Los niños de Latinoamérica y el Caribe han caído en la pobreza del aprendizaje más rápido que los de cualquier otra región desde el 2019, según demostró un informe publicado por el Banco Mundial y UNICEF.
Las escuelas permanecieron cerradas en esta región por más tiempo que en la mayor parte del mundo, y las ramificaciones se están volviendo más claras a medida que las métricas globales indican cuánto se han quedado atrás los estudiantes. Se espera que los puntajes de lectura y matemáticas de los estudiantes retrocedan a donde estaban hace más de 10 años, afirmó el informe.
“Millones de esos niños abandonarán activamente la escuela y simplemente decidirán hacer otra cosa porque están demasiado atrasados en términos de aprendizaje y sus familias enfrentan desafíos económicos”, expresó Emanuela Di Gropello, gerente de práctica de educación del Banco Mundial en Latinoamérica y el Caribe.
La proporción de estudiantes en la región que viven en lo que se denomina “pobreza de aprendizaje” puede haber aumentado al 79% del 52% en 2019 como consecuencia de la pandemia, según muestran las estadísticas.
Otras métricas exponen cuán severo es este retroceso en las aulas. Cuatro de cada cinco estudiantes de sexto grado en la región no pueden comprender un texto básico al nivel de su grado. En México, el retroceso es más evidente entre los estudiantes de bajos ingresos, cuyas calificaciones en matemáticas cayeron un 32%, en comparación con una baja de 25% para sus compañeros de altos ingresos, lo que marca una división de clases.
Las estimaciones muestran que los cierres pueden convertirse en última instancia en una disminución del 12% en los ingresos de por vida, remarcó el informe. Los niños más afectados suelen ser más jóvenes, lo que, según los autores, podría conducir a una mayor desigualdad en años posteriores.