OPINIóN
Dominar

La estupidez instalada en la sociedad es el arma más eficaz de los poderosos

Para controlar a los ciudadanos es preciso aterrorizarlos y mantenerlos en la ignorancia. Un país que cuente con un pueblo instruido, saludable y con carácter es mucho más difícil de gobernar. Por eso los gobiernos populistas embrutecen a los pueblos y suplantan el trabajo genuino por clientelismo.

Javier Milei
Javier Milei | CEDOC

El carácter no se hereda, se construye. Haciéndole bullying a un personaje de un reality show periodístico, junto a los medios responsables de esto, produjeron en dos años un diputado y en cuatro un presidente de la nación

Muy similar a Volodímir Zelensky de Ucrania (un actor de cuarta categoría), ningún partido político con toda su troop de parásitos, poder económico y político, logró en tan corto tiempo tanto. En un debate presidencial quedó demostrado que el que en apariencia soberbiamente había ganado, terminó perdiendo. La sociedad se volcó a favor del que se presentaba como el más débil y castigado.

El kirchnerismo, que critica y se opone tanto a este nuevo gobierno, es el principal responsable de su triunfo. Recuérdese que esa fuerza fue derrotada en las urnas en gran parte por los hijos del “modelo”, que tienen en su mayoría 20 años, los que convencieron a sus padres y a sus abuelos de ejercer un auténtico voto “anarquista”, es decir, “destruyo esta forma nefasta y denigrante de hacer política, sin plantearme lo que en el futuro me depare”. También es cierto que Milei para lograr su objetivo presidencial fue asistido política y económicamente por corporaciones, candidatos y partidos importantes. Estos últimos quizás pensando en crear un daño mayor para encubrir la mediocridad y el desastre de sus gestiones y acciones.

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Según el profeta Javier Milei -y como todo aquel que no quiere pagar ninguna deuda, rápido de reflejos- una vez electo presidente dijo: “La victoria no proviene de la cantidad de soldados que tengas, sino de las fuerzas del cielo”. Restaría agregar “y también de Netflix".

El poder mundial, compuesto por una banda de criminales, ya no necesita como antaño de golpes de Estado. Hoy con el cable, los celulares, redes sociales, las proyecciones de Netflix y los Apple Vision Pro, entre otros elementos utilizados como “método de dominación”, alcanza y sobra para lograr sus objetivos propuestos y mantener sometidas a sociedades enteras que viven en un eterno y vejatorio letargo. Así se impone como procedimiento el aislamiento social, haciendo que las personas descuiden las interacciones y relaciones interpersonales.

Estos bandidos tienen como mecánica mantener a la gente exasperada y afligida. Black Rock sabe que para controlar a las personas se requiere de tres cosas: aterrorizarla, amedrentarla, y mantenerla en la ignorancia. 

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Un país que cuente con un pueblo instruido, saludable y con carácter, es mucho más difícil de gobernar. Esta representación está en el pensamiento de los que integran este club de facinerosos que saben que un país con esas características escaparía a su dominio y control, por eso permiten que los gobiernos populistas embrutezcan a los pueblos y suplanten el trabajo genuino por clientelismo

Los medios de comunicación, que cumplen una función más que importante en lo precedentemente descripto manejados por estos, incentivan a diestra y siniestra lo que se conoce como estupidez. Ya Jean Paul Sartre advertía sobre la ventaja que se inclina a favor de los poderosos convirtiéndose como una letal arma que garantiza mantener sojuzgada, indigente, y cuasi analfabeta a las personas para que éstas no incurran en el crimen de pensar y rechazar todo aquello que los perjudica. Por eso, la estupidez instalada socialmente es un arma eficaz de los poderosos.

Estas catervas de siniestros juegan con la debilidad del ser humano, que por lo general siguen no su propio deseo, sino el deseo de los demás. Máxime cuando este está subordinado a la presión ambiental que se desprende en una decadente sociedad en la que todos los gobiernos, sin excepción de los últimos 50 años, se esmeraron en llevar al país al mayor índice de deserción escolar y analfabetismo. 

El miedo es el mensaje

La estupidez instalada en la sociedad 

Keynes afirmaba: “no hacemos nada, porque no tenemos dinero. Pero es precisamente porque no hacemos nada que no tenemos dinero”.

Hace 40 años del retorno de la democracia que pudimos reinstalarnos como sociedad. En gran parte a través de la anuencia y la lucha conjunta entre gremios, ciudadanos anónimos, y la formación cívica que contaba el pueblo en ese momento. Allí, todos estuvimos de acuerdo en poder consensuar una forma de vida distinta, ponerle un final a ese horrendo pasado, y de cómo entre todos administrar el país dentro del sistema democrático sabiendo y tomando conciencia del potencial enorme que tiene nuestro territorio y su pueblo.

A sabiendas de esto, a mi entender llegó nuevamente la hora de rediseñar un plan que contemple una modernización impositiva, salir del estancamiento, redefinir el gasto público, convertir en trabajo genuino los planes sociales, reconstruir la educación y la salud, garantizar una real y efectiva seguridad, reconquistar mercados, producir y exportar. Si alcanzamos un consenso sobre el cambio climático y sus consecuencias, nos ponemos como meta terminar con el desequilibrio estructural, en fortalecer el sistema previsional, regular el derecho laboral sobre aquellas nuevas actividades, generar energía para dar lugar a la industria pesada.

Si todo lo viejo que le hizo tanto daño a la Argentina hace lugar a lo nuevo, si los “opositores” que fueron sacados por el voto respetan la voluntad popular y no vuelven como oportunistas bajo falsas premisas de defender al pueblo, si ministros dejan de hacer operativos cinematográficos para conseguir recursos, si se deja de tomar al Estado como botín de guerra, resignando las pujas hedonistas, si se apartan los políticos de sus prácticas ciclotímicas teatrales llenas de depresiones emocionales, si se fijan metas serias que sigan propuestas y no personas, habrá verdaderas esperanzas para un crecimiento cierto que mejore la calidad de vida de los que habitan este territorio.

*Secretario general del sindicato de trabajadores municipales de Vicente López