OPINIóN
Día Internacional

La fraternidad es humana, no divina

Hoy, en Latinoamérica y el Caribe el diálogo entre religiones hacen posible menos ataques por cuestiones religiosas.

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Francisco en Emiratos Árabes | Cedoc Perfil

“No hay alternativa: o construimos el futuro juntos o no habrá futuro. Las religiones, de modo especial, no pueden renunciar a la tarea urgente de construir puentes entre los pueblos y las culturas.” Estas palabras fueron pronunciadas por el Papa Francisco el 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi durante una visita histórica. Junto al  Gran Imán Ahmed Al-Tayeb, firmaron la declaración por la fraternidad humana que destaca, entre otras cosas, “La fuerte convicción de que las enseñanzas verdaderas de las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz”.  Esta declaración es parte del Documento por la Fraternidad Humana, una iniciativa que busca desde su concepción misma ser una plataforma para la paz y armonía en el mundo mediante la construcción de diálogo.

El presidente del Congreso Judío Mundial, Ronald S. Lauder, celebró y apoyó explícitamente el histórico encuentro de Abu Dhabi en 2019 y fue muy claro: “para que el odio se termine, los primeros que debemos reaccionar si una iglesia es atacada somos los judíos y musulmanes; si una sinagoga es vandalizada, cristianos y musulmanes deben alzar su voz: Y si una mezquita es blanco del terrorismo, judíos y cristianos debemos responder de inmediato”.  El espíritu mismo del contenido del documento y cómo se lleva a la práctica, tienen que ver con esto. El comité superior para la Fraternidad Humana es un comité internacional independiente instituido para promover los valores de la fraternidad en las comunidades de todo el mundo y cumplir los objetivos establecidos por Francisco y el Gran Imán Ahmed Al-Tayeb. Este comité lo integran hombres y mujeres que no solo son estudiosos y dirigentes católicos e islámicos: activistas por la paz, escritores, representantes del mundo de la cultura son algunos de los encargados de llevar adelante esta difícil tarea. Que este órgano, liderado por el Cardenal Miguel Ángel Ayuso y el juez Mohamed Abdelsalman, cuente entre sus miembros incluso a un rabino es un gesto que habla por sí solo. Porque la fraternidad es entre todos o no es.

Lejos de ser Latinoamérica una panacea sin conflictos, desde hace varias décadas nuestra región sí puede estar orgullosa de algo: su buena convivencia interreligiosa.

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No es casualidad que el primer latino al frente de la Santa Sede en toda la historia sea quien  haya impulsado un acuerdo así. Lejos de ser Latinoamérica una panacea sin conflictos, desde hace varias décadas nuestra región sí puede estar orgullosa de algo: su buena convivencia interreligiosa. Pero esta realidad no salió de un repollo, ni es un favor divino, es producto del trabajo constante de líderes que entienden desde hace mucho que la convivencia se construye. Cuando aún lo conocíamos como Jorge Bergoglio, el entonces Arzobispo organizaba oraciones conjuntas entre judíos y musulmanes en la Catedral. Era natural que nos recibiera a los dirigentes de la comunidad judía argentina para la celebración de Navidad, misas o simplemente para cenar. En esas oportunidades, se preocupaba de que la comida siga el estilo tradicional que permite la ley judía.

Hoy, Latinoamérica y el Caribe es una zona de convivencia interreligiosa

Entre judíos y musulmanes también hemos construido en esta parte del mundo fraternidad. Desde hace siete años,  en cada celebración de Ramadán, recibimos en la sede del Congreso Judío Latinoamericano a la comunidad musulmana, acción que la virtualidad nos permitió ampliar a toda la región con altos representantes de once países. Los jóvenes de ambas comunidades también han construido vínculos que llegaron hasta la prensa europea y que sin duda nos auguran décadas de grandes cosas juntos.

Hoy, Latinoamérica y el Caribe es una zona de convivencia interreligiosa. Y así lo deja asentado la llamada “Declaración de Córdoba”, rubricada por decenas de líderes regionales islámicos, judíos, cristianos y evangélicos en las principales de capitales latinoamericanas.

¿Por qué en Latinoamérica hay menos noticias de ataques por motivos religiosos que en otros lugares? En parte por el diálogo que hay entre los líderes de los credos, construido con paciencia y objetivos claros. Esa es también la visión del Documento de la Fraternidad humana: la convivencia no es fruto de la providencia divina, sino más bien un trabajo activo por la paz.

*Comisionado del Congreso Judío Mundial para el diálogo interreligioso.