El agro todavía convive socialmente con preconceptos errados, de aquel que mira de lejos y con prejuicios la industria: “el campo es un sector poco modernizado que no superó la etapa de maquinarias”, o, quizás más actual, “la implementación de tecnología reduce empleo”.
La realidad, por supuesto, es muy distinta: el campo hoy está impulsado por nuevas tecnologías, que dan vida a cientos y cientos de emprendimientos AgTech en la Argentina. En paralelo, además, la digitalización en las cadenas de valor no solo otorga mejores resultados productivos, sino que también da oportunidades a trabajadores históricamente marginados.
La nueva digitalización: las empresas deben poner el foco en los resultados
Pongamos contexto. En la actualidad nos encontramos frente a una nueva ola de profundas transformaciones tecnológicas: la denominada Cuarta Revolución Industrial, o la Industria 4.0, cuyo principal caballo de batalla es el Internet y el uso generalizado de las tecnologías de información y comunicación. Como en todas las etapas anteriores, estos avances están nuevamente modificando los paradigmas de producción y consumo, así como la forma en que nos relacionamos y se desarrolla la sociedad. En este nuevo contexto, lo digital está irrumpiendo en distintas áreas de la vida: la producción, el consumo, las relaciones sociales, la salud, educación, entre otras. Como resultado de esto es cada vez más habitual que se hable de comunidades y economías digitales. La incorporación de herramientas, así como el acceso a Internet ampliado ha llevado a una situación de constante conexión a una sociedad que cada día realiza más actividades en línea, al igual que los gobiernos y mercados.
Este marco es muy relevante para una sociedad como la Argentina, que cuenta con marcados niveles de desigualdad. Para la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas, las nuevas tecnologías son una gran oportunidad para avanzar hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ya que tienen el potencial de propiciar la inclusión, generar nuevos espacios de participación y autonomía económica, ampliar el acceso a la educación, a la salud, a la protección social, a la cultura y a la información, mejorar las condiciones de trabajo y promover el trabajo decente.
5 claves para ayudar a las PYMES en su digitalización
Un ejemplo de estas oportunidades viene con la inclusión financiera. Hoy, según la Cámara Fintech Argentina, ya hay más de 20 millones de cuentas virtuales y las billeteras virtuales ya representan el 12% de los pagos en la Argentina (es el país de la región que más lo utiliza, según el Global Payments Report). Incorporarse al sector financiero formal significa, para muchísimas personas, llegar por primera vez a oportunidades tan sencillas como financiación.
Pero lo que pasa en este sector no está aislado. En la Argentina hay cada vez más empresas, startups y plataformas que aplican la digitalización de diferentes etapas de la cadena de valor con éxito. La logística del agro es otro ejemplo, aunque a otra escala. Digitalizar el contacto entre los productores y los transportistas no solo simplifica el proceso de forma más rentable, sino que también le permite al camionero generar un nuevo ingreso “en blanco”, alejándose de la precarización que solía caracterizar algunas etapas productivas y acercándose a herramientas digitales como los bancos y billeteras virtuales, que permiten administrar su economía de forma sencilla, cuándo y dónde desee.
El mercado de los agroquímicos en un agro digitalizado
Cómo en todo cambio de paradigma, aún hay mucho camino por recorrer, pero la digitalización es un camino a las oportunidades que ninguna industria puede dejar de lado.
* Juan José Debuchy. Ingeniero agrónomo y CEO de Humber.