En febrero de 2022 el presidente de Rusia sorprendió al mundo con su “Operación militar especial”, un eufemismo para su decisión de invadir Ucrania, a contramano de las previsiones de los expertos. El conflicto ha experimentado altibajos desde entonces, con períodos de intensificación de la violencia y otros de relativa calma. Las regiones de Donetsk y Lugansk en el este de Ucrania siguen siendo el epicentro del conflicto, donde las fuerzas separatistas respaldadas por Rusia controlan partes significativas de estas regiones. A lo largo del conflicto se han llevado a cabo numerosas rondas de negociaciones y diálogos facilitados por la participación de mediadores internacionales entre Ucrania, Rusia y las partes separatistas. Sin embargo, las conversaciones no han logrado una resolución definitiva y las posiciones siguen siendo divergentes.
El conflicto ha tenido un impacto significativo en la población civil, con un alto número de desplazados internos y una situación humanitaria compleja. La falta de acceso a servicios básicos, la destrucción de infraestructuras y las dificultades económicas han contribuido a las dificultades que enfrentan las comunidades afectadas. A su vez, la comunidad internacional ha impuesto sanciones a Rusia. Sin embargo, las mismas no han logrado una solución definitiva hasta el momento.
El conflicto sigue siendo un desafío para la estabilidad y la paz en la región, y su resolución completa sigue siendo un objetivo difícil de alcanzar. En este sentido, los desafíos para la paz en el este europeo dependen de al menos cuatro factores.
En primer lugar, la capacidad militar y los recursos de ambos bandos. La calidad y cantidad de las fuerzas armadas, los sistemas de armas utilizados y el acceso a recursos estratégicos pueden determinar el equilibrio de poder y la capacidad de una parte para llevar a cabo operaciones ofensivas o defensivas. En este sentido, hay que prestar atención al anuncio que hizo el presidente ucraniano Volodímir Zelenski acerca de un importante desembarco de armamento provisto por los aliados de su país.
Puede verse, entonces, que el apoyo que reciba Ucrania de la comunidad internacional, tanto en términos diplomáticos como militares, puede afectar la capacidad de defensa del país y su capacidad para resistir la agresión. Las alianzas y acuerdos de asistencia militar pueden desempeñar un papel importante en el equilibrio de poder. Asimismo, la voluntad política y el apoyo de la población tanto en Ucrania como en Rusia pueden influir en la duración y el resultado del conflicto. La estabilidad política interna, la unidad nacional y el respaldo popular pueden determinar la resistencia y determinación de los actores involucrados.
Por último, las acciones y decisiones de los actores políticos y diplomáticos, tanto a nivel nacional como internacional, pueden tener un impacto significativo en el curso de la guerra. Las noticias, lamentablemente, no son optimistas en este campo, luego de que Rusia se negara a considerar el plan que propuso recientemente Ucrania.
El próximo 18 de mayo, en la Universidad Torcuato Di Tella, se llevará a cabo una conferencia internacional abierto a todo el público con la presencia de expertos locales e internacionales para discutir la situación actual y los desafíos por delante. Los últimos consisten en cómo establecer un acuerdo de alto el fuego duradero que sea respetado por ambas partes ya que a lo largo del conflicto se han alcanzado varios acuerdos de cese al fuego, pero muchos de ellos han sido violados y no han llevado a una paz sostenible. Asimismo, será necesario resolver el estatus político y administrativo de las regiones de Donetsk y Lugansk. A su vez, la presencia de tropas rusas en Ucrania, así como de grupos separatistas respaldados por Rusia, ha complicado la situación y ha obstaculizado los esfuerzos de paz. El retiro de todas las fuerzas extranjeras y la restauración de la soberanía de Ucrania en su territorio son desafíos importantes para lograr la paz. Por último, la reconstrucción de las áreas afectadas, así como la reconciliación entre las comunidades divididas, son desafíos esenciales para avanzar hacia la resolución del conflicto.
*Director de las Licenciaturas en Ciencia Política y Gobierno y en Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).
