Antes de marzo del año pasado, eran contadas las empresas o sectores que hablaban de transformación digital. Se trataba, en aquel entonces, de un plan a futuro, que el sector tecnológico le estaba proponiendo y dando a conocer al resto de las industrias.
Hoy, un año después, gran parte de las organizaciones debieron ingresar, por elección o de manera obligada, a la llamada transformación digital. Verdulerías, kioscos, emprendedores, artesanos y, obviamente, pymes y grandes empresas, debieron ponerse a tiro y tener una versión digital para continuar ofreciendo productos o servicios. Algunos a través de whatsapp, otros de maneras más sofisticadas.
5 claves para ayudar a las PYMES en su digitalización
Por eso, así como el 2020 fue el año de la transformación digital, el 2021 trae consigo la necesidad y los primeros pasos de una transformación más profunda: ya no alcanza con que las empresas se muestren digitales, ahora deben comportarse como tales.
Agiles y horizontales
Si partimos de la base de que la transformación digital del 2020 fue, posiblemente, la más importante de los últimos 100 años, debemos entender que en 2021 estará marcado por las metodologías ágiles de trabajo, que permiten construir organizaciones más horizontales y autónomas.
En ese sentido, uno de los cambios tiene que ver con poner foco en los resultados, eliminando esas reuniones que responden a un estilo de trabajo extremadamente jerárquico y controlador, que de a poco va quedando o debiendo quedar en desuso.
Según los expertos, este cambio cultural iba a ser impulsado por los millennials. La realidad nos muestra que hoy ya no es propiedad exclusiva de ellos sino de todas las personas que forman parte de organizaciones,
Hace dos años, el interés corporativo por entender qué son y para qué sirven las metodologías ágiles era casi nulo. Se trataba de una modalidad de trabajo asociada directamente a las empresas nativas digitales, y que no necesariamente debía trasladarse conceptualmente a las que producían bienes o servicios de manera tradicional.
Metodologías
Siendo estrictos en el análisis, las metodologías ágiles de trabajo no son una novedad. Las mismas tienen larga aplicación en empresas asociadas a procesos productivos, como puede ser el caso de la automotriz Toyota, solo que en aquel entonces no se las llamaba de esa manera.
Ver archivo: Consorcios inclusivos: digitalización también para adultos mayores
El foco de las metodologías ágiles está puesto en reducir la carga de trabajo asociado al seguimiento, generar autonomía en los equipos, poner a disposición de todos los interesados toda la información en tiempo real y, de ese modo, aumentar la productividad a partir de que cada integrante del equipo esté enfocado en sus tareas.
La implementación de estas metodologías se ve potenciada a partir del surgimiento de nuevas herramientas de trabajo colaborativo que nos permiten operar documentos, planillas y presentaciones en tiempo real y en forma compartida.
De la vidriera al interior
Los sucesos del año pasado obligaron a que las empresas tengan que adaptarse como pudieran a un nuevo paradigma para seguir avanzando con su negocio. Lo cierto es que un proceso de transformación es bastante más abarcativo y excede a simplemente digitalizar procesos analógicos.
Luego de un año…, estamos entrando en una segunda fase de confinamiento. El cambio transformador real y necesario se da a la hora de darle forma a los procesos de trabajo y su articulación con el funcionamiento del equipo.
Ver archivo: ARBA avanza en la digitalización de sus servicios y reemplazará 250 mil trámites presenciales
Así como se logró hacer digital la vidriera de los negocios, y de esa manera sostener su presencia en el mercado, llegó el momento de hacer cambios en el interior, y ese parecería ser el rol que tendrán las metodologías ágiles a lo largo –y a partir-- de este año.
*Consultor en innovación y docente de Dirección de Nuevos Negocios en Universidad Torcuato Di Tella.