OPINIóN

La insoportable incoherencia de los necios al poder

Reflexiones sobre la incoherencia que estamos viviendo con el tema de la incipiente compra de aviones de combate, y la indiferencia en relación a la necesidad de adquirir aviones hidrantes para combatir los incendios actuales.

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Incendios en Puerto Madryn | Agencia Telam y Na

Un insólito pedido

Hace unos días recibí un pedido algo peculiar de parte de un amigo: me instó a publicar algo en los medios acerca de la incoherencia que estamos viviendo con el tema de la incipiente compra de aviones de combate, y la indiferencia en relación a la necesidad de adquirir aviones hidrantes para combatir los incendios actuales, y todos aquellos que vendrán en el futuro cercano.

Hombre grande, de gran autoridad moral y con una probada sensibilidad por las injusticias sociales, me pidió mantener su identidad en secreto por miedo a las posibles represalias que pudiera sufrir, habiendo sido él mismo un hombre, no sé si “público” es la palabra, pero al menos relevante en la función pública y en relaciones varias con los gobiernos y la castas políticas de turno.

Lo que sigue es una combinación de su pedido original (nobleza obliga) sumado a un desglose de los motivos que llevan a este ciudadano libre y de valores republicanos, a ocultar lo que piensa, a tenerle miedo a las represalias del gobierno (a través de sus canales de coerción más o menos oficiales), y a desistir de denunciar ilícitos o incoherencias en un país que ya roza la “esquizofrenia colectiva”.   

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¿Aviones de guerra y helicópteros de combate? ¿O aviones hidrantes y helicópteros de rescate?

El Proyecto de Ley de Presupuesto del 2022 contiene la autorización al Poder ejecutivo para la compra de 12 aviones caza (el proyecto del presupuesto 2021 ya lo traía).

Y cito a mi amigo (vamos a llamarlo Tito): “Cuando lo leí el año pasado, medité acerca de cuál sería el objeto de gastar ese dinero en aviones de guerra, cuando no existe ninguna hipótesis de conflicto en nuestro territorio y alrededores. Pero además me preguntaba: cuándo empiecen los incendios forestales en el norte, sur y oeste de nuestro país (incluso en el Delta del Paraná), ¿no entenderían los legisladores que sería más útil comprar aviones hidrantes y no aviones de guerra?”. Todo el mundo está –o debería estar– al tanto de la ola de incendios que asola diferentes rincones del norte, sur y oeste nuestro país…

El costo presupuestado de los aviones de combate es de 600 millones de dólares, más otros 20 millones para la compra de dos simuladores. Como si esto fuera poco, ya se establece que deben ser chinos y de determinada característica (con un único fabricante), con lo cual se trata de una compra directa, sin licitación. A su vez, el gobierno anunció que había comprado dos helicópteros navales por 13 millones de dólares, para las Fuerzas Armadas.

Vuelvo a citar a Tito: “Mientras tanto, uno advierte el denodado esfuerzo de los voluntarios que luchan contra los incendios que están desparramados por todo el país, sin contar con los medios necesarios, con graves pérdidas. Hace unos pocos días, un helicóptero hidrante de una empresa chilena, que había sido contratada por la Provincia de Neuquén, cayó en la montaña  mientras combatía el incendio y murieron los dos tripulantes.”

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O sea, tenemos que salir a alquilar naves para combatir los incendios porque no tenemos, ¡¿pero gastamos millones de dólares en comprar aviones de guerra?!

¿Quiénes hacen el proyecto del presupuesto? ¿Son legisladores de las provincias que padecen los incendios y no advierten la incoherencia de la decisión? ¿Será que a nadie –en el ejercicio del poder- le importa?

Pidiendo más información sobre este asunto al consternado Tito, me escribe lo siguiente: “En realidad la nota fue un desahogo ante tanta incoherencia, porque ya lo había advertido en el proyecto del presupuesto 2021 y veo que lo repiten en el nuevo. Estos últimos meses he leído las noticias de los incendios en distintas provincias y fui sumando bronca.”

Hace unos años, frente a las críticas a Cristina porque supuestamente había comprado varios aviones hidrantes que no figuraban, la ONG Chequeados.com aclaró que si bien ella había dicho que se iban a comprar, nunca dijo que los habían comprado. O sea, los seguimos alquilando... “Pero como te digo, es otra de las incoherencias; como comprar lanchas y barcos cuando nuestros astilleros están paralizados con miles de empleados ñoquis".

¡Y hay más! También me cuenta que en el diario La Nación del domingo pasado (9 de enero del 2022) hay un artículo -"Cuando las reglas las impone el fuego" de Diana Fernández Irusta- escrito (al parecer) desde Río Negro, en el que destaca que mientras que en CABA y AMBA se brindaba chocando las copas, en Río Negro, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Formosa los voluntarios luchaban sin descanso contra el fuego.

Por otro lado, en La Nación del mismo día, hay una carta de lectores de Edgardo Hilert (a quien curiosamente Tito conoce) titulada Aviones Hidrantes y dice: “cómo es posible que se destinen 800 millones de dólares a la compra de trenes rusos, cuando aquí no hay aviones hidrantes que frenen los incendios de bosques”.

 

Un Estado sin pruritos

Cuando le pedí a Tito que me explicara mejor los motivos de su renuencia a publicar con SU firma esta nota, me respondió lo siguiente:

“Cuando miré los requerimientos del diario X para su Cartas de Lectores, te pedían nombre y domicilio, teléfono, e-mail, DNI, etc. Trabajé 24 años en la función pública y no quisiera exponerme a discusiones, llamados revanchistas o mails de trolls, etc. Ya jubilado, disfruto de la merecida paz, pero no puedo dejar de indignarme ante estas posturas absurdas de los mismos legisladores que representan a sus provincias.

Hasta el año pasado la Afip me reclamaba por ingresos brutos de depósitos en mi cuenta de Banco que no habían sido facturados. Lo cierto es que se trataba de sueldos y por eso no figuraba como facturas. Pero no deja de sorprenderme que te persigan por montos ridículos, y después ves que Muñóz tenía 110 inmuebles en la Argentina y 16 en el exterior, o que tal o cual sindicalista tenía cinco autos importados último modelo, un avión, etc., y nadie de la Afip se preguntaba cómo había obtenido el dinero para sus compras…

He defendido frente a la Afip a personas que olvidaron pagar un aporte y frente a la intimación y dentro del plazo que otorga la ley fiscal, lo abonaron, pero la Afip ya había emitido el certificado de deuda (cuando no existía deuda alguna). Es decir, no importa si pagaste en tiempo y forma, te ejecutan igual y al hacerlo te embargan las cuentas, lo que generalmente obliga al "deudor" a arreglar con el apoderado de la Afip para evitar males mayores, por injusto que esto parezca.

En fin, estamos frente a un Estado que no tiene pruritos en atacarte y utiliza todos los recursos de los que dispone, que como te consta son enormes: Afip, UIF, AFI, Servicios, Banco Central, etc. Por eso te decía que figurar como enemigo es arriesgarse a una persecución que ya a mi edad prefiero evitarla.

Por supuesto que te aliento a que continúes con la nota o con el reclamo que te parezca más significativo. Te doy la absoluta libertad de rellenar la nota, ampliarla, modificarla a tu arbitrio y publicarla si te parece importante, ya sea con tu nombre o de alguna agrupación, como vos prefieras.”

Ahí lo tienen. Estoy seguro que más de uno se sentirá abrumadoramente identificado con la situación que padece Tito. Yo soy joven, soñador, tal vez un poco ingenuo, y me pasé los primeros 40 años de mi vida estudiando, trabajando en negro de cualquier cosa y viajando por el mundo. Así que para la Afip soy aburridísimo.

 

 (*) "Cuando las reglas las impone el fuego", de Diana Fernández Irusta en la sección ”El Berlines” (página 7), diario La Nación del domingo 9 de enero de 2022.