activos en su aprendizaje. Previamente revisan en casa el contenido y en clase trabajan en actividades prácticas. Esto les permite involucrarse más.
El modelo de aula invertida permite que los estudiantes aprendan a su propio ritmo y nivel de habilidad; por lo tanto es más personalizado.
El modelo de aula invertida utiliza tecnología (videos educativos, por ejemplo) que puede ser especialmente beneficiosa para los estudiantes que tienen diferentes estilos de aprendizaje o que necesitan más tiempo para procesar la información.
El aula invertida también mejora la retención de información: los chicos tienen más tiempo para procesar y comprender la información antes de ir a la clase, lo que puede mejorar la retención de información a largo plazo.
Así se produce mayor interacción entre los estudiantes y el docente. Hacer preguntas y discutir en grupo mejora la comprensión y la retención de información.
Es importante recordar que la educación virtual es una forma complementaria de la enseñanza, no una sustitución completa de la educación presencial. No nos olvidemos que la educación es una experiencia social y emocional, y es importante que los estudiantes tengan la oportunidad de interactuar en persona con sus profesores y compañeros de clase.
*Especialista en educación, autora y capacitadora docente