OPINIóN
Pandemia de coronavirus

Interpretaciones prejuiciosas sobre el covid-19

La importancia de la democracia y la posibilidad de expresarse son otros puntos a tener en cuenta en tiempos de pandemia.

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En foco. El Laboratorio de Seguridad Biológica donde se realiza el diagnóstico de coronavirus. | juan obregon

El mundo padeció numerosas pandemias que causaron millones de muertos. La memoria pareciera corta cuando se trata de sacar conclusiones sobre la propagación del Covid-19 como si fuera novedad y producto del desapego por el medio ambiente y el neoliberalismo. La plaga de Justiniano a la cual se adjudica haber cambiado la historia provocó 25 millones de muertes; la plaga Antonina 165/180 que terminó con el ejército romano precipitando la caída del Imperio; la peste negra diezmó la población europea entre 1346/53 estimándose que causó 200 millones; el exterminio de los pueblos aborígenes en América por la ausencia de inmunidad; la gripe española de 1918 produjo 50 millones; el SIDA en los años 80 se llevó a 30 millones principalmente en África. La lista es larga y deben existir otras no registradas; la última es el Ebola.

La reacción para contener la propagación del Covid-19 ha sido excepcional a pesar de la virulencia del virus y quizás hubiera sido mejor con mayor transparencia y una coordinación eficiente de los organismos nacionales e internacionales (OMS) responsables de la prevención. Desde la confirmación de la transmisión de persona a persona, los países se abocaron a limitar las vías de propagación restringiendo y prohibiendo los viajes desde las zonas infestadas.

Los principales institutos de investigación científica y las empresas farmacéuticas emprendieron con financiación privada y pública una carrera contra el tiempo para identificar las drogas para el tratamiento y el desarrollo de una vacuna para inmunizar. Este esfuerzo de la comunidad científica es descomunal y nunca se ha visto en tan corto plazo el avance en el conocimiento para tratar una enfermedad. Estos  trabajos contribuirán al progreso tecnológico y científico en las ciencias médicas que servirá para mejorar las condiciones de vida en el futuro.

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Este esfuerzo de la comunidad científica es descomunal y nunca se ha visto en tan corto plazo el avance en el conocimiento para tratar una enfermedad

La principal medida para contener la propagación es aún el aislamiento social que implica un grave daño al paralizar las actividades económicas con enormes pérdidas para los ingresos de los Estados, empresarios y asalariados. Existió un criterio consensuado de aceptar la caída del nivel de vida a cambio de salvar vidas.  El sistema económico respondió con premura creando un antecedente sobre la importancia del derecho a la vida como nunca se apreció en el pasado.

Todos estos esfuerzos parecieran insuficientes y muchos se han desgarrado las vestiduras señalando a culpables y reclamando cambios abstractos con adjetivos altisonantes vacíos de todo contenido. La explotación desmedida del medio ambiente, las limitaciones del sistema de salud, la economía financiera, la desigualdad y otros serían culpables del paso del virus desde el murciélago al ser humano en el mercado de Wuhan. La imaginación suele dominar el racionalismo y puede dar origen a todo tipo de especulaciones para lo cual siempre habrá audiencias y aplaudidores disponibles. El valor de la ciencia tiene en todas estos discernimientos poco valor; las afirmaciones son de carácter teológico donde no importa la verdad  sino la disposición a ajustar la realidad a las creencias.

Las pandemias que vivió Argentina y cómo cambiaron los hábitos en la sociedad

La transmisión de los virus de animales al ser humano continuará existiendo como viene sucediendo desde hace siglos. El período de la esclavitud no fue reemplazado porque existió la peste Antonina ni la servidumbre dio lugar al capitalismo por la peste negra ni el SIDA al neoliberalismo; tampoco el coronavirus producirá un cambio en las relaciones de producción. La crisis dará lugar a una creciente demanda de los ciudadanos por una mayor eficiencia del Estado y mejor funcionamiento de los organismos responsable del control de  enfermedades desconocidas para adoptar con rapidez  medidas de control. Pero la respuesta sólo podrá encontrarse con mayor democracia donde exista libertad para expresarse y no se tenga miedo de las represalias por motivos políticos. Este es quizás el pasivo más importante de esta crisis donde el temor y la sujeción al autoritarismo sirvieron para demorar y ocultar información para hacer frente a la pandemia.

CP