Los conceptos de ‘’niñez’’ y de ‘’Jardín de infantes’’, están siempre arraigados socialmente a la idea de juego y de cuidado. Los educadores del nivel Inicial estamos siempre preparados para reivindicar el potencial de los niños y la mirada educativa de los jardines.
En los años sesenta, Matthew Lipman –filósofo y pedagogo estadounidense-presenta el Proyecto de Filosofía para niños. Sin embargo, Argentina tardó varios años en tomar esta teoría y aplicarla en los jardines de infantes. Aún hoy surge como proyecto transversal e institucional y son muy pocas las instituciones lo que la aplican.
Claves para adaptar el jardín de infantes al hogar en tiempos de coronavirus
Lipman señala que no es posible conseguir sociedades verdaderamente libres y solidarias si no conseguimos personas capaces de pensar por sí mismas en el marco de un proceso solidario y cooperativo de discusión.
Para dar un ejemplo que clarifique de modo simple qué es hacer filosofía con los niños; no es lo mismo preguntar ¿qué hora es? a preguntar ¿qué es el tiempo?; a partir de preguntas que lleven a la reflexión los docentes convierten las salas en espacios llenos de pequeños filósofos.
A partir de las salas de cuatro y cinco años hacer filosofía con los niños es un camino de enseñanza–aprendizaje muy enriquecedor, a esa edad, los niños están en la etapa de los ¿porqué? y ese proceso evolutivo no debe cansarnos, contrario a esta sensación es el momento de habilitarles el camino a autocuestionarse, a cuestionar el porqué de las cosas, llevándolos así, a la reflexión.
La educación básica, cuestionada por filósofos y pedagogos nos lleva a repensar la educación más allá de las áreas de enseñanza que trazan los diseños curriculares. Con el objetivo concreto de enseñarles a pensar por sí mismos.
La filosofía la entendemos como un pensamiento riguroso, crítico y creativo que trata de dar respuestas a temas que les resultan interesantes. De este modo:
- Este ejercicio filosófico se debe realizar en el contexto de un grupo.
- La sala, entonces, se convierte en una comunidad de pequeños filósofos.
- Aprenden a través del ejercicio de filosofar a expresar sus opiniones, a escuchar con atención la de sus pares y a respetarlas, hablar y comparar una opinión con otra, supliendo lo individual a la valoración de un grupo.
- Re-pensamos la idea de un alumno que aprende porque sabe pensar por sí mismo.
La importancia de escolarizar a los niños desde temprana edad
Las familias en este contexto de aislamiento preventivo, social y obligatorio pueden invitar a sus niños a filosofar. ¿Cómo? A una buena discusión filosófica, no debe faltarle: un hilo conductor, un interrogante que sea de interés para los más pequeños de la casa, acumulación de saberes y progreso en sus aprendizajes que se verán a través de la fundamentación de sus respuestas.