La sexualidad es comprendida como una construcción que se da a lo largo de toda la vida. Si comprendemos la importancia de abordarla desde el jardín de infantes le podemos dar valor a la implementación de la Educación Sexual Integral en el escenario educativo.
La Organización Mundial de la Salud define a la sexualidad como “una dimensión fundamental del hecho de ser humano. Se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes valores, actividades, prácticas, roles y relaciones. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, culturales, éticos y religiosos o espirituales.
En resumen, la sexualidad se practica y se expresa en todo lo que somos, pensamos, decimos y hacemos”.Por tanto, en el Nivel Inicial, los docentes elaboran estrategias para que,a través de propuestas lúdicas, se puedan llevar adelante todos los ofrecimientos de enseñanza-aprendizaje.
La importancia de escolarizar a los niños desde temprana edad
La E.S.I está pensada para llevar estos aprendizajes de acuerdo a la edad evolutiva de niños, niñas y adolescentes.
En el jardín los temas son planteados desde el conocimiento del propio cuerpo, el cuidado colectivo de la salud,el respeto por lo público y lo privado, poder diferenciar a quiénes les pueden mostrar sus genitales, quién puede acompañarlos al baño y por qué.
De este modo se van fortaleciendo conductas como la expresión de sentimientos y afectos, la adquisición de prácticas relacionadas al saber hacer,la posibilidad de decir “No” frente a la coacción de otros y de otras, a brindarles herramientas para que puedan hablar, comunicar y pedir ayuda.
Tres Niveles de conocimiento para que los padres valoren que sus hijos e hijas tengan E.S.I en el Nivel Inicial :
- Aprenden el cuidado del cuerpo y la salud, conocen las partes externas e internas, con hábitos de cuidado.
- Desarrollan competencias y habilidades psicosociales que implican la expresión de sentimientos y emociones, la construcción cooperativa de normas, la confianza, la libertad y la seguridad para poder expresar ideas y fortalecer su autoestima.
- Dimensionar el desarrollo de competencias de autoprotección, para que los niños y niñas adquieran habilidades y saberes que les permitan identificar situaciones potenciales de riesgo y aprender a defenderse de estas. Propiciando que aprendan a identificar a las personas adultas en las que sí pueden confiar.
Autoestima, respeto, privacidad, seguridad, cuidado y comunicación.