OPINIóN
Educación

Los chicos deben volver a las clases presenciales

Se puede discutir el número de alumnos por clase, la cantidad de días y horas de la semana, y todo lo que recomienden los expertos y la comunidad educativa. Lo que no se puede hacer es hacerse el distraído y mirar para otro lado.

Clases presenciales: "La sociedad se tiene que acostumbrar a la idea de volver"
Clases presenciales: "La sociedad se tiene que acostumbrar a la idea de volver" | REPERFILAR

El año 2020 estuvo signado por la no concurrencia a clases presenciales por el alumnado, algo que sin dudas dejará su huella en la historia de cada estudiante. No es correcto decir que no hubo clases porque eso significaría desconocer el enorme esfuerzo que hicieron un gran sector de la docencia, adaptándose a la tarea de enseñar por distintos medios de conectividad, y allí se valoró también el esfuerzo que demanda ese oficio tan noble como poco reconocido que es la docencia.

También afloraron las desigualdades enormes que surcan nuestra sociedad expresado en este caso en la falta de conectividad. Pero hay un dato que es irrefutable: las clases presenciales son imprescindibles, más allá del acceso a la tecnología que cada uno pueda tener. Para los niños y adolescentes es parte esencial para su socialización y la no en pocos casos para los mismos la escuela es un lugar más ameno y confortable que su propio hogar.

La no concurrencia a clases presenciales por el alumnado, algo que sin dudas dejará su huella en la historia de cada estudiante

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Por eso creo que es imprescindible el inicio de las clases presenciales, para lo cual hay que convocar a la comunidad educativa para ver de qué manera se pueden garantizar las mismas con el mínimo riesgo para la salud

En esto, al igual que lo que ocurrió con el sistema de salud durante el año pasado, hay que innovar, hay que aprender, corregir y avanzar pero no se puede privarles de esa experiencia a nuestros niños y jóvenes esencialmente.

Hay que aprovechar los primeros meses dado que la temperatura facilita las actividades al aire libre y tener espacios con mucha aireación, se puede discutir el número de alumnos por clase, la cantidad de días y horas de la semana, y todo lo que recomienden los expertos y la comunidad educativa. Lo que no se puede hacer es hacerse el distraído y mirar para otro lado.

Hay que innovar, hay que aprender, corregir y avanzar pero no se puede privarles de esa experiencia a nuestros niños y jóvenes

Por cierto que la vacunación de los docentes es un requisito esencial, como así también abordar el tema con la flexibilidad que requiere esta pandemia porque sobre ella somos más ignorantes que expertos. Esto implica estar dispuestos a los cambios y no andar poniendo el grito en el cielo cuando se corrige un error o se vuelve atrás con determinada medida.

Desde ya, si el proceso de contagios se desborda en toda la sociedad seguramente se deberá volver a las restricciones  y la presencialidad se verá para otro momento.   

Mientras tanto hay que asumir el reto de garantizar la enseñanza. Los sindicatos tienen que velar por la seguridad de los trabajadores pero desde la visión de que aquí todos corremos riesgos: los trabajadores de la salud desde el primer día: organizaciones sociales poniendo el cuerpo para llevar un plato de comida a los millones de personas que quedaron sin trabajo, para proveer elementos de higiene en muchos barrios donde el hacinamiento es moneda corriente. Allí no hay sueldos ni vacaciones y nuestra experiencia es que respetando estrictamente los protocolos pudimos garantizar la tarea minimizando los riesgos que incluyeron movilizarse ante los organismos estatales cuando no se atendían las necesidades.

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Creo que estamos llegando tarde tanto en la Nación como en la Provincia de Buenos Aires, a mi criterio ya desde el año pasado se deberían haber hecho experiencias y tomar medidas que nos permitiesen arribar mejor ahora. Pero de nada vale llorar sobre lo pasado. ¡Manos y cabezas a la obra YA!

 

* Jorge Ceballos. Sec. Gral. Mov. Libres del Sur.