El Paraná se está secando. La temperatura aumenta. Bolsonaro destruye la selva amazónica. Las lluvias son escasas y van a ser aún más escasas. Corrientes se incendia y hacemos poco, no tenemos suficientes aviones hidrantes. El mar nuestro es una de las reservas ictícolas más ricas del mundo y nosotros no tenemos una flota pesquera decente. Este país tiene los cimientos muy frágiles. Ni Perón pudo construir un país sólido, industrializarlo, etc. (No nos olvidemos de que Perón tenía una debilidad por Mussolini y, por qué no, por Hitler. Y que cuando huyó de acá se fue a lo de su amigo Franco. Gandhi no se fue de la India, Mandela no se fue de Sudáfrica. Y no olvidemos que cuando Perón volvió le dio rienda a López Rega y armaron la Triple A). Ahora estamos mucho peor. Además, como en la monumental novela de Bolaño, 2666, hay crímenes de mujeres todos los días. Huesos hioides rotos en los estrangulamientos. Mujeres apuñaladas, quemadas, apaleadas, violadas.
Seguimos siendo el granero del mundo. Un granero piojoso para un mundo piojoso. Producimos alimentos para 400 millones de habitantes. Argentina potencia. Somos derechos y humanos.
Veo en un canal de noticias a dos abogados que defienden a las víctimas (¿incautos? ¿ambiciosos?) de Leonardo Cositorto. Uno de los abogados dice que no hay mejor defensa que un buen ataque. Y recomienda a los estafados a denunciar. Luego de que se destapó el affaire Cositorto aparecieron otros granujas expertos en estafas piramidales denunciados, escrachados en el show de las noticias. Porque las noticias son un show. Gracias a esta dinámica de espectáculo, nació y se agigantó Milei. Gracias a esta dinámica, Viviana Canosa y Baby Etchecopar ganan audiencia. Jonatan Viale, con sus patéticos editoriales, vende diversión para indignarse. Eso es: indignarse. Al público le gusta indignarse, no quiere entender.
En este contexto, algunos escribimos poesía. Existen pasadizos subterráneos donde todavía queda oxígeno. Charly García cantaba: “Y si trabajás al pedo y estás haciendo algo nuevo: adelante”. En esa misma canción dice: “Y si cantás a la luna y perdés la vida en un instante”.
Pero volvamos al río Paraná. “Las imágenes dejan sin palabras: a la vera de las costas correntinas y entrerrianas, barcos apoyados sobre un lecho seco. Incluso, por tramos, la desaparición del río, a tal punto que se puede ir caminando desde lo que era ribera hasta islas que antes estaban en medio del agua. La bajante del río Paraná, que ya lleva más de 730 días, alcanzó marcas récord que solo se habían dado en 1944: ayer, el hidrómetro de Corrientes registró 0,29 m”, escribía Nora Bar en julio de 2021. El Ente Binacional Yacyretá informó que el caudal afluente promedio es de 6.200 metros cúbicos por segundo, mientras que la marca promedio habitual era de 12.620, el doble. Pensemos en la cantidad de población que vive en la cuenca del Paraná. Pensemos en el incremento de la actividad económica que hubo desde 1945 hasta la fecha actual. Los cambios, el crecimiento demográfico y de actividad fueron inmensos. La palabra “horror” no está lejos de mis pensamientos.
Las corporaciones mediáticas ayudan a que la derecha y la ultraderecha crezcan.
Los medios occidentales muestran cómo un tanque ruso aplasta a un autito ucraniano. Fake. Resulta que era un tanque ucraniano aplastando a un autito ucraniano.
La CGT no quiere que el Gobierno dé un bono a los asalariados porque su poder (una de las facetas de su poder) está en manejar las paritarias.
Pero quisiera dejar algo bien claro: yo no me iría a vivir a ningún lugar del mundo, no elijo ningún paraíso. Yo me quedo acá. Acá están mis amigos. También están mis hijos. Pero ellos pueden irse. Mis amigos, no. Ellos van a estar siempre en este país.
Por último, Martín Guzmán, nuestro muchacho zen, sigue cabalgando junto con la inflación..
*Escritor y poeta argentino.