“Gestión menstrual” es un nuevo término para definir lo que antes se llamaba higiene íntima y/o menstrual, que aparece con nuevos métodos utilizados en el período de menstruación: disco menstrual, copa menstrual, toallitas, tampones, ropa interior descartable, etc.
Este nuevo término, “gestión menstrual”, fue definido por Jennifer Thompson y a diferencia del término “manejo de la higiene menstrual”, que sólo involucra a una persona y su higiene, la gestión menstrual se refiere no solo el elemento utilizado en el período menstrual, sino también a qué se hace con él después del uso. Es decir, se convierte en un término ecológicamente más amigable y es más amplio porque abarca higiene, economía, cuidado propio e impacto ambiental.
El Ministerio de Salud de la República Argentina publicó este año un manual en el cual se habla ampliamente del tema, este fue presentado por el Programa MenstruAR, que pertenece al Programa Nacional de Gestión Menstrual.
Desde el programa se entregarán copas menstruales en todo el país y se realizarán talleres sobre el tema, a nivel comunitario.
Se sabe que la menstruación es peor gestionada por personas de bajo recursos económicos, ya que el uso de material adecuado, que les sea útil y que no dañe el medio es costoso. Por eso, muchas personas sostienen que debería ser sustentada económicamente por el Estado (encuesta de Programa MnestruAR, 2023).
El uso de material no degradable o poco degradable da cifras asombrosas: la Lic. Mariana Romano de la UBA, en su investigación “Impacto ambiental de la menstruación”, calcula que en … “el transcurso de la vida, una persona que menstrúa usará entre 5 y 15 mil toallitas o tampones…”, estos permanecerán en el medio ambiente por 500 años, además el 75% de las personas que menstrúan eligen elementos descartables y no reusables.
Gestión menstrual: datos
Según datos del informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual”:
- En Argentina, más de 12.000.000 de personas menstrúan.
- El 75% de la población femenina que menstrúa utiliza en un 60 % toallitas descartables y 15% tampones.
- Entre el 40-50 % de las personas que usan estos productos desconocen los efectos secundarios de los mismos, así como su impacto ambiental.
- De la misma encuesta se infiere que el 95 % de las personas considera que el Estado debería eliminar el IVA de los productos de gestión menstrual, así como también distribuirlos de forma gratuita en escuelas, cárceles y centros comunitarios.
- El 43 % de las usuarias de estos productos, se vio en la necesidad de modificar sus hábitos de uso por motivos económicos.
Historia de la gestión menstrual
Los elementos que sustentan la gestión menstrual son conceptos ya conocidos, pero el término "gestión menstrual" es relativamente nuevo.
Veamos la historia por ejemplo de la copa menstrual: el uso de la copa, o la copa misma tiene varios antecedentes.
Por primera vez es creada y patentada por S. L. Hockert en Estados Unidos en 1867, como un recipiente que se colocaba dentro de la vagina y se la llamó “saco catamenial”. Otro inventor fue en 1892, Julius J Vernier, todos pensando en recipientes intravaginales que contuvieran la sangre menstrual.
Menstruaciones y derechos: ¿una realidad?
En1901, Jacob R Lang, realizó la primera copa en goma. Luego, en 1935, Leona W. Chalmers fue la primera inventora reconocida de la copa menstrual.
Estos dispositivos fueron avanzando hasta la actualidad en calidad de material, flexibilidad del aro, modelos y diferentes formas.
También aparecieron otros elementos para la gestión menstrual como el disco menstrual. Éste es de un material absorbente, plano, que se lava con un jabón especial y tiene un disco, que se coloca detrás del hueso del pubis y detrás del cuello uterino. La diferencia entre el disco menstrual y la copa es que con el disco se pueden tener relaciones sexuales y es de fácil colocación, mientras que con la copa, no.
Para la gestión menstrual, es necesario poder utilizar elementos amigables con el ambiente:
- que sean reutilizables
- duren varios años
- y también, seguros
Es importante que se trabaje con la población femenina en educación en forma integral. Esto significa que no solo sepan sobre su menstruación, ovulación, métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, sino también que tengan conciencia de que cada una de sus decisiones en la utilización de elementos de higiene en general y menstrual en particular puede afectar al ambiente ecológicamente.
