La lluvia dio un respiro, pero, así todo, el agro sigue necesitando previsibilidad. La ley de Fomento de Exportaciones Agroindustriales sigue esperando su tratamiento en el Congreso. De no recibir media sanción antes del 28 de febrero, pierde estado parlamentario, es decir, cae el proyecto.
La reunión de Sergio Massa con la Mesa de Enlace para arbitrar medidas que palien la situación crítica de la seca no termina de hacer frente al problema de fondo: eventos climáticos extremos, desdoblamiento cambiario, alta carga impositiva, cupos de exportación y mejoras necesarias en la infraestructura vial, energética y conectividad.
Una de las herramientas que tiene el Congreso a su alcance está incluida en el temario de sesiones extraordinarias: la Ley de Fomento de Exportaciones Agroindustriales.
El campo exportó más de US$ 55.200 millones en 2022
El proyecto, impulsado por el propio Poder Ejecutivo, junto al Consejo Agroindustrial Argentino, fue un buen puntapié para que, Gobierno y la AgroBioIndustria, pudieran encontrar un camino para salir de la queja y pasar a la propuesta.
El proyecto, que ha sido mejorado en los últimos meses, tiene 4 beneficios que pueden contribuir a generar empleo, divisas y desarrollo:
- Amortización acelerada sobre bienes muebles e Inversiones en construcciones e infraestructura
- Cambios en el sistema de valuación de hacienda, principalmente invernad
- Reducción en el plazo para solicitar la devolución de IVA por inversiones realizadas
- Bono de crédito fiscal computable para el impuesto a las Ganancias por las compras incrementales en fertilizantes, semillas fiscalizadas, bioinsumos, genética y sanidad animal.
Entre las principales mejoras de la iniciativa se destacan la desburocratización del proceso -eliminación de registros y cupos- y la eliminación de líneas de base para poder calificar. A su vez, quien accede a este beneficio, no pierde otros.
Estado parlamentario de la ley de Fomento de Exportaciones Agroindustriales
La suerte está echada pero las diferencias políticas -por temas judiciales- ponen en riesgo la agenda de desarrollo que incluye el proyecto de Fomento de Exportaciones, que, de no recibir, al menos, media sanción antes del 28 de febrero, pierde estado parlamentario.
Aún no hay certezas de fecha de tratamiento en comisión, y menos, aún, de chances de tratarse en el recinto. Si eso no sucede, el agro y la política perdimos una oportunidad de contribuir al desarrollo de nuestro país.
* Florencia Ricchiuti es Directora Ejecutiva de la Fundación Barbechando