La sobreoferta de buques, una demanda débil y la “guerra comercial” impulsada por el presidente estadounidense Donald Trump va a presionar las tarifas globales a la baja durante lo que queda de este año y parte del próximo, según sostiene un informe de la consultora internacional Transport Intelligence (TI, “Ocean Freight Rate Tracker”).
Esta tendencia se aceleró, en parte, por el temor que siguen provocando las tarifas a las importaciones del país norteamericano. Esto ocasionó que la temporada alta en la ruta Transpacífico fuera la más débil en mucho tiempo.
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El panorama en el Atlántico es similar, ya que la solidez de las tarifas navieras depende de la reposición de inventarios, y no de un genuino repunte de la demanda.
En este contexto, se estima que la sobreoferta permanecerá constante. De hecho, este año se entregó una cantidad récord de buques portacontenedores, y en 2026 va a entrar una capacidad extra, que representa más de un cuarto de la flota en actividad.
Si bien las líneas navieras pueden adecuar sus servicios, se supone que el mercado va a ser más que cómodo para los cargadores, salvo que haya una modificación sistémica.

Un contexto mundial cada vez más complejo
En tanto, los aranceles y la inflación golpearon el optimismo de los consumidores estadounidenses, que son el principal impulsor de la economía de ese país, poniéndole un techo al incremento de las importaciones.
Por otro lado, Europa muestra un pequeño repunte en el retail. Pero el gasto de los hogares sigue frenado por las altas tasas de interés.
En Asia, las exportaciones de China dependen de los mercados internacionales, y aunque India muestra una cierta fortaleza, no basta para revertir el complejo panorama a nivel mundial.
Los índices de tarifas confirman esta tendencia. En agosto, el Headhaul Index (medición de fletes de cabecera) tocó su mínimo en 20 meses.
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El Backhaul Index (fletes de retorno) refleja una situación similar. Las tarifas spot en las rutas de Asia a Estados Unidos se desmoronaron entre junio y agosto, derrapando un 58% en la costa oeste y un 46% en la este. Mientras que las acciones de las navieras para limitar la capacidad apenas pudieron estabilizarse de manera temporal.
Cuál es el panorama en los puertos
En cuanto a la performance de las terminales, el índice global de volúmenes tuvo un repunte en el segundo trimestre de este año. Pero esto se debe principalmente al anticipo de despachos hechos por Asia a raíz del incentivo de los nuevos aranceles.
En la nación norteamericana, las importaciones aumentaron durante julio de manera artificial, antes de desplomarse en agosto por el exceso de inventarios. Por su lado, el viejo continente continúa con dificultades de atascamiento en puertos como Róterdam, Hamburgo y Amberes.
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El análisis de la consultora resalta que los factores del mercado fortalecen su carácter estructural. La alerta de Ti es clara: “El verdadero desafío no es predecir una recuperación, sino ajustarse a su ausencia”.
Es decir, las navieras deberán centrarse en planes pragmáticos, acuerdos operativos y un exhaustivo monitoreo de los costos para transitar esta “nueva normalidad”.
En definitiva, el mercado de contenedores se encamina hacia un escenario donde la incertidumbre llegó para quedarse.
(*) gerente General de Outland Logistics